Cristina Rodríguez Romero dice que en el Día del Orgullo LGBTIQ+ las mujeres trans no tienen mucho que celebrar. Asegura que, a pesar de los esfuerzos, Colombia sigue siendo un país en el que se imponen medidas discriminatorias, en el que la respuesta institucional es nula, donde se invalida su existencia y sus derechos son vistos como no esenciales.
Es comunicadora social y periodista, docente, fotógrafa y trabajadora del Fondo Lunaria Mujer, una organización feminista que busca recursos para apoyar iniciativas de mujeres pertenecientes a esta comunidad en todo el territorio nacional. Ha tenido que vivir en carne propia las barreras impuestas para las mujeres trans, ha sido un ejemplo de superación, de lucha y de reconocimiento de la diversidad.
En diálogo con KienyKe.com explicó cuáles son los principales obstáculos que se presentan para que las mujeres trans puedan gozar plenamente de sus derechos. En primer lugar, mencionó que en Colombia prima la discriminación, la ignorancia y la falta de educación respecto a las ideologías de género, la autonomía de la población diversa y sus derechos sexuales y/o reproductivos.
Dijo que para las mujeres trans es más difícil conseguir, por ejemplo, oportunidades laborales, debido a los fundamentalismos derivados de muchas creencias religiosas y la vida costumbrista que han contribuido al rechazo de las diferentes formas de vida.
“Las mujeres trans son supremamente vulneradas en Colombia. Los atropellos van desde medidas discriminatorias hasta asesinatos. Las barreras que hay en la población trans están en todas las esferas de la sociedad, como el no reconocimiento de sus derechos, la mala prestación de los servicios, el trato inhumano, la poca atención en las instituciones, las cuales se supone deberían estar formadas para atender y velar por los derechos de la comunidad. Es una doble vulneración constante”, aseguró.
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Señaló que otro de los obstáculos es que muchas mujeres trans no han podido cambiar su nombre y componente de sexo en la cédula, lo que les ha dificultado el acceso a varios servicios necesarios o la posibilidad de recibir ayuda institucional en cualquier tipo de circunstancias por miedo a ser blanco de discriminación.
“Por temor de que les traten en el género con el que no se identifican, las mujeres trans prefieren no asistir a centros asistenciales, hospitalarios u otras instituciones para recibir ayuda. Ya sea por medicina o para algún servicio especializado. Eso hace que muchas mujeres trans vivan en el anonimato y que no puedan acceder a sus derechos a plenitud. Desde la salud, la movilización o ingresar a ciertos espacios”, mencionó.
Según indicó, “a las únicas que les importan las mujeres trans son a las mismas personas trans o a sus círculos más inmediatos”, pues tristemente no hay garantías para que ellas puedan tener una buena condición de vida, ni en las ciudades capitales ni en los territorios más alejados, en donde también hay mujeres trans afros, campesinas, líderes comunitarias y sociales que han sido vulneradas. Por ejemplo, no tienen un verdadero acceso a la justicia.
“Los transfobicos y las trans-excluyentes niegan, invalidan e invisibilizan nuestra existencia. Al parecer, a la sociedad solo le importan las trans bonitas de las revistas. No hay apoyo institucional, hay negligencia en cuanto a lo que pasa con estas personas. Por ejemplo, lo que pasó en Bogotá con Alejandra Monocuco y las otras chicas que han asesinado en la Costa y en Tunja. Es impresionante que durante mucho tiempo se hayan denunciado estas circunstancias y no pase nada más allá de una disculpa”, mencionó.
Cristina Rodríguez afirmó que la vida de las mujeres trans sí importan y que, por esa razón, se deben visibilizar sus vivencias, darles voz y crear verdaderas estrategias de protección para que todas ellas puedan tener una mejor calidad de vida, y se deje de lado las amenazas en su contra, los asesinatos, señalamientos y tipos de perjuicios.
“Este es un proceso cultural, que debe ser apoyado desde la institucionalidad para la ciudadanía. El cambio de imaginarios hacia las personas trans es muy importante. Hay que entender la importancia de la vida de las mujeres trans, fomentar la formación en temas de educación sexual, identidad de género y respeto ante las diferencias. Creo que el compromiso es de todos porque como sociedad tenemos que avanzar”, finalizó.