Con Alejandro Gaviria uno puede hablar de muchas cosas: de política, salud, educación, Colombia. Pero, sobre todo, de libros. Habla de su biblioteca como un refugio, como el lugar al que llega cada que las hostilidades del mundo público amenazan con abatir su tranquilidad.
Para mí fue una sorpresa grata encontrar títulos ya conocidos. Fernando Vallejo estaba allí, cerca de Stephan Zwaig y Jorge Luis Borges.
Al terminar la entrevista para otro capítulo de 'El Metalero de Kienyke' hubo tiempo para la bibliofilia; vario minutos de placer visual que traían a la memoria de Gaviria anécdotas y recuerdos de lo que son esos libros en su vida.
A Gabriel García Márquez también lo ha explorado con fruición. Los Textos Costeños, una recopilación de escritos sustancialmente periodísticos, siguen siendo uno de los referentes más importantes para quienes quieren aprender el oficio del periodismo, con sus bases necesariamente al margen de las exigencias técnicas del mundo digital. Las primeras ediciones de Cien años de soledad.
"Borges dijo una vez que había firmado tantos libros que las ediciones no firmadas iban a estar muy valorizadas", dijo Gaviria recordando al bardo argentino, misterioso hasta en su firma.
El origen de las especies, de Charles Darwin, es una de las ediciones que más valora el exministro. Esta edición de 1872, que incluyó a dios (así, o con mayúscula, como el lector prefiera) le recuerda que somos, en últimas, animales.
Entrevista completa a Alejandro Gaviria
Le tiene sin cuidado que lo vean como un ratón de biblioteca. Aunque ese es uno de los calificativos más amables que ha recibido en los últimos años. La política lo convirtió en el objetivo de ideólogos y militantes que lo ven como tibio unos y como elitista otros. Él prefiere responder que se percibe a sí mismo como un reformista democrático, con capacidad de acción centrada, y no como un revolucionario de ínfulas utópicas y totalitarias.
Y si la presión insiste en hacerse insoportable ahí está el vallenato, las canciones de Diomedes y de Jorge Oñate, “la música del pueblo” de la que habló su papá y que le habrá dado más de un respiro entre los ires y venires de ser un funcionario público, un ministro en dos ocasiones, un rector en otras y escritor la mayoría.
No le da miedo trazar relaciones conceptuales que, a simple vista, serían absurdas. ¿Fue Diomedes Díaz un equivalente a estrella del metal o del rock en La Junta? Sobre esto y otras cosas habló Gaviria con ‘El Metalero’ en una entrevista que, al menos para este último, figurará como una de las más felices, con las luces de los ministerios atenuadas y con las bombillas de las bibliotecas resplandecientes.