En la década pasada, Megan Fox era una de las actrices más deseadas de Hollywood, sus ojos claros y cabello oscuro la convirtieron en una representante de la sensualidad y la belleza americana. Reconocida por sus papeles en películas como 'Transformers' o 'Jennifer's Body', pronto fue encasillada en el personaje femenino sexual que tanto gusta en este medio.
Los años pasaron y la actriz fue abandonando poco a poco esta labor, pero ahora regresa para hablar sobre un tema bastante coyuntural, el movimiento #MeToo, se dio a la tarea de hablar sobre su propia experiencia en el mundo del cine.
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Vale recalcar que Fox, además de su físico, también es conocida por su picardía y espontaneidad al hablar, por lo que es natural que no tenga miedo de hablar sobre las injusticias por las que pasan las mujeres en Hollywood, aunque muchos se preguntan por qué no se ha pronunciado ante la iniciativa feminista.
La anfitriona de la serie documental 'Legends of Lost' habló recientemente en entrevista con el New York Times y confesó que temía por las consecuencias de contar su historia, tanto para ella como para los demás involucrados.
Recuerda que en 2009, el director Michael Bay le ofreció un personaje extra en la película 'Bad Boys II' pero como de costumbre, la idea era presenta una imagen sexualizada de sí misma, ella dice, "Me pusieron en tacones de 15 centímetros y en un biquini de la bandera [de Estados Unidos]. Me enviaron a Michael. Él me aprobó. Luego me pusieron en una escena debajo de una cascada. Te daban 500 dólares extra si estabas dispuesta a mojarte y yo estaba emocionada de que me mojaran. Todavía era una niña, pero durante esos días me trataron como una mujer adulta. Sentía que debía estar en biquini bailando bajo una cascada, yo pensé que ese era el lugar al que pertenecía".
En ese mismo año, Megan Fox contó a The Guardian que Michael Bay durante la audición a 'Transformers' le pidió lavar su Ferrari mientras la grababa, ella no sabe qué pasó con esa grabación y Bay respondió, "Este... Tampoco sé dónde está".
Luego sigue recordando con el diario neoyorquino, "usaban mis palabras y las empleaban en mi contra de una manera —en ese momento de mi vida, a esa edad y lidiando con ese nivel de fama— realmente dolorosa. No quiero decir esto sobre mí misma, pero digamos que estaba adelantada a mi tiempo y la gente no me entendió. En vez de eso, me rechazaron por características que ahora celebran en otras mujeres que han hablado públicamente. Por mi experiencia, siento que es probable que siempre estaré fuera del entendimiento colectivo. No sé si alguna vez habrá una época en que me consideren ‘normal' o alguien con quien ‘identificarse' o alguien que le pueda ‘gustar' a los demás".
La actriz de 32 años tiene mucho qué decir sobre el #MeToo pero sabiendo cómo la han tratado prefiere callar. "Basados en cómo me han tratado las personas y las feministas, no creo que sería una víctima empática. Siento que cuando yo cuente mi historia el mundo creerá que es apropiado avergonzar a una víctima".
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El medio insistió en que Megan habla sobre sus experiencias, sin embargo, ella respondió, "No soy el mazo universal de la justicia. Esto no significa que otras personas no deberían hacer lo que les parece correcto. Pero, en mi circunstancia, no siento que sea mi trabajo castigar a alguien porque me hizo algo malo".
