KienyKe.com conversó con el cajero Pablo López, amigo íntimo de Gabriel García Márquez. El músico vallenato recordó a Gabo, habló de las parrandas que disfrutaron juntos, los vallenatos que ponían sentimental al escritor y detalles del viaje a Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982.
Pablo López recuerda al Gabo parrandero como un gran bailarín de cumbia y vallenato. Amante de la música caribeña. Un hombre fuerte que no le daba guayabo. Que en las parrandas de la juventud podía beber de todos los tragos pero con el paso de los años solo tomaba whisky. “Era feliz oyendo música y contando anécdotas”, dice.
La primera parranda que Pablo López compartió con Gabriel García Máquez está intacta en su memoria. Era enero de 1952 y el municipio de La Paz (Cesar) todavía olía a humo por la quema de varias casas como consecuencia de la guerra bipartidista. Gabo, quien llegó a vender algunos libros y visitar a su amigo Manuel Zapata Olivella –famoso médico, antropólogo y escritor–, organizó una fiesta vallenata pese a que los pobladores, por miedo, se iban a la cama a las seis de la tarde. El papá de Pablo López, miembro de una dinastía vallenata, y el maestro Rafael Escalona fueron los anfitriones de la noche.
“Con la parranda la gente volvió a salir a la calle y se fue el miedo. Fue muy especial. Ahí le volvió la alegría al pueblo incluso la historia de esa noche está plasmada en una crónica”, cuenta López.
A Gabo, de 25 años, y Pablo, de 17 años, los presentó Manuel Zapata. La diferencia de edad no fue un obstáculo para convertirse en grande amigos. Desde aquella noche, Pablo se convirtió en cómplice del escritor. “Lo acompañé varias veces a festivales de literatura. Recuerdo uno en Barcelona y la celebración de su cumpleaños en México en 2006. La fiesta la organizó el embajador Luis Camilo Osorio. En esa ocasión, Gabo me confesó que estaba mal de un oído y que tenía dificultades para escuchar”.
El viaje más grato sin duda fue a Estocolmo (Suecia) para ver a Gabo recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982. López, abogado de profesión y quien trabajaba para la antigua Dirección General de Impuestos Nacionales actualmente la DIAN, llegó a su trabajo con un decreto presidencial para pedir permiso para el viaje. Además de esto, el primer mandatario le asignó unos viáticos. “Todos esos días me los pagaron. Era el único que iba ganando viáticos y Poncho Zuleta me dijo a manera de broma que tenían que repartirlos”.
“Llegamos primero a España para encontrarnos con Gabo porque venía de Toulouse (Francia). Ahí nos tomamos unos vinitos. Y en eso pasó un avión cargado de Ron Caney pa’lla para los suecos”, comenta Pablo riéndose. Llegaron el 8 de diciembre y estuvieron entre 24 y 25 días en Europa.
Después de que Gabo recibió el reconocimiento por su obra Cien años de soledad, el grupo de colombianos hizo su propia fiesta. López cuenta que la cuota vallenta estuvo compuesta por los Hermanos Zuleta, Rafael Escalona, Consuelo Araujo, Pedro García y él. Además, de otros grupos folclóricos que lo acompañaron.
Ese viaje también llevó a estos artistas a presentarse en el teatro Olympia de París (Francia), un reconocido escenario. También fueron invitados por el político español Felipe González a su finca de recreo en el municipio de Torremolinos en Málaga (España). “Estuvimos cuatro días conociendo y bañándonos. Pablito, como le decía el escritor de cariño, dice: “Gracias a Gabo casi conozco el mundo”.
Las canciones vallenatas que Gabo siempre pedía en parranda eran: Jaime Monila y No voy a Patillal. Y las que lo ponían sentimental eran El cantor de Fonseca porque en ese municipio tenía familia y La vieja Sara que hablaba de la abuela de los hermanos Zuleta.
Estos vallenatos ponían sentimental a Gabo
Mar, 22/04/2014 - 05:57
KienyKe.com conversó con el cajero Pablo López, amigo íntimo de Gabriel García Márquez. El músico vallenato recordó a Gabo, habló de las parrandas que disfrutaron juntos, los vallenatos que