El Gobierno de Colombia dispuso este martes enviar más tropas al departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, para evitar que los grupos armados sigan atentando contra los oleoductos en esta parte del país.
"Lo que se ha dispuesto desde el Comando General de las Fuerzas Militares es el envío de más tropa que pueda ejercer vigilancia sobre el oleoducto, es difícil tener un control metro a metro, pero habrá intensificación de patrullajes que logren disminuir estos atentados", dijo el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
Cenit, la empresa filial de la estatal Ecopetrol que transporta hidrocarburos, informó el lunes que los oleoductos colombianos Caño Limón-Coveñas y Bicentenario fueron blanco de cinco atentados en el departamento de Arauca, acciones perpetradas por "terceros desconocidos".
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El oleoducto Caño Limón-Coveñas, de 770 kilómetros de longitud, transporta el petróleo desde los pozos de Arauca hasta Coveñas, un puerto colombiano en el mar Caribe.
De acuerdo con el ministro Velásquez, se van a intensificar los patrullajes para prevenir estas acciones que "no solo atentan contra la economía del país, sino contra el medio ambiente".
Este año ya han sido cinco los atentados al Caño Limón-Coveñas, acciones terroristas que dejan pérdidas económicas y daños al medio ambiente porque el crudo contamina fuentes de agua.
Aunque Cenit no atribuyó el ataque a ningún grupo armado ilegal, el comandante de la Fuerza de Tarea Quirón del Ejército, el general Javier Africano, lo atribuyó a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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La violenta escalada del ELN en Arauca ocurre justo después del vencimiento del cese al fuego bilateral que fue pactado hasta la medianoche del pasado 3 de agosto.
En mayo pasado, ese grupo guerrillero puso cuatro condiciones para seguir en la mesa: retirada del ELN de la lista de grupos armados organizados (GAO), materialización de un fondo para financiarse a cambio de cesar el secuestro extorsivo, suspensión de los acercamientos del Gobierno al frente Comuneros del Sur (una escisión de la guerrilla) y el fin de las operaciones ofensivas de las fuerzas de seguridad del Estado.
Por ahora, la crisis de la mesa de negociaciones se mantiene, a la espera de que los diálogos entre el Gobierno colombiano y la guerrilla lleven a una salida del congelamiento y a retomar el cese al fuego bilateral.