Son las 3 de la tarde y Luly Bossa llega algo retrasada al café en el que la espero. Aún no ha almorzado y pide una ensalada césar y un jugo de mandarina. Le dice a la mesera que por favor le quite todos los crutones de pan del plato porque los “odia”.
Está vestida con un pantalón estampado de pepas, unas botas altas, un collar largo, un gabán beige y un bolso morado. Tiene el pelo recogido y dice que hoy no está como para fotos.
−No he dormido nada. Estoy despierta desde las 3 de la mañana. Tengo muchas cosas qué pensar− Dice Luly. Su rostro está cubierto por una gruesa capa de maquillaje y sus ojos verdes están maquillados con sombras azules. Las uñas las tiene pintadas con varios colores fosforescentes.
Luly conserva el acento costeño. Es simpática y alegre a pesar de algunos embates que le han traído frustraciones en el amor o en su carrera después de que la Negra Candela difundiera un video erótico suyo.
Hoy está promocionando la novela del Canal Caracol: ‘5 Viudas Sueltas’, que terminó de grabar en noviembre de 2012, tras ocho meses de trabajo. En esta producción representa el papel de Samanta Palacio, una mujer cuyo esposo está en la cárcel.
Luly se identifica con ese personaje por guerrera: “A ella y a mí nos toca traer el pan a la casa aunque se nos esté cayendo el mundo”. También critica a Samanta por ser totalmente ciega en el amor. “Ella debe recibir muchos golpes para admitir que fue una estúpida total. En realidad aunque aguanta y aguanta, lo más lindo es cuando se derrumba y su amigo gay le dice ¡Oye inventa! ¡No te dejes!”, cuenta Luly como si estuviera hablando de ella misma.
“Después del video muchas personas pelaron el cobre”
Luly Bossa es contundente: a la Negra Candela no la saludaría si se la encuentra algún día.
Le pregunto en qué se gastó los 86 millones ganados con la demanda y se ríe. “Pues en vivir”, contesta.
Por la época en la que se difundió el video “algunos banqueros… y otras personas de estrato alto, pelaron el cobre”, la buscaron para hacerle propuestas indecorosas y descubrió que no había amigos.
“La Negra Candela me hizo mucho daño y tuve que hacer un proceso de sanidad muy fuerte. Me metí a estudiar teología en un instituto bíblico para saber qué pasa en el ámbito espiritual. Y así luché contra eso que me podía tumbar: me dañaba a mí, a mis hijos y a mi carrera. Mi hijo mayor, que en ese entonces tenía 8 años, soportó que le hicieran bullying en el colegio y se dañó nuestra relación. El pequeño nació con muchos problemas. Son consecuencias a todo nivel, que la gente no piensa cuando hace lo que hace”, cuenta.
Lucianni y Ángelo Bossa, de 20 y 11 años, respectivamente, son los hijos de Luly. El mayor estudia artes plásticas y el menor pinta.
La falta de sueño y el cansancio de esta actriz se deben en gran parte a la enfermedad de Ángelo, quien nació con distrofia muscular (enfermedad hereditaria que debilita los huesos) y tiene problemas para caminar.
“Anoche no pude dormir, es que tengo muchas cosas y todo el día me lo paso con mi hijo menor. A mí me toca sola. A él se le rompieron varios huesos en un año y tiene miedo de salir. Con la empleada lo sacamos a montar bicicleta y le encontré un buen colegio por Internet. Mi meta es sacarlo adelante”, cuenta.
Otra de las actividades de Luly con su hijo es ver programas médicos en canales como Discovery Channel. Admite que no le gusta mucho ver novelas, aunque le toca por su trabajo, pero también las reemplaza por libros de ficción. Ahora anda encarretada leyendo los cuatro tomos de las Crónicas de SpiderWick. Dice que ella y su hijo son felices en ese mundo de de dragones.
Otro programa que ve mucho es el reality de vestidos de novia Say Yes to the Dress.
−Es que yo en serio me quiero casar. Yo me eché dos veces para atrás. Me dieron el anillo como quería pero sabía que eso no iba para ninguna parte; prefiero estar un ratico y no terminar mal. Ahora sí me quiero casar, pero no con una persona de acá, eso si lo tengo clarísimo…
“Lo que ves es lo que hay”. En realidad Luly responde a todas las pregunta. Es un “open book” (libro abierto), como ella misma dice, y no se intimida al afirmar que sabe lo que muchos colombianos piensan de ella.
