Desde que se presentó la primera emergencia en
Hidroituango el pasado 27 de abril de 2018, el grupo Empresas Públicas de Medellín (EPM), tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles en su historia, inundar casa de máquinas y asumir las consecuencias que esta determinación podría generar en un futuro. Una determinación basada en la protección de las comunidades aguas abajo, pero que significó unos sobrecostos finales para la obra.
Fueron 10 meses los que este sector del proyecto, considerado tal vez como el más importante, estuvo bajo las aguas del río Cauca, a merced de grandes presiones que tuvo que soportar y que inclusive llevaron a pensar a más de uno que su colapso era inminente.
Por esta situación el vilo y la zozobra no solo rondó a la compañía, también a miles de habitantes aguas abajo del proyecto que tuvieron que ser evacuados por las autoridades y los organismos de socorro, por el temor a una creciente súbita. Además, no se puede dejar de lado a esos hombres que laboran en el proyecto y que por su propia seguridad tuvieron que salir.
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Casa de máquinas, del caos a la esperanza
Como si se tratase de las ruinas recién descubiertas de una antigua civilización, así luce esta caverna. Escombros, lodo y restos del montaje que se alcanzó a hacer de lo que serían las turbinas uno y dos, es lo que a simple vista se ve. La humedad en el techo de esta estructura y grandes grietas por doquier hacen parte del desolador paisaje al interior del proyecto, sumado a los chorros de aguas que se filtran desde los techos de la galería de acceso, que son los encargadas de recibir a los intrépidos que se atreven a ingresar a las entrañas de la obra.
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Para poder llegar a esta zona hay que ingresar por una larga y estrecha galería auxiliar, la misma por la que salió agua debido a la inundación y que se hizo famosa gracias a videos que circularon en las distintas redes sociales. Hoy ese es el único sendero para ingresar a casa de máquina y presenciar en primera persona la devastadora fuerza de la naturaleza, esa que le advierte al hombre que por más grandes que sean sus construcciones, estas son completamente vulnerables.
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A pesar del oscuro panorama que se vislumbra en el horizonte, hay voces optimistas que se aferran a la recuperación total de casa de máquinas y con eso poner a funcionar a
Hidroituango en un futuro cercano. Una de esas voces es la de Willian Giraldo, vicepresidente proyectos generación energía, uno de los ingenieros que le ha tocado vivir de cerca esta contingencia. Él fue el responsable de realizar la compleja operación de instalar las dos compuertas en la zona de captación en los pasados meses de enero y febrero y que abrieron una luz de esperanza para el proyecto.
Giraldo narró en diálogo con
KienyKe.com, que a simple vista y a los ojos de los ciudadanos, pareciera que el proyecto no tuviera futuro, pero sus años de experiencia y el conocimiento en el tema lo llevan a asegurar que todo, absolutamente todo en
Hidroituango, es recuperable.
"Nosotros somos optimista en lo que encontramos en casa de máquinas, esta estructura recibió presiones tan grandes, que equivalían al golpe de un objeto de 700 toneladas cada día, esto durante 10 meses. Eso es mucho y eso cualquier estructura no lo resistente. Es por eso que estamos seguros que lo recuperaremos", indicó Giraldo.
No duda en asegurar que todas las obras buscan estabilizar en su totalidad la estructura y de esta manera poder garantizar la seguridad y tranquilidad de todos los pobladores de las comunidades aguas abajo del proyecto. Pero para esto, primero se debe hacer un estudio de patología que debe estar listo a finales de mayo y que definirá los frentes de obras que se requieren en casa de máquinas y en otras zonas del proyecto.
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La prioridad en este momento es reparar la socavación, que provocó el cierre de compuertas y que tiene aproximadamente 80 metros de altura, por 25 de largo y 25 de profundidad, operación que requiere cerca de 55.000 metros cúbicos de materiales, para poder rellenarla en su totalidad.
Lo cierto es que día y noche cerca de 2.500 empleados de la compañía trabajando arduamente con un único objetivo: poner en funcionamiento este megaproyecto hidroeléctrico que generará el 17 % de la energía que requiere el país.
Hoy ellos, encabezados por el ingeniero Giraldo, le envían un claro mensaje al país y es qué pueden tener la certeza de lo que quedó de casa de máquinas es completamente recuperable, ya que más allá de estar enclavado en lo más profundo de una montaña, este proyecto está cimentado en el empeño, esfuerzo, dedicación y esperanza que cada uno pone para que sea una realidad lo más pronto posible y que entre en funcionamiento en 2021.
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