Ataque al Capitolio: ¿qué hay tras el hombre de los cuernos?

Jue, 07/01/2021 - 15:28
La historia de Jake Angeli, conocido en la red como Q-Shaman, va más allá de los disturbios del pasado seis de enero. Kienyke le cuenta la historia de Angeli y QAnon, una amplia difusora de desinformación.
Créditos:
EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Durante los disturbios en el Capitolio de los Estados Unidos del pasado 6 de enero, en el que seguidores de Donald Trump se tomaron pasillos y oficinas sin mayor restricción, la imagen de un hombre le dio la vuelta al mundo. Tenía la cara pintada con la bandera, el torso desnudo y adornos que recuerdan a los nativos estadounidenses. 

Para quienes no están demasiado conectados con el mundo de la internet, este sujeto pasa solamente como un agitador excéntrico de tantos que se tomaron la casa del legislativo. Incluso Jay Kay, el vocalista de la banda Jamiroquai que acostumbra a usar indumentaria parecida, salió a desmentir que tiene algo que ver con ese sujeto. Eso sí, dijo que “le encantó” el casco.

Pero la historia de este personaje en la vida pública va más allá de la toma al Capitolio. Esta persona se llama Jake Angeli y es una de las cabezas visibles de una comunidad en internet afiliada a la derecha radical que es un culto y un productor masivo de conspiraciones en cuyas noticias confía uno de cada seis estadounidenses: QAnon. Kienyke.com presenta la historia de este movimiento y de uno de sus líderes.

El culto a la información sin verificar

QAnon, en principio, es una comunidad de cibernautas que comparten la siguiente creencia: en la élite mundial hay un círculo de pedófilos adoradores de Satán y afines al Partido Demócrata. Este estrecho círculo domina el mundo y conspira para aniquilar al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a quien perciben como un cristiano imperfecto que ha sido enviado por Dios. 

Al mejor estilo del armagedón, las personas inmersas en QAnon creen que pronto llegará la tormenta. En ese evento, los integrantes y simpatizantes de ese círculo antagonista a Trump serán enviados a la cárcel de Guantánamo y la Tierra se salvará. La primera fecha que dieron para esa tormenta fue el 3 de noviembre de 2017. 

Como es evidente, eso no ocurrió, igual que otras falsas predicciones y afirmaciones sin fundamento alguno: que Ángela Merkel es la nieta de Hitler, que la medicina alopática envenena al cuerpo, que los CEO de redes como Twitter y Facebook renunciarán o que “algo grande” pasará “la próxima semana”. El pretexto que dan para explicar la información que falla es el siguiente: “la desinformación es necesaria”. Con esa afirmación  abren una paradoja y se blindan del posible cuestionamiento de sus integrantes.

La identidad de Q, el líder, es desconocida; pero esa persona afirmó en un foro del sitio 4Chan que tenía en su poder un permiso Q, es decir, un acceso a información clasificada sobre químicos y armas. Eso nunca se probó de alguna manera y es el mismo argumento que han usado otros usuarios para diseminar otras teorías infundadas, como el Pizzagate. Aun así, este supuesto acceso es el pilar de las falacias de autoridad construidas alrededor de QAnon. 

En cuestión de meses, algunos influenciadores esparcieron información de QAnon en redes sociales más extensas y con mínimos filtros de contenido, como YouTube, Facebook y Twitter, mientras mantenía su actividad en foros como 8chan y 8kun y creaba sitios de difusión propia. Luego recibió cobertura de los grandes medios, así como de personalidades de la política y la televisión estadounidense con inclinaciones hacia la derecha. 

Como fue dicho anteriormente, más que una comunidad, QAnon tiene características de culto. En los mismos foros donde la red de desinformación fue diseminada, hay familiares y amigos que denuncian cómo sus seres queridos fueron convencidos de estas mentiras en diversas circunstancias. 

Por ejemplo, en el subforo r/QAnoncasualties hay denuncias de cómo las personas vinculadas a QAnon han perdido la noción de la realidad, responden de forma agresiva al debate e incluso han desarrollado adicción a la internet. De las publicaciones en el subforo es posible concluir que la retórica de QAnon es recibida por personas de todas las edades, condiciones sociales y perfiles educativos.

Según AFP, la actividad relacionada con QAnon en la red se multiplicó durante los primeros meses de la pandemia por la covid-19: se triplicó en Facebook y se duplicó en Twitter e Instagram. Hay bases de QAnon en varios países de todo el globo, incluido Colombia. 

¿Cuál es la opinión de Donald Trump, el mesías de QAnon, sobre esta comunidad? Él ha tenido la oportunidad de desmentir sus afirmaciones en público. En lugar de eso, los ha definido como “un movimiento del cual no sé mucho, aparte de que les agrado mucho, lo cual aprecio”. También los ha definido como un grupo que está “muy en contra de la pedofilia” y que “aman este país”.

Lea también: Trump miente y la ciencia ataja

El personaje de Q-Shaman

De todos los que fueron identificados en la toma del pasado seis de enero, solo uno era residente de Washington D. C. Q-Shaman, cuyo nombre real es Jake Angeli, llegó hasta el capitolio desde Phoenix, Arizona. 

Actor y locutor de profesión alguna vez, pero ahora activista de tiempo completo, Jake Angeli se considera a sí mismo como un soldado digital. Q-Shaman ha ganado notoriedad recientemente por haber participado en diversas marchas que convocan a otros miembros de QAnon y seguidores de Trump. 

Por ejemplo, el medio AZ Central lo captó durante unas manifestaciones para levantar el cierre de los comercios, decretado para evitar más contagios por covid-19. También ha protestado en contra del resultado de las elecciones y salió como contraprotestante en las manifestaciones de Black Lives Matter. 

En una entrevista con el medio ya citado, Q-Shaman, quien es visiblemente blanco, dice que usa esta indumentaria para llamar la atención. Una vez tiene los ojos puestos sobre él, aprovecha la ocasión para tomar la palabra y difundir las presuntas “verdades ocultas” respaldadas por QAnon. A estas congregaciones asiste con un letrero que dice “Q sent me” —Q me envió—.

Jake Angeli tiene varios tatuajes sobre su cuerpo, que son visibles con la indumentaria que usa. Uno de ellos es la figura del Valknut, o nudo de la muerte, que se compone de triángulos entrelazados y aparece con frecuencia en objetos y grabados de la cultura nórdica. Este tatuaje ha ganado popularidad entre los supremacistas blancos, entre ellos varios seguidores de QAnon, porque presuntamente representa su “herencia racial”. 

La cuenta de Jake Angeli en Twitter fue temporalmente suspendida, pero aún es posible acceder a sus tuits. Además, Q-Shaman maneja un blog de Medium donde comparte textos y piezas visuales con información afín a las creencias de QAnon. Hasta el momento en el que se publicó este artículo, Medium no lo ha cerrado ni pone advertencia alguna antes de acceder a este contenido engañoso.

Creado Por
Erika Mesa Díaz
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