La ciénaga de Beté, una gran llanura aluvial de unas 15 ciénagas que forman un ecosistema de agua dulce en el que habitan aves, peces y reptiles, toda una selva neotropical densa, fue escenario para el intercambio de experiencias entre 25 emprendedores de Quibdó y excombatientes de las Farc.
Así como cientos de seres vivos conviven en este paraíso ubicado a una hora y media en lancha al norte de la capital chocoana, Quibdó, en el noroccidente de Colombia, las personas que participaron en el “Encuentro inspiracional para emprendedores”, por invitación de “Sacúdete” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y con el acompañamiento de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas de Colombia, compartieron sus experiencias sobre iniciativas exitosas de mujeres chocoanas y su aporte al desarrollo económico y cultural, a través de la gastronomía, las artesanías, la industria cosmética, así como en la música y la danza tradicional.
Entre las participantes se encontraron la joven y reconocida chef chocoana Diorlin Andrade y Tarsila Beita, excombatiente de las FARC en Quibdó y su hermana Yorladiz Jiménez.
Andrade compartió lo difícil que ha sido para ella y otras mujeres del mundo incursionar en el campo de la culinaria, “es una profesión dominada por hombres, pero lo que debemos recordar es que la historia de la gastronomía mundial se ha desarrollado desde las mujeres, desde las madres que cocinan desde tiempos inmemorables y que han despertado en sus hijos el gusto por la culinaria”, contó la participante del reality Masterchef Colombia 2015, enfocada en promocionar la gastronomía chocoana como una experiencia única, al nivel de la Nueva Cocina- New Cuisine, explorando sabores nuevos y exóticos, con especias del Chocó y especias similares de otros países como la India.
Tarsila Beita, excombatiente de las FARC en Quibdó, se unió con un grupo de mujeres del colectivo FARC y de la comunidad y próximamente abrirán un restaurante en Quibdó: La Rancha de mi Pueblo, en el que ofrecerán platos típicos de la región y también aquellos que preparaban en la selva. “Lo que nos cuenta la chef Diorlin es muy interesante y lo queremos aplicar en nuestro restaurante, sobre las especias y platos que destacan la biodiversidad chocoana y el saber ancestral; es una manera muy bonita de integrarnos a la sociedad y aportar nuestro grano de arena para que madres cabeza de hogar mejoren su economía”, dijo Beita luego de escuchar atentamente la presentación de la chef Andrade.
“El departamento del Chocó puede ser considerado como la segunda gastronomía del mundo ya que existen cerca de 36 variedades de platos”, apuntó la chef Andrade, “un poco más que Perú".
“Algunas de las recetas provenientes de países de África como el Jujú, plátano cocido friccionado con especias, no han sido modificadas en cientos de años, lo que otorga un reconocimiento cultural e histórico a la gastronomía chocoana, de posibilidades únicas, todavía sin explotar”.
Sin dudarlo, Beita y su hermana Yorladiz, invitaron a la chef Andrade a una nueva jornada de intercambio y aprendizaje sobre los ingredientes típicos y otros secretos de la gastronomía chocoana. Andrade acordó acompañar a estas mujeres del proyecto de reincorporación en Quibdó, con el que esperan emplear directamente a cinco mujeres y beneficiar hasta 24 integrantes del proyecto.
Estas mujeres aprovecharon este encuentro de emprendedores para compartir su conocimiento local, el cual habrá que esperar a la apertura del restaurante en Quibdó para probar los frutos de esta experiencia.
Al encuentro también asistieron iniciativas como Ananas: frutas deshidratadas; La Chocoanita: tienda virtual de accesorios; Tour de Río; Talento Chocoano: comunicaciones y marketing; Jazz ChiriMusic y otras iniciativas. Los participantes disfrutaron de un recorrido por el sendero ecoturístico de Beté, un paseo en canoa por la ciénaga, una sesión de yoga y fotografía de productos para marketing digital.
En Beté quedan más historias para contar como la del proyecto de turismo del sendero que está a cargo de la misma comunidad y cuenta con el apoyo de Champa MIA, una asociación de lancheros que espera trabajar de la mano con Aguas de Paz, otra asociación de excombatientes de FARC en Quibdó, en la promoción ecoturística de esta zona, considerada de gran potencial turístico por las diversas actividades y escenarios naturales ideales para el turismo comunitario y sostenible.
Por: Melissa Jaimes Ochoa / Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia