La esencia de Franklin Ramos proviene de su pueblo natal: Mompox. La arquitectura, las artesanías en filigrana, la cultura y las fiestas religiosas despertaron su pasión por el arte. Allí vivió toda su infancia. Luego escapó a Medellín cuando tenía 17 años. Quería buscar otra vida y conocer el mundo. Lo hizo sin avisar en su casa y con poca plata en el bolsillo. En la Ciudad de la Eterna Primavera conoció la moda y la belleza. Inició sus estudios en artes plásticas y descubrió su pasión por la pintura, aquella que más adelante lo convertiría en uno de los mejores maquilladores del país. “Me llamó la atención el hecho de poder plasmar algo en el rostro. Colorearlo”, dice.
A sus 43 años, Franklin ha trabajado para celebridades de Hollywood como Steven Tyler, Paris Hilton, Hilary Duff, Fergie, de la banda The Black Eyed Peas, y Sofía Vergara. Aunque se siente orgulloso de haber estado con grandes personalidades, disfruta a cada uno de sus clientes como la niña de 15 años que siempre soñó que él la maquillara en su cumpleaños.
Confiesa que es bailarín y cantante frustrado, pues solo logró cantar para el coro de la iglesia cuando era un niño. Es vegetariano, melómano y su pasatiempo favorito es reorganizar su closet para descubrir cosas que dejó de usar. Luego de su participación en el reality show Colombia’s Next Top Model, lanzará un manual de maquillaje el próximo mes de marzo. Este ha sido su recorrido luego de más de 20 años de carrera.
La formación de Franklin ha sido empírica, experimental y resultado de su fijación por observar. Asegura que puede sentarse en cualquier lugar a ver pasar personas y alimentar su creatividad. Así como lo hace cuando asiste a ferias de moda en Brasil, Miami y Nueva York o al Cosmoprof; evento líder a nivel mundial para el sector profesional de la belleza e industria cosmética. Otra fuente de inspiración son las revistas, aquellas que describe como su biblia. También ha tomado algunos talleres para complementar sus conocimientos.
Cuando descubrió su talento para maquillar, sus amigas y las mujeres de la cuadra donde vivía en Medellín fueron sus primeras clientas. Luego retornó a Mompox y tuvo como maestra a la dueña de una peluquería. Poco después llegó Cartagena a trabajar en un lugar muy reconocido que lo involucró con el Reinado Nacional de la Belleza.
Finalmente, Franklin se estableció en Bogotá. Llegó a la capital por Germán Palomino, famoso asesor de imagen de los años noventa y el favorito de la farándula de la época. Palomino le ofreció un puesto en su peluquería. Fue allí donde conoció a fondo el negocio de la moda y comenzó a trabajar en revistas, con fotógrafos y en editoriales de moda. Fue el comienzo de su reconocimiento.
Desde esa época, Franklin no ha parado. Ahora es un reconocido asesor de imagen, tiene su propia peluquería y una marca que lleva sus iniciales FR. Tiene champú, acondicionador, mascarilla y crema para peinar. Se caracterizan por ser biodegradables, termoprotectores y no contener grasa ni detergentes.
De su participación en el reality Colombia’s Next Top Model asegura que es un trabajo en el que se ha divertido y aprendido mucho. También admite que lo han sorprendido las demostraciones de cariño de la gente que no lo conoce y se le acerca en la calle.
Ha mostrado mano dura con las participantes y lo admite. "El mundo del modelaje es así. Hoy te cierran una puerta y tienes que ser fuerte. Tienes que pararte y volver a caminar en una pasarela. Lo que la gente no sabe es que es una profesión que necesita disciplina y constancia. Tiene que haber alguien que ponga la parte fuerte. La gente no se lo imaginaba y este programa muestra todo lo que una modelo tiene que vivir. Ser modelo no es solo tener una cara bonita”.
En 20 años Franklin se visualiza como un empresario exitoso. Trabaja sin descanso para eso. Por ahora, seguirá visitando Mompox para recargarse de energía y disfrutar del mejor momento de su vida profesional.
Confiesa que es bailarín y cantante frustrado, pues solo logró cantar para el coro de la iglesia cuando era un niño. Es vegetariano, melómano y su pasatiempo favorito es reorganizar su closet para descubrir cosas que dejó de usar. Luego de su participación en el reality show Colombia’s Next Top Model, lanzará un manual de maquillaje el próximo mes de marzo. Este ha sido su recorrido luego de más de 20 años de carrera.
La formación de Franklin ha sido empírica, experimental y resultado de su fijación por observar. Asegura que puede sentarse en cualquier lugar a ver pasar personas y alimentar su creatividad. Así como lo hace cuando asiste a ferias de moda en Brasil, Miami y Nueva York o al Cosmoprof; evento líder a nivel mundial para el sector profesional de la belleza e industria cosmética. Otra fuente de inspiración son las revistas, aquellas que describe como su biblia. También ha tomado algunos talleres para complementar sus conocimientos.
Cuando descubrió su talento para maquillar, sus amigas y las mujeres de la cuadra donde vivía en Medellín fueron sus primeras clientas. Luego retornó a Mompox y tuvo como maestra a la dueña de una peluquería. Poco después llegó Cartagena a trabajar en un lugar muy reconocido que lo involucró con el Reinado Nacional de la Belleza.
Finalmente, Franklin se estableció en Bogotá. Llegó a la capital por Germán Palomino, famoso asesor de imagen de los años noventa y el favorito de la farándula de la época. Palomino le ofreció un puesto en su peluquería. Fue allí donde conoció a fondo el negocio de la moda y comenzó a trabajar en revistas, con fotógrafos y en editoriales de moda. Fue el comienzo de su reconocimiento.
Desde esa época, Franklin no ha parado. Ahora es un reconocido asesor de imagen, tiene su propia peluquería y una marca que lleva sus iniciales FR. Tiene champú, acondicionador, mascarilla y crema para peinar. Se caracterizan por ser biodegradables, termoprotectores y no contener grasa ni detergentes.
De su participación en el reality Colombia’s Next Top Model asegura que es un trabajo en el que se ha divertido y aprendido mucho. También admite que lo han sorprendido las demostraciones de cariño de la gente que no lo conoce y se le acerca en la calle.
Ha mostrado mano dura con las participantes y lo admite. "El mundo del modelaje es así. Hoy te cierran una puerta y tienes que ser fuerte. Tienes que pararte y volver a caminar en una pasarela. Lo que la gente no sabe es que es una profesión que necesita disciplina y constancia. Tiene que haber alguien que ponga la parte fuerte. La gente no se lo imaginaba y este programa muestra todo lo que una modelo tiene que vivir. Ser modelo no es solo tener una cara bonita”.
En 20 años Franklin se visualiza como un empresario exitoso. Trabaja sin descanso para eso. Por ahora, seguirá visitando Mompox para recargarse de energía y disfrutar del mejor momento de su vida profesional.
