Para los habitantes de la vereda La Guayana, en Caldas, conectarse a internet siempre ha sido -como en tantas partes de Colombia- un sueño escurridizo. Incluso, en muchos de los casos, una aventura para una comunidad que debe literalmente cazar “las tres rayitas” de señal para poder comunicarse. Algo que en las grandes ciudades es la cotidianidad y aquí se convierte en lujo. La brecha digital, que llaman.
Así las cosas, razón hay de que el mismo sol que baña las montañas de este territorio del municipio de Villamaría, se vea reflejado en los rostros de esta pequeña población que empieza a tener esperanza de salir de la desconexión, gracias a uno de los programas bandera del Gobierno Nacional: las Juntas de Internet - Comunidades de Conectividad.
Esta tierra de flores, montañas imponentes y hermosos paisajes, muchas veces ignorada por la política pública, fue la escogida para hacer la firma de un convenio interadministrativo entre el ministerio TIC, en cabeza del Ministro Mauricio Lizcano y la Gobernación de Caldas, liderada por Henry Gutiérrez, que sacará adelante 160 Juntas de Internet en todo el departamento. Ocho mil hogares que, por primera vez, podrán conectarse desde la comodidad de su casa.
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“¡Así es que se hace! Hay que llegar a donde está la gente. Les agradezco por tener en cuenta las comunidades rurales”, dice Félix Cipagauta, un hombre de unos 75 años, residente de Villamaría, testigo del olvido en que muchas veces ha quedado su tierrita.
Para muchos, el acceso a internet es algo cotidiano, casi dado por sentado. Pero para los habitantes de esta zona no lo es, Félix y sus vecinos viven acostumbrados a buscar desesperadamente señal, a pesar de que recientemente se haya instalado una antena en Villamaría. Una especie de aislamiento digital, mientras el resto del mundo avanza a una velocidad que a ellos hasta ahora les parecía inalcanzable.
La llegada de las Juntas de Internet, de la mano con la apuesta del Ministerio TIC de conectar y empoderar a la Colombia profunda, promete cambiar esa realidad. La premisa es sencilla pero revolucionaria: las propias comunidades, en cabeza de sus juntas de acción comunales, organizaciones sociales o étnicas, serán las proveedoras de su acceso a internet estableciendo tarifas sociales que ellas mismas determinarán, en función de los costos de la prestación del servicio.
Este modelo representa un cambio radical en cómo se gestiona la conectividad en el país, y es particularmente relevante para las zonas rurales y de difícil acceso, como la vereda donde vive Félix. Él ha sido testigo de los cambios que el tiempo ha traído a la región: recuerda cómo el Nevado del Ruiz y el Nevado de Santa Isabel, imponentes en el paisaje cotidiano, ya no son lo mismo de antes por cuenta del deshielo. Sin embargo, lo que sorprende es que en pleno 2024 siga siendo tan complicado conectarse al mundo exterior desde su vereda.
Pero ahora hay esperanza, sobre todo para el futuro de los jóvenes: “Nosotros estamos muy contentos, toda la comunidad lo está, sobre todo los muchachos que están estudiando. Es maravilloso porque podremos dar a conocer la zona y será una forma de difundir las riquezas de la región”, dijo Félix.
El costo de conectar a Caldas
El entusiasmo de los pobladores era palpable durante la presentación del proyecto en La Guayana. Sin embargo, Félix, al igual que muchos de sus vecinos, ponen sobre la mesa una pregunta que es muy natural en este tipo de anuncios: “Suena muy bonito, pero al momento de ‘sanbillete’, ¿cómo se va a hacer?”.
Se trata de darles las herramientas necesarias para que puedan mantener la infraestructura, hacerla funcionar a largo plazo y funcionar como un reloj a la hora de manejar los ingresos recibidos por el servicio prestado. Para esto, el Ministerio TIC, a través de sus equipos territoriales, capacitará a las comunidades en temas jurídicos, técnicos, administrativos, financieros y demás. El objetivo es la autosuficiencia.
Lo cierto es que este es un tema que, más allá del dinero, es visto como una apuesta a largo plazo para cerrar la brecha digital en Colombia, en este caso empezando por Caldas. En total, la inversión para este convenio será de $22.000 millones, de los cuales $20.000 millones provienen del Ministerio TIC y $2.000 millones de la Gobernación.
“Con Juntas de Internet cambiamos el modelo de conectividad, para que no sean sólo las grandes empresas las que presten el servicio, sino que las comunidades puedan hacerlo también. Esta es una forma de cerrar la brecha digital, y de generar desarrollo social”, afirmó el Ministro Mauricio Lizcano.
El reto no es menor. Las veredas rurales como La Guayana, con su geografía montañosa y caminos complejos, han sido históricamente difíciles de conectar. Sin embargo, con tecnología satelital, fibra óptica o radio enlace, dependiendo de las condiciones del terreno, el Ministerio TIC busca superar estos obstáculos y las comunidades tendrán un papel activo en este proceso.
Así las cosas, con las Juntas de Internet las expectativas de los caldenses son altas. Para Félix Cipagauta, el sueño de una vida más conectada va más allá de poder ver videos o enviar mensajes. Él y su esposa, dueños de un restaurante típico llamado ‘El Atardecer’, sueñan con dar a conocer su negocio a un público más amplio. El internet, según Félix, será la llave que abrirá las puertas de su restaurante al mundo: “Queremos que la gente venga a probar nuestra trucha y el sancocho. Mi señora hace uno muy bueno”, dijo.