El barrio La Esneda, el centro entre Pereira y el municipio risaraldense de Dosquebradas, fue testigo del poder de la madre naturaleza el pasado martes 8 de febrero, cuando un alud de tierra de grandes proporciones arrasó con algunas viviendas en la zona. Hasta el momento, la tragedia deja cifras lamentables: 16 personas fallecidas, más de 34 lesionadas, 46 damnificados y varias viviendas evacuadas.
Las imágenes, el retrato del desastre, resultan lamentables hasta para el más indiferente. La caída de una montaña partida a la mitad que se llevó consigo almas, padres, madres, hijos e hijas. Sueños irrecuperables todos ellos, al punto de dejar de luto a todo el departamento y al país entero.
Para ayudar en la emergencia, las autoridades han reportado la asistencia de más de 300 miembros de la Unidad de Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, entre bomberos, Cruz Roja, Defensa Civil, Ejército y Consejos de Gestión del Riesgo municipal, entre otros voluntarios que se han sumado a las labores de búsqueda y rescate. Todos con la esperanza de encontrar vida en medio de la dantesca escena.
Entre el caos, destaca la labor de dos heroínas que junto a sus guías están dando todo de sí para lograr rescatar personas enterradas. Darcy y Sasha, son dos perritas entrenadas por el CTI de la Fiscalía, que están en el lugar de los hechos para apoyar en la búsqueda de personas. En estos casos cualquier minuto ganado puede ser una auténtica bendición.
La primera de ellas, Darcy, es una pastor belga Malinois de cuatro años, que según la Fiscalía logró dar con el paradero de una persona en la mañana del miércoles 9 de enero. Aseguran que “se sentó e indicó de manera certera que bajo kilos de lodo y escombros debía encontrarse una víctima”.
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Dicha inequívoca señal rápidamente adoptó un rostro humano. En el lugar esperaba ansioso un joven que no daba con el paradero de su madre y que tras el anunció de Darcy decidió excavar con sus propias manos. Aquella perrita había encontrado a su progenitora.
“A uno se le quebranta el corazón de ver tantas situaciones por las que están pasando estas familias. Hay que ser fuertes, seguir adelante y ayudar a la comunidad”, dijo Yovany Vélez Valencia, guía canino de la Fiscalía, citado en un comunicado de la entidad. Funcionarios que, a fin de cuentas, acompañan a sus caninos con la dolorosa incertidumbre de si van o no a encontrar personas con vida.
Lo cierto es que la probabilidad no los favorece, pero no pierden la esperanza. Un testimonio de un sobreviviente les hace imaginar la magnitud de lo vivido: “Esa madrugada la fuerza de la naturaleza arrancó un pedazo de montaña que se derrumbó”.
La otra protagonista de esta historia es Sasha, otra pastor belga de seis años de edad, entrenada en la tarea de buscar restos óseos y personas en estado de descomposición. Darcy y Sasha hacen parte del grupo de 25 servidores de la Policía Judicial asignados para esta labor y que hasta el momento han permitido encontrar dos de los 16 cuerpos sin vida.
“Ellos (los perros) son un investigador más, otro técnico más”, señaló Héctor García, el compañero humano de Darcy.
Entretanto, las autoridades siguen rastreando entre toneladas de tierra con la esperanza de encontrar a los desaparecidos y ayudar a paliar un poco la angustia de sus familiares. Eso, en compañía de dos ángeles perrunos que con sus narices y determinación no abandonarán su lugar de trabajo hasta que aparezca la última víctima.