El preocupante aumento de los souvenirs de Pablo Escobar

Lun, 17/06/2024 - 18:11
Cada vez es más frecuente encontrar artículos de recuerdo de este tipo en algunas de las zonas turísticas más frecuentadas del país. Acá la historia.
Créditos:
Kienyke.com - Archivo particular

Regresando de un breve paseo por Cartagena, quiero hablar de algo que me pareció muy preocupante y es el aumento considerable de la venta de recuerdos o souvenirs de Pablo Escobar en algunos de los sitios más turísticos de la ciudad. Justamente, una de las zonas donde más se puede evidenciar eso es en las Bóvedas de Santa Clara, un lugar bastante frecuentado por turistas nacionales e internacionales. 

Desde pocillos, camisetas, imanes de nevera, placas, llaveros y hasta copas de trago se pueden conseguir con algunas de las fotografías más famosas del capo de la droga. Una gran cantidad de merchandising que convierte una de los episodios más oscuros y duros de Colombia, en un lamentable recuerdo de nuestro país que luego será exhibido en otras latitudes o, en el peor de los casos, regalado a una tercera persona que a lo mejor solo conocerá esa cara de nuestro país.

Un hecho lamentable. Habiendo tantas cosas hermosas para regalar en un país que goza de abundante riqueza artesanal, la cual representa nuestros bellos paisajes y diversidad cultural, elegimos alimentar un mercado que surge y se mantiene gracias al morbo que producen las excentricidades de Pablo Escobar. Olvidando en el fondo, o por lo menos intentando olvidar, la barbarie de una guerra que desangró al país entre los 80s e inicios de los 90s. 

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Un país que, bajo las balas del narcotráfico, vio morir a hombres como Luis Carlos Galán, al ex ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, al emblemático periodista Fidel Cano, a Diana Turbay y a los más de cuatro mil muertos que se calcula podrían haber sido causados por el capo, lo cual sigue siendo estimación de una realidad que podría ser mucho más grande. Bombas dirigidas a la población, sicarios en moto, planes pistola, magnicidios, atentados y la ley del terror, es para muchos el único legado de Escobar.

Sin embargo, es claro que en este fenómeno de la idolatría y de los recuerdos de Escobar entran a jugar un buen número de factores, más allá de la simple indolencia. Por un lado, la propia realidad histórica de nuestro país, que nos lleva a hablar sobre el apoyo del que llegó a gozar el capo en algunos sectores sociales gracias a aportes económicos con los que buscaba reforzar su relación con las bases populares. Un hecho que, para muchos, fue simplemente una forma de comprar su silencio. 

El mercadeo de Pablo Escobar 

En medio de todo ello, tampoco es un secreto el impacto que pueden llegar a tener los grandes proyectos audiovisuales sobre Pablo Escobar, películas o series, que han acentuado todavía más la curiosidad por esa cara negativa y  todo lo relacionado con el capo de la droga. 

Una cosa es cuando, por ejemplo, estas producciones buscan visibilizar la perspectiva de las víctimas y de las realidades que dejaron personajes como Pablo Escobar en la sociedad; y otra muy diferente cuando se muestra como el típico desarrollo de personaje que no tenía otra escapatoria más que convertirse en criminal y hacer todo lo que hizo. 

Ahí es justamente cuando, considero, la llamada industria cultural tiene una responsabilidad inmensa de no acentuar estereotipos, conductas y valores negativos. Es decir, que no convirtamos frases como “plata o plomo” en un mal chiste o una frase que ponemos en una camiseta, sino que seamos todos conscientes de cómo dos simples palabras evidencian el poco valor que llegó a tener la vida en Colombia. Algo de lo cuál aún seguimos recuperándonos.

No obstante, hay que decir que la culpa no es de la gente y del comercio. Es apenas lógico que el mercado de los souvenirs responda un simple cruce de oferta y demanda, en el que alguien necesita o quiere productos de Pablo Escobar y alguien responde a ello con variedad comercial. Tampoco hay que llegar al extremo de señalar a los vendedores de souvenirs, ya que generalmente este es un sector de gente pujante y valiosa que solo busca ‘ganarse la papita’ ofreciendo recuerdos de aquellas cosas que los visitantes quieren atesorar. 

Ahí es donde uno se pregunta: ¿Qué clase de oferta estamos alimentando? Creo que sería mejor que, en vez de Pablo Escobar, ofreciéramos souvenirs de Gabriel García Márquez, de Macondo, de aves (nos disputamos el puesto como el país con más aves en el mundo), de vallenato, postales de nuestros paisajes, del Pibe, de Luchito Díaz o incluso de nuestros grandes exponentes musicales. Que creáramos embajadores de nuestra belleza y no de nuestros dolores. 

Creado Por
Christian Sandoval
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