Bogotazo, un antes y después en la historia colombiana

Vie, 09/04/2021 - 14:24
Un día como hoy, 9 de abril de 1948, se vivió uno de los momentos más tensos y difíciles de la historia colombiana, el cual se originó tras la muerte Jorge Eliecer Gaitán.

Jorge Eliecer Gaitán es conocido como uno de los caudillos más populares y reconocidos de la historia colombiana. Su fuerza y reconocimiento entre las clases menos favorecidas de la Bogotá de los 40 hicieron que su muerte detonara uno de los acontecimientos culturales, políticos y sociales más relevantes del siglo XX en Colombia.

Gaitán ya había manifestado su inconformismo con el gobierno de turno. Fue el promotor de una impresionante marcha denominada “La Marcha del Silencio”, la cual tuvo una importante aceptación entre los ciudadanos y convocó a más de cien mil personas. Al final de la marcha dio un discurso que aún es recordado en nuestros días.

“Señor presidente: le pedimos cosa sencilla para la cual están de más los discursos. Le pedimos que cese la persecución de las autoridades y así nos lo pide esta inmensa muchedumbre. Os pedimos pequeña y grande cosa: que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad. Le pedimos no crea que nuestra tranquilidad, esta impresionante tranquilidad, es cobardía. Nosotros, señor presidente, no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este piso sagrado. Pero somos capaces, señor presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia”.

Posteriormente, se presentó en diferentes ciudades del país para promulgar su ideología entre los ciudadanos. Con ello se ganó el rechazo contundente de sus opositores políticos, quienes lo vetaron de actividades políticas como la IX Conferencia Panamericana, a la cual estaba invitado, pero finalmente no logró presentarse.

Del silencio al estruendo

Ese 9 de abril de 1948, Jorge Eliecer Gaitán salió de su despacho como lo hacía en cualquier día común para el reconocido activista político. Sin embargo, todo cambió cuando recibió los disparos de Juan Roa Sierra, quien se presume que fue el autor material de los hechos. Gaitán fue impactado tres veces en el cuerpo y posteriormente falleció en la Clínica Central.

La ira y el dolor inundó a los testigos, quienes desataron una ola de violencia, desmanes, incendios y otros actos como muestra del inconformismo que sentían los habitantes de la Bogotá de aquel entonces.

Versiones entregadas por las personas que se encontraban en el lugar indicaron que la turba comenzó a incendiar y saquear los edificios, los establecimientos comerciales y lo que veían a su paso, por lo cual debieron esconderse y refugiarse hasta cuando se contuviera el dolor de las personas iracundas.

El cuerpo de Roa Sierra fue llevado, ya muerto, por toda la carrera séptima hasta las escalinatas del Capitolio Nacional, donde dejaron su cadáver. Las personas que cegaron la vida del presunto asesino pedían a su vez la renuncia de Mariano Ospina Pérez, líder conservador.

Policías y militares, en un principio, intentaron controlar la situación. Algunos de ellos se unieron a la revuelta con armas y esfuerzos, mientras otros tomaron las armas y abrieron fuego contra los manifestantes.

Tras las manifestaciones, la ciudad de Bogotá quedó semidestruida. Las personas que en aquel momento vivían en el centro de la ciudad debieron escapar, razón por la cual se comenzó a extender Bogotá hacía el norte. Se asentaron en localidades como Engativá y progresivamente llegaron hasta Usaquén y Suba, que fueron municipios cercanos a la capital hasta su anexión como localidades en 1991. 

Debido a la muerte del caudillo, inició en Colombia una época denominada como “La violencia”, en la cual surgieron guerrillas armadas comunistas que dieron origen al ELN y las ahora extintas FARC.

Gaitán fue un líder importante para la sociedad de su época, pero tras su asesinato se convirtió en un símbolo histórico nacional, al mismo nivel de un prócer de la independencia colombiana.

Día de las víctimas

73 años han pasado tras la muerte del liberal Jorge Eliécer Gaitán. Como una forma de fijar su importancia histórica para este país, se dictaminó la Ley de víctimas en 2011. Esta ley estableció el 9 de abril como el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del conflicto armado en Colombia.

Este día se dedica a rendir un homenaje, en todo el territorio nacional, a todas aquellas personas que han fallecido como resultado del conflicto armado en Colombia.

Según información entregada por la Contraloría General, más de 357 billones de pesos deben ser invertidos en el país hasta 2030 para cumplir la reparación hacia las víctimas del conflicto estipuladas en la Ley de víctimas, la cual tenía como vigencia el prorrogada por el presidente Duque.

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