¿Alguna vez le han contado una historia que parte de un reto? Bueno, lo que va a leer a continuación es precisamente eso, un relato de cómo un ciclista profesional como Brayan Chaves juntó una causa noble como llevar felicidad a una comunidad de niños indígenas de La Guajira, con una marca impresionante, sobre una bicicleta.
Estamos acostumbrados a leer en las noticias sobre las hazañas que ha logrado el ciclista colombiano Esteban Chaves, quien ha estado compitiendo en la élite del ciclismo a nivel mundial, logrando títulos y victorias relevantes para este deporte en Colombia, sin embargo, su hermano Brayan decidió darle un valor agregado a lo que es montar un ‘caballito de acero’.
A continuación, lo invito a ponerse casco, rodilleras y la malla de ciclista que tiene en la casa para subirse en esta travesía por una de las hazañas más importantes que ha conseguido un ciclista colombiano, ir desde Tenjo en Cundinamarca, hasta La Guajira solamente para llevar felicidad.
Vea la entrevista completa a Brayan Chaves sobre esta hazaña en este video de kienyke.tv:
Todo comienza con una idea, tal y como le comentó a kienyke.com, Brayan Chaves, ciclista de 25 años, que ha estado muy de la mano con la fundación de su hermano Esteban, la cual apoya los sueños de miles de niños en Colombia, para que se motiven a estar sobre una bicicleta, recorriendo los rincones del país.
“La idea que se había planteado desde el comienzo era llevar unas bicicletas multipropósito para los niños de la Fundación Esteban Chaves, a La Guajira. Pero el tema estaba en definir quién las iba a llevar, por lo que yo me ofrecí a hacerlo, pero en dos ruedas”, le contó Chaves a kienyke.com, luego de ver la oportunidad de combinar su pasión por la biela y la ayuda a los niños de la parte norte del país.
Una vez definida la tarea, lo siguiente era empezar a darle forma y encontrar la mejor manera de llegar en bicicleta hasta La Guajira, ya que se trataba de estar encima de un sillín por más de 45 horas, con unos cortos periodos de tiempo para descansar, gracias a que también se quería romper la marca de ultradistancia en Colombia.
¿Y quién es Brayan Chaves?
Para empezar, debemos hablar de lo que ha sido, a grandes rasgos, la vida de Brayan Chaves, así como el mismo la definió: “Desde pequeño estuve inmerso en otros deportes como el baloncesto y fútbol, sin embargo, cuando me di cuenta estaba disputando un cupo para la Selección Bogotá de bicicleta. Soy un loco, apasionado y que le gustan las distancias largas”.
Desde muy pequeños, a Esteban y Brayan, su padre los involucró en el mundo del ciclismo, en donde tomaron caminos distintos en cuanto a las disciplinas que practicaron, ya que el primero se inclinó por llegar a la élite de ese deporte, mientras que el segundo escogió la larga distancia sobre el ‘caballito de acero’.
Bajo este contexto, podemos continuar con la travesía que decidió emprender Brayan Chaves, quien le contó a kienyke.com que su plan era llegar a los puntos de mayor concentración de calor en la noche, para que el trayecto no se convirtiera en una pesadilla más adelante, sin embargo, los obstáculos que tuvo que superar fueron mucho más de lo que imaginaba.
La travesía comenzó hasta La Guajira
“Al principio iba con un buen ritmo porque empecé en un clima frío, pero al llegar al calor de una de las partes más complicadas del país como el Magdalena, el calor me comenzó a pasar factura”, le comentó Chaves, a kienyke.com.
Esto solamente era el principio de todo lo que tuvo que vivir Brayan en todo el trayecto que duró 45 horas y recorrió 1.000 kilómetros de carreteras en Colombia, también tenía la dificultad de llegar a La Guajira sin ningún tipo de apoyo médico o de un entrenador, ya que el reto que quería lograr debía hacerlo sin el acompañamiento de ninguno de estos dos perfiles.
“Esa fue la vaina, para lograr el récord que quería tuve que hacer el recorrido sin ningún tipo de asistencia, solo me pudieron acompañar un primo y otras tres personas, ya que habían dos factores complicados, la inseguridad y la conducción del automóvil que llevaba los implementos para los niños”, le contó Brayan a kienyke.com.
