¿Viven mal los hijos de las reclusas de el Buen Pastor?
¿Crecer en una cárcel? Debe haber una diferencia –una grande e importante–, si se compara con crecer “en libertad”. Resulta muy difícil imaginar la vida de un niño que nace y se desarrolla tras las rejas.
De acuerdo con el artículo 153 del Código Penitenciario y carcelario de Colombia “los niños y niñas menores de tres años podrán permanecer con sus madres en los establecimientos de reclusión, salvo que un juez de la República ordene lo contrario. El
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar prestará, en coordinación con el servicio social penitenciario y carcelario, la atención especial a los niños y niñas que se encuentran en los centros”.
“El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) realizará programas educativos y de recreación para los niños y niñas que se encuentran en los centros. El ICBF será quien tenga la custodia de los niños y niñas cuando se encuentren participando de los programas establecidos por esta entidad. Estos programas se realizarán dentro de los establecimientos en los lugares que para ello sean destinados y adecuados por la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) en coordinación con el ICBF. Estos espacios serán administrados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Además “la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios destinará dentro de los establecimientos de reclusión, secciones especiales, para las madres con sus hijos que garanticen una adecuada interacción entre estos; igualmente construirá y dotará, en coordinación con el ICBF, los centros de atención para los niños y niñas cuando estos no se encuentren con sus madres”.
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Como sus madres, presas por distintos delitos, un niño que vive en el Buen Pastor, en Bogotá, se despierta a las 6 de la mañana. Hasta aquí normal: los niños de “afuera” también despiertan a esa hora. Lo primero que se hace es darles un baño en instalaciones acordes para ello. A las 6.30 pasan a desayunar al comedor. A las 7.30 am entran al Jardín infantil ‘Esplendor’, que queda fuera del área de reclusión. Allí llevan un proceso educativo igual que cualquier pequeño: usan uniforme, llevan útiles, material didáctico, morral, lonchera; todo eso.
“Hago énfasis que lo anteriormente mencionado lo suministró la directora del Buen Pastor de Bogotá, Mayor Nancy Pérez, con el fin de que los niños tengan una apta educación y se preparen para el día que tengan tres años y deben separarse de nosotros, que somos sus madres”, dijo una de las reclusas.
En el Jardín cuentan con personal capacitado para su atención: docentes, psicólogas, nutricionistas, pediatra, todo con la coordinación del Inpec y con la supervisión del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Permanecen en el jardín hasta las 4 pm. Desde esa hora hasta las 6.30 están en el Patio, en donde hay un parque y una ludoteca. Allí interactúan con sus madres hasta la hora de la comida. A las 7.30 p.m se van a la cama.
“Queremos que tengan en cuenta que mamás y gestantes vivimos en el primer tramo, independiente de las demás internas. Y que ninguna mamá o gestante viene por abuso sexual a menores”, explicaron las internas en un comunicado.
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Dicha información salió a la luz pública luego de que la Personería Distrital informara que los menores en el Buen Pastor vivían en condiciones muy difíciles. De acuerdo con la organización, los niños conviven con mujeres condenadas por delitos sexuales, precisamente contra menores de edad. Paradójico. También hay falta de atención médica y psicológica, condiciones de hacinamiento, de nutrición e insalubridad. No se dan las condiciones para la formación óptima e integral. Son en total 23 menores de 3 años.
“A pesar de que el establecimiento carcelario cuenta con un jardín infantil, administrado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en el que los niños tienen una atención integral de 7 de la mañana a 4 de la tarde, de lunes a viernes, las condiciones en el penal por fuera de esas horas son deficientes”, decía el comunicado de la personería.
Se explicó, además, que en el Buen Pastor hay cupo para 1275 reclusas. Actualmente hay 1738. La gravedad de la situación se ve reflejada en las condiciones de los niños que viven con sus madres en los distintos pabellones. Están expuestos a toda clase de excesos, peligros y a graves violaciones de sus derechos.
Sumado a la situación, los servicios médicos no son los adecuados. Para la población total, entre niños y mujeres, 1723 personas en total, sólo hay dos médicos generales. En las condiciones en que se vive, es necesario, con urgencia, que se dediquen más recursos para la atención física y mental de los menores, sus madres, y las demás detenidas.
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“En caso de una urgencia a una madre gestante, el penal no cuenta con un ginecólogo, ni con los instrumentos médicos pertinentes para atenderla. Además, entres los pocos instrumentos que hay, como el ecógrafo, se encuentran dañados, siendo imposible establecer si el feto viene en óptimas condiciones o si se está desarrollando correctamente”, dice la Personería.
Luego de un proceso de seguimiento, el Distrito logró determinar que “las garantías para el desarrollo psicológico y recreación de los niños se ven truncadas, debido a que partir de las cuatro de la tarde, los menores son sometidos a un encierro en un sólo patio en el que comparten su vida con otros niños y sus madres, lo cual no representa un ambiente familiar ni infraestructura física apta para la recreación del menor. Se conoció, además, que madres gestantes y lactantes siguen consumiendo sustancias prohibidas, lo que genera un retraso en el desarrollo físico y sicológico de sus hijos y una grave vulneración a los derechos de los niños”.
Después de que saliera a la luz esa información, en una carta firmada por 34 reclusas, se expresó el malestar por la información, que ellas consideran, es falsa.
“La verdad es que no entendemos como hacen pública una noticia sin antes investigar. Muestran el rostro de un bebé junto a su madre cuando está prohibido”.
“Tampoco nos parece justo que dañen el buen nombre de la Mayor Nancy Pérez y demás personas que han trabajado con tanto esfuerzo por el bienestar y la felicidad de nuestros hijos. Pedimos que por favor se retracten y hagan pública la realidad de nuestros hijos, pero con honestidad y respeto”.
Lea el comunicado completo
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