La Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario (AFYDI) presenta un análisis exhaustivo sobre la situación actual de la vivienda para arriendo en Colombia, revelando que el déficit de vivienda en arriendo para estratos medio y bajo en Bogotá ha alcanzado un 30% respecto a la demanda, una cifra que refleja la creciente dificultad para encontrar viviendas accesibles en la capital.
Esta carencia en la oferta ha cambiado el panorama inmobiliario, especialmente en Bogotá, donde la presión sobre el mercado de arriendos es cada vez más evidente.
En las últimas dos décadas, el mercado inmobiliario en Colombia ha experimentado importantes fluctuaciones. Desde 2002 hasta 2015, el país vivió un auge marcado por un crecimiento económico sostenido, altos precios del petróleo y una estabilidad política que favoreció la
construcción de Vivienda de Interés Social (VIS), respaldada por subsidios gubernamentales. Esta situación creó un amplio inventario de viviendas para la clase media y media-alta, y consolidó un periodo de alta demanda en el sector.
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Según los datos de AFYDI, a septiembre de 2024, el inventario de viviendas en Bogotá para estratos medio y alto asciende a 1,800 unidades, mientras que la oferta para estratos medio bajo y bajo es muy limitada. De acuerdo con la consultora Galería Inmobiliaria, que realiza mensualmente un censo de vivienda usada para venta y arriendo, el total de unidades en arriendo en Bogotá en el mismo mes fue de 3,700. Esto significa que las 105 empresas inmobiliarias asociadas a AFYDI representan aproximadamente el 50% de la oferta de arriendo en la ciudad.
El análisis de AFYDI muestra que el arriendo promedio en Bogotá para 2024 se sitúa en 2,260,000 pesos. Sin embargo, existe una notable escasez en la oferta de propiedades con arriendos inferiores a 2 millones de pesos, donde por cada unidad disponible hay dos inquilinos interesados.
En este rango, la alta demanda reduce los tiempos de colocación a menos de un mes y en
ocasiones genera listas de espera. En contraste, para viviendas cuyo arriendo supera los 5 millones de pesos, el tiempo de espera para encontrar un inquilino puede llegar hasta seis meses, debido a que la oferta en este rango excede ampliamente la demanda.
Este contexto resalta la necesidad urgente de reactivar la construcción de vivienda No VIS,
especialmente para los estratos 3 y 4, donde la demanda sigue en aumento. Con una tendencia de reducción en las tasas de interés hipotecarias, que podrían alcanzar niveles similares a los registrados antes de la pandemia, se prevé que la decisión entre comprar o arrendar vivienda vuelva a ser más equilibrada en el corto plazo.
La presión en el mercado de arriendo en Bogotá y sus alrededores subraya la importancia de una rápida respuesta del sector de la construcción y de los entes gubernamentales, especialmente en la oferta de vivienda para los sectores medio y medio-bajo. Una adecuada oferta de vivienda No VIS contribuirá a estabilizar el mercado y a cubrir la creciente necesidad de las familias que, por las actuales condiciones económicas, optan por el arriendo.