Los obstáculos que se cruzaron en su camino
Otro de los retos que tuvo que superar Chaves durante este recorrido fue lo que tenía en su cabeza, ya que desde ahí es donde un ciclista comienza a crecer o a decaer hasta lograr el objetivo.
“¿Alguna vez le ha pasado que le han dado ‘lagunas’ cuando se emborracha? Así me pasó a mí, faltando 350 km para llegar a La Guajira, en ese punto del camino no recuerdo nada de lo que pasó”, le dijo a kienyke.com, Brayan Chaves sobre uno de los momentos más duros de su travesía.
En ese punto, donde todo el esfuerzo iba a finalizar, y del cual como contó Chaves, no recuerda mucho, existieron momentos que recuerda, sobre todo en los que pasó por un calor infernal, el cual casi lo hace tirar la toalla. La humedad y el sol inclemente no dejaban que el ciclista pudiera tener claridad sobre su recorrido.
El final del camino
A pesar de lo descrito anteriormente, Brayan Chaves arribó a La Guajira, en la que compartió con una comunidad Wayuu, a la cual la Fundación Esteban Chaves estaba apoyando y que sería el destino final de este recorrido, el cual generó una serie de sensaciones en el ciclista colombiano, las cuales él mismo describe de esta manera:
“Lo más satisfactorio de todo lo que logré, no fue el récord de distancia, se trató de compartir con los niños que estaban en ese punto del país, y poder llevarles alegría como lo pude hacer, fue algo que no voy a olvidar jamás”.
Además de entregar las bicicletas multipropósito y algunos kits de la Fundación Esteban Chaves, Brayan logró un reconocimiento muy importante en este deporte, ya que se convirtió en la primera persona en lograr un recorrido de más de 1.000 km de distancia en Colombia, casi que sin parar.
Las secuelas y repercusiones de este reto
“Dolores en los huesos, se me cayeron las uñas de los pies, mi cabeza no coordinaba igual, además el sueño fue muy pesado, no podía dormir y siempre me levantaba asustado pensando que tenía que seguir el recorrido, inclusive cuando ya había llegado a mí casa”, le dijo Chaves a kienyke.com sobre lo que quedó de su travesía por Colombia.
Sin embargo, para Brayan Chaves quedó la curiosidad de saber qué podría pasar si se preparaba realmente para afrontar más de 45 horas en una bici, ya que su preparación terminó siendo más inconsciente que consciente: “soy uno de los guías en una empresa de turismo en bicicleta, no más en el año ya había subido 13 veces el Alto de Letras y había recorrido 30.000 kilómetros, por lo que me preparé sin darme cuenta”.
Dentro de las reflexiones que hizo Brayan sobre su experiencia en la bicicleta fue que puede “dar aún mucho más”, por eso está buscando participar en el reto Tres Cordilleras, que se trata de recorrer los caminos que cruzan las tres cordilleras del país en bicicleta, una travesía que llega a su tercera edición en nuestro país.
Al final de todo, ¿Qué diferencia a los Chaves?
“Mi hermano tiene mucha más exigencia física que yo en ciertos aspectos, ya que él corre en la élite del ciclismo mundial, donde se duplica la cantidad de kilómetros en desnivel, solamente por poner un ejemplo, el reto de Tres Cordilleras tiene un desnivel de 30.000 km en ocho días, un Giro de Italia tiene 60.000 en tres semanas, ahí radica el esfuerzo que ponemos los dos a lo que hacemos”, le comentó Chaves a kienyke.com.
Además de sus personalidad, los hermanos Chaves tiene varias cosas que los diferencian, pero al final terminan en una misma pasión por la bici y por lo que se hace, que se puede decir es única en el ciclismo, por lo que de ahí radica la relevancia de lo que cada uno hace en cada disciplina que practica.
Al final, Brayan Chaves decidió dejar un mensaje muy especial para todos esos niños en Colombia y a los que están en la Fundación Esteban Chaves sobre lo que se puede lograr si se hace todo con perseverancia y siendo conscientes de que ningún reto es imposible: "Es decirles a todos que los límites están hechos para romperse. Nunca había hecho más de 240 km y realmente fue una decisión de hacer 1.000 km sin parar. La invitación para todos es que no hay límite que no sea inquebrantable y todo es una decisión mental".