
Por: Íngrith Gómez y Laura Farfán
El olor a ácido fénico se había apoderado del lugar. En cada rincón había rastros de animales. Era como un cementerio. Criaturas en frascos, fetos de ratas, esqueletos de murciélago, huevos de serpiente y otros seres que en algún momento tuvieron vida, hacen parte del inmobiliario del museo de ciencias de la Universidad del Bosque.
El arte de disecar animales toma fuerza en Colombia, dicen los expertos, pero la taxidermia no solo es la “ciencia combinada con el arte, que tiene el objetivo de conservar las pieles, las especies y animales que terminaron un proceso de vida.”, como la define el biólogo Fernando Dueñas Valderrama, es también un negocio que cada vez es menos raro verlo en ciudades como Medellín o Bogotá.
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La taxidermia es una práctica de raíces europeas que se fue desarrollando en Colombia a partir de los años 60 con los hermanos Lasallistas, que hacían colectas de animales muertos para realizar taxidermis.
Algunas personas por fidelidad a sus mascotas deciden disecarlos, pero no con el mismo fin de que tenían los antiguos cazadores: conservarlos como trofeo, sino por amor, por guardar un recuerdo. Antes lo hacían metiendo a los animales en alcohol, en vino o miel, que eran “materiales que les permitían conservar las características de los animales”, apunta Dueñas en diálogo con KienyKe.com.
Hoy las técnicas han cambiado, el uso de materiales como ácido fénico y los moldes, que son a base de polímeros han hecho de la práctica algo costoso en países como Colombia. “Aquí en el país los polímeros son muy costosos. Nadie le va a invertir tanto a un animal muerto”, agrega el biólogo.
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‘Inmortalizados taxidermia’ es un lugar especializado en disecar aves y reptiles. “El precio por ave es de 140 mil en posición sencilla”, aseguró Miguel Vargas encargado de disecar los animales en el lugar.
“La piel de las aves es muy fina, la de los mamíferos es gruesa, por esa razón el proceso en éstos es un poco más fácil”, agregó. Aunque como lo asegura Fernando Dueñas, el precio varía según el tamaño y el tipo de animal.
En el valor está incluido el tiempo que se demora el taxidermista en realizar el disecado. En aves el proceso se demora de dos a tres días, en mamíferos grandes, entre cinco a siete días.
Disecar un perro grande cuesta al rededor de $950.000, en este mismo lugar, mandar a disecar un gallo de pelea cuesta entre $450.000 y $500.000, dependiendo del peso del animal.
Por otro lado, la venta de animales que se conocen como "trofeo de caza" es un negocio para aquellos que se desempeñan bien en la labor. "No todos tienen el poder de darle vida a un animal muerto", asegura una estudiante de biología de la Universidad del Bosque.
En Bogotá el precio de una res de medio cuerpo está en $1'800.000, una sola cabeza de ganado cuesta $1'200.000. Pero si se desea disecar un animal completo, el precio no baja de los $15 millones, como es el caso de una vaca lechera de raza 'Normando', cuyo "valor varia entre los 15 y 20 millones de pesos. Su proceso se demora sies meses", aseguró Mario Guinard, el más cotizado taxidermista de Colombia.
¿Cuando se considera arte?
La taxidermia empieza con un rigor científico, desde el momento en que se empieza a conocer la anatomía del cuerpo del animal. “Darle la naturalidad al animal se vuelve arte, ya que el taxidermista es un artista, tiene vincularse con el comportamiento del animal, cómo vive, qué acciones realiza en su entorno natural, y así poder darle esa naturalidad”, asegura Dueñas, quien tiene 20 años de experiencia en esta práctica.
¿Cómo es el proceso?
El arte de disecar animales no nace directamente de un rigor o una rama científica, proviene de comunidades indígenas, que utilizaban la partes de los animales para sobrevivir. Con el tiempo se han ido adquiriendo técnicas de estas mismas tribus para mejorar la taxidermia.
El proceso de Taxidermis empieza con el tratamiento de la piel, "entonces se utilizan productos químicos para secar, limpiar y cuidar la piel" esto con el fin de que no se descomponga, aseguró el biólogo. "Los cuerpos de los animales son materia orgánica, entonces se retiran todos lo órganos que pueden descomponerse y se retira todo residuo que pueda dañar el proceso", afirma.
Los ojos de vidrio de los animales confunde a los espectadores. Se sienten observados. Es como si el animal estuviera vivo. Un ser sin corazón acaba de recobrar vida y puede estar así por más de 50 años.

