Fueron días y noches en los que la violencia la mantuvo lejos de su familia. Ahora, Diana Rosso Chamorro, exintegrante de las Farc-Ep, recuerda – conmovida - la que ha sido la celebración más especial del Día de las Madres, cuando decidió abrirle las puertas a la reconciliación.
Fue en una visita al antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Pondores, en La Guajira, en mayo de 2017. En esa fecha el país cambiaba la historia de 53 años de violencia, y en aquella ocasión, cuando se reencontró con sus tres hijos, comprendió que vendrían muchos momentos felices para su vida.
Durante su estancia en las Farc-Ep era habitual que se celebrara el Día de la Madre, confiesa Diana, pero ella estaba alejada de sus hijos. Después del encuentro en Pondores, escogió un camino que ahora disfruta en familia. Sin esconderse de nadie, vive en San Jacinto (Bolívar) en los Montes de María, un lugar que considera su tierra.
Con el acompañamiento de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), Diana suma varios logros, uno de ellos ha sido retomar sus estudios. De lunes a viernes hasta mediodía, adelanta una técnica de Producción Agropecuaria en el SENA y teje en las tardes artesanías en compañía de sus hijos; les enseña y confeccionan mochilas, carteras y manteles. Y en las noches, antes de dormir, vuelve y estudia un poco.
Este domingo, será su tercera celebración del Día de la Madre desde aquel 2017 en el antiguo ETCR en tierras guajiras, cuando se reencontró con sus hijos. Dice que le sobran razones para estar agradecida con la vida.
Probablemente le llevarán el desayuno a la cama - como lo han hecho otras veces- o le prepararán el arroz con pollo que tanto le gusta para celebrar en familia. Sin embargo, asegura que lo que más le llena es el tiempo de calidad que puede compartir con sus hijos.
“Para mí, todos los días son de las madres. Ahora, que puedo disfrutar de mis dos hijas y de mi hijo, he aprendido que el tiempo en familia es valioso e irremplazable. Mi consejo en una fecha como esta es que busquemos resolver nuestras diferencias a través del diálogo y que, por nada del mundo, nos distanciemos de nuestros seres queridos”, asegura Diana.
Diana tiene más sueños
Quiere compartir sus conocimientos como artesana con otras mujeres de San Jacinto para que encuentren en el arte, en la llamada “tierra de la hamaca”, una forma de salir adelante.
“La idea es que unas 20 mujeres nos reunamos a través de una fundación o asociación, podamos impulsar las artesanías de nuestra tierra. Quiero que como madres y mujeres salgamos adelante unidas”, puntualiza Rosso.
Con la información de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización