La Organización Mundial de la Salud publicó un informe acerca