Carlos Enrique Lehder Rivas comenzó su portuario criminal en Nueva York robando autos y terminó creando uno de los sistemas de transporte de drogas más sofisticados en los años ochenta. Fue capturado gracias a la delación de su antiguo socio Pablo Escobar en 1987 e inmediatamente extraditado a Estados Unidos sin que ningún capo intercediera por él.
Los primeros años de Lehder fueron complicados, es hijo de Klaus Willhelm Lehder, inmigrante alemán y Helena Rivas, hija de joyeros manizaleños.
Nació el 7 de septiembre de 1949 y fue el tercero de cuatro hermanos. La historia cuenta que fue maltratado, sus padres lo describían como un joven inteligente pero sumamente amargado e impulsivo. Lehder pasó parte de su infancia en una finca cercana al aeropuerto de Armenia. A sus 15 años sus padres se divorciaron y Lehder convivió un tiempo con su padre y posteriormente con su madre viajó a Nueva York.
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Sus inicios en el crimen se situaron precisamente en Nueva York, allí comenzó robando autos y rápidamente logró organizar una red de compraventa de automóviles robados. Su nombre ya era conocido en las calles estadounidenses. A medida que su fortuna crecía producto de ilícitos, se hacía popular por lo que el FBI ya tenía conocimiento de su participación en varios crímenes y le seguían la pista.
Lehder pasó de los autos al tráfico de marihuana, a mediados de los 70 fue enviado a la cárcel de Connecticut por traficar alrededor de 200 kilos de marihuana.
En 1975 empezó a planear nuevas rutas de narcotráfico por las que transportaría cocaína, el producto con el que además de conseguir dinero también buscaba desestabilizar a la sociedad norteamericana, pues se conoce que era una de sus premisas antiimperialistas.
Para reunir capital compró un par de aviones viejos, los arregló y posteriormente se los vendió a otros narcos para que transportaran marihuana. Teniendo el dinero logró engañar a un estadounidense que, a su vez, había tenido negocios con el estafador Robert Vesco por un exitoso fraude bancario. Este, huyendo de la justicia norteamericana, escapó a las islas Bahamas y compró Cayo Norman.
El estadounidense desapareció misteriosamente y Lehder se quedó con la isla que quedaba a solo 200 millas de la costa norteamericana. Su plan era que sirviera como punto de desembarco de los cargamentos de drogas que provenían de Colombia, con una flotilla de aviones pequeños que compró para que, en medio de su vuelo, lanzaran las pacas en puntos de la playa previamente establecidos. Entonces, la cantidad de droga pasó a toneladas y así sus ganancias.
Lehder entendió que el negocio iba cambiando y los gringos ahora buscaban más cocaína que marihuana, por lo que decidió asociarse con Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, el 'Mexicano', los que dominaban el negocio de la coca en el mundo. Los tres fundaron el conocido Cartel de Medellín, y gracias a la construcción de una pista clandestina en Bahamas los cargamentos de coca que llevaban a Estados Unidos eran cada vez más grandes.
Como crecían los cargamentos así lo hacía su fortuna, tanto así que en 1978 comenzó las obras de La Posada Alemana, el más reconocido de sus inmbuebles, que para el año de su inauguración en 1982 contaba con 24 cabañas tipo suizas, un restaurante, un centro de convenciones, una discoteca con mirador, había una jaula con cóndores, otra con una pareja de leones, una cava de vinos y una estatua del músico John Lennon. El inmueble pasó a un proceso de extinción de dominio, y producto del paso del tiempo y múltiples saqueos actualmente no es más que un montón de escombros.
Lehder logró corromper con su dinero a todo tipo de personajes en Colombia, pero hay un caso en particular que fue la gota que derramó la copa. El caso del obispo de Pereira, monseñor Darío Castrillón, que personalmente aseguró recibir dineros del narcotraficante: "Yo mismo he recibido dinero de ellos (la mafia), y lo he repartido entre 105 pobres".
Después de desnudar públicamente su propia conducta, monseñor Castrillón, se fue contra parlamentarios, políticos de prestigio, y miembros del Ejército y la Policía, a quienes sindicó de recibir dineros de la mafia en sus cuentas personales y de celebrar orgías en las casas de los narcotraficantes.
El dinero era tal que se convirtió en un excéntrico multimillonario, rockero y adicto a las drogas. Paseaba en limusinas por Armenia, tenía los últimos autos de lujo del mercado y los únicos que había en el país, regalaba carros de bomberos y hasta financió un círculo de periodistas en su ciudad. Su perfil empezó a llamar mucho la atención.
Lehder decidió crear el Movimiento Latino Nacional para canalizar su poder político y rebelarse contra un posible tratado de extradición. Su actividad ilícita fue pública y no dudaba en conceder entrevistas a medios nacionales. Invitaba a los periodistas a sus mansiones, a las que llegaban en su propio transporte para que no pudieran ubicarlos.
Fue secuestrado el 19 de noviembre de 1981 por el M-19 que había encontrado en los narcotraficantes una importante fuente de ingresos. Lehder logró escapar y en compañía de Pablo Escobar fundó el grupo armado Muerte a Secuetradores (MAS). Ofreció millonarias recompensas por información que lo llevara a dar con el paradero de sus efímeros captores.
Su extravagancia y constante presencia en los medios llevaron a que su relación con otros capos del narcotráfico se viera debilitada. Nadie confiaba en él pues acostumbraba a hacer declaraciones muy contundentes mezcladas con fantasía, una bomba de tiempo le decían al “Loco Lehder”.
Lehder aparecía constantemente en los medios de comunicación gracias a esto Yamid Amat pudo entrevistarlo, y producto de sus declaraciones se puso en el ojo del huracán ya que prácticamente confesó muchos de sus crímenes. Esto sumado a la ya debilitada relación con los otros capos lo acercó a su captura.
La adicción a las drogas hizo que su relación con Pablo Escobar se deteriorara y luego de una fiesta en la que Lehder asesinó a uno de los escoltas de Escobar, este último decidió que era el momento de traicionarlo y tenderle una trampa para que fuera capturado.
En un operativo de película, con helicópteros y soldados llegaron hasta una hacienda cercana a Medellín donde estaba y lo capturaron el 4 de febrero de 1987, junto a varios jóvenes que le servían de guardaespaldas. En menos de 18 horas ya estaba montado en un avión que lo trasladaría hasta la cárcel de Tampa, Florida. Luego de un juicio de siete meses, fue condenado a cadena perpetua más 135 años de prisión.
Para rebajar su pena, en 1991 aceptó un trato con agentes antimafia para testificar contra el ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega y su relación con el capo Pablo Escobar. Fue clave en su condena, y por sus declaraciones había acordado rebajar su pena a 30 años y que no recibiría más años que Noriega. No le cumplieron ninguno de los dos beneficios.
En el 2015 pidió al Gobierno colombiano que se le permitiera cumplir su pena en Colombia, a lo que recibió una negativa. Lehder de 70 años al parecer está gravemente enfermo y Alemania se declaró dispuesta a acogerlo como gesto humanitario.
El narcotraficante al parecer no tendrá un proceso ante los tribunales alemanes. Además se especula que detrás de la llegada del colombiano al país europeo hay un acuerdo diplomático.