Un soldado fue asesinado en el suroeste de Colombia y las Fuerzas Militares achacaron el crimen al grupo Carlos Patiño del Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC y con la que el Gobierno tiene activo un cese de operaciones ofensivas desde el martes y a la espera del inicio del cese el fuego el 16 de octubre.
Las Fuerzas Militares detallaron en sus redes sociales que el soldado Dinolberto León Martínez fue asesinado por la estructura "Carlos Patiño de las disidencias de las FARC mientras realizaba el despliegue operacional para el dispositivo electoral en zona rural de Balboa", en el convulso departamento del Cauca.
Hasta el momento no se conocen más detalles de este caso que ocurre apenas tres días después de que el Gobierno y el EMC confirmaran en el municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander (fronterizo con Venezuela), el arranque del cese de ofensivas, un anuncio que se esperaba con ansias pero que estaba pendiente de un hilo tras los desencuentros entre las delegaciones de ambas partes inmersas en el arranque de un proceso de paz.
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Tanto el vocero del EMC, Andrey Avendaño, como el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, confirmaron que a este cese de ofensivas seguirá un cese al fuego en 8 días, a partir del 16 de octubre, después de que en Tibú aumentara la tensión y que los líderes sociales y campesinos alertaran que la delegación del Gobierno no podría abandonar el lugar.
El cese al fuego se extenderá por tres meses hasta final de año.
El camino que han recorrido las delegaciones del Gobierno y del EMC no ha sido fácil, ni corto. Desde el año pasado se han sucedido los acercamientos previos que desde hace unos meses se convirtieron en reuniones oficiales con varios anuncios como resultado desde el departamento del Cauca.
En la última semana, la tirantez incrementó, con declaraciones y acciones de ambas partes que fueron los ingredientes de una receta llena de inquietud y desasosiego que hasta el último momento mantuvieron las dudas de si se realizaría el evento.
El EMC había incrementado sus acciones violentas, sobre todo contra la fuerza pública, en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, mientras que el Gobierno era reticente a dejar de lado los operativos contra las actividades ilegales de este grupo.