Este martes 31 de diciembre, Alberto Gamero presentó su renuncia a la dirección técnica de Millonarios, un movimiento que fue aceptado por las directivas del club, poniendo fin a su ciclo como entrenador del equipo capitalino. La salida del estratega samario se produce tras una temporada en la que, a pesar de su gran legado, no logró alcanzar el título en la Liga BetPlay 2024-II, lo que dejó a los hinchas y dirigentes con la sensación de que era el momento de un cambio.
Desde su llegada en 2020, Gamero fue artífice de una transformación notable en el estilo de juego de Millonarios. Bajo su mando, el equipo se consolidó como uno de los más competitivos del fútbol colombiano, demostrando un fútbol ofensivo, organizado y con una identidad clara. Durante su etapa en el club, el técnico samario consiguió el título de la Liga BetPlay 2023-I, una Superliga (2024) y una Copa BetPlay (2022), logros que marcaron una de las etapas más exitosas del club en los últimos años.
Sin embargo, en este 2024, los resultados no acompañaron a Gamero. Millonarios no alcanzó el campeonato de la Liga y terminó siendo superado por equipos con plantillas más reforzadas. Esta situación, sumada a las expectativas de los hinchas y la presión interna, pareció ser el detonante de una decisión que, si bien sorprendió a algunos, muchos veían como una salida inevitable.
Amenazas y presión externa: el otro factor detrás de la renuncia
La salida de Gamero, sin embargo, no estuvo exenta de controversias y problemas fuera del campo. Según el periodista César Augusto Londoño, la renuncia del entrenador estuvo acompañada por una creciente sensación de inseguridad y amenazas hacia su persona. Londoño reveló que Gamero había manifestado que no podía ni siquiera salir a la playa en su ciudad natal, Santa Marta, debido a los insultos y amenazas que recibía constantemente, especialmente en los últimos días. La presión emocional y psicológica parece haber tenido un impacto significativo en la decisión del técnico de dejar su puesto.
Este aspecto resalta la difícil situación que viven muchos entrenadores en el fútbol colombiano, donde la constante presión de los medios, la hinchada y las expectativas de los directivos pueden generar un ambiente tóxico para los profesionales, especialmente cuando los resultados no se dan. En este contexto, la renuncia de Gamero no solo responde a factores deportivos, sino también a una carga emocional que, según varios informes, fue insostenible para él.
Carlos Antonio Vélez: "El ciclo de Gamero ya había terminado"
En medio de la salida de Gamero, los periodistas deportivos no tardaron en opinar sobre su gestión y el futuro del club. Carlos Antonio Vélez, uno de los comentaristas más influyentes del país, opinó en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que el ciclo de Gamero en Millonarios "ya había terminado", algo que él mismo reconoció. Vélez apuntó que la decisión de darle salida a una gran cantidad de jóvenes mientras que otros equipos se reforzaban con jugadores de mayor "caché" dificultaba la posibilidad de seguir en el cargo.
“El ciclo de Gamero había terminado y él más que nadie lo sabía. Dándole salida a jóvenes por manojos, mientras los demás se armaban hasta los dientes, no tenía sentido continuar. El reemplazo debe ser alguien con ‘caché’ y que eleve el nivel. Los DTS solos no ganan títulos. Ellos, más jugadores y directivos dispuestos a meter plata, por todas partes, son los protagonistas reales”, escribió Vélez, dejando claro que, a su juicio, el proyecto de Gamero había llegado a su fin debido a las diferencias entre el presupuesto de Millonarios y el de otros equipos.