“No tengo por qué estar probando lo que soy. La persona que se acerque debe saber que hay un mundo interior muy grande y que yo ya no ando con pendejadas, ni estoy para mantener a nadie: ya tuve todos los feos, estrato cero, vaciados, estrato 10, todo. Si no valoras lo que tú eres después de todos los golpes estás fregado.”
“¿Y si me caso qué?’”
La obra de teatro de Luly Bossa Y si me caso qué ha sido su catartasis.
La empezó a crear en el 2011 con el actor Germán Quintero. Llegaba a escribirla todas las noches: ahí puso todas sus experiencias para representar a María, una mujer que a los 50 años encuentra por fin a su príncipe azul.
María ha besado muchos sapos en 18 años de relaciones serias y no tan serias. “Ella viaja a Nueva York y allá le pasa de todo con los hombres: la atracan, por ejemplo, y por eso se devuelve a Colombia a buscar seguridad, pero termina siguiéndole el consejo a una amiga que dice que los menores son más ricos, más duritos y esa es su nueva perdición”, cuenta Luly, quien también salió con alguien mucho menor hace unos años, pero del que dice que es mejor ni hablar: “resultó todo un fiasco”.
Por eso en esta obra habla del príncipe y el sapo (el del video). A ese sapo, que tanto daño le hizo, le va quitando capas como una cebolla, hasta decepcionarse totalmente.
Al final del acto, Luly vuelve a ser ella misma para dar su conclusión, después de una demanda que duró 10 años por el video.
−Le preguntó a mi público: ¿nos filmamos o no nos filamos? Obvio, mi consejo es que ¡ni de fundas! Yo me burlo mucho de mí misma y en la obra muestro que todo ese viaje es lo que ha formado mi identidad, estas decisiones y marcas de la vida son como las rayas del tigre por eso el subtítulo. Todos somos marcados por la vida en algún momento y lo único que no podemos es perder la fe…
A la Negra Candela también la nombra en la obra, pero como la ‘Morena de Fuego’. “Hablo de ella, pero desde el respeto. No gano nada si le pago con la misma moneda y me pongo en el mismo nivel. Eso no es lo que quiero para mis hijos”.
Su ‘vieja chávela’
En la obra Luly también le rinde un homenaje a su ‘vieja chávela’, su mamá, Isabel Brieva, a quien imita. Esas escenas las ambienta con son cubano: la música con la que se enamoraron sus padres. “Le hago un homenaje como si estuviera viva, porque o si no todos nos podemos a llorar y, en cambio, la gente se muere de la risa con ese personaje. Es que mi madre era una de esas cartageneras de las que ya no hay”.
Ana de Negro es el personaje que Luly más recuerda porque en esta telenovela de los años noventa trabajó con su madre. “La historia era muy parecida a lo que era nuestra relación, con la suerte de que mi mamá sí me duró hasta los 88 años. Es un personaje que por ser mi primer papel protagónico y tener un rating impresionante me abrió las puertas en otros países y a mí me dejó muy buenos recuerdos”.
Luly no volvió mucho a Cartagena, la ciudad donde nació y vivió hasta los 12 años. En realidad, ella iba cuando Fanny Mickey estaba viva. Eran grandes amigas y Mickey acostumbraba a celebrar su cumpleaños allí.
Dice que las playas están feas, no se aguanta el clasismo de la ciudad, y que tumben las casas para hacer muchos edificios.
−¿Cómo te imaginas al hombre con el que te quieres casar?
−Sobre todas las cosas que me respete y tenga los valores al derecho; una persona que crea en lo mismo que yo. Me gustaría irme con mis hijos a Los Ángeles, además porque lo que estoy buscando para ayudar a mejorar a mi hijo pequeño no está en Colombia.
−Si haces un recuento de tu vida, ¿cómo la ves?
−Mi vida es una montaña rusa con decisiones tremendamente fuertes. No tengo tiempo de hacer un duelo, cuando me pasan las vainas las asumo y si tengo un tiempito me meto al baño y las berreo todo lo que puedo, así suelto y ya, chao.
@JuanaRestrepo87
“La Negra Candela me hizo mucho daño”
Vie, 14/06/2013 - 09:01
Son las 3 de la tarde y Luly Bossa llega algo retrasada al café en el que la espero. Aún no ha almorzado y pide una ensalada césar y un jugo de mandarina. Le dice a la mesera que por favor le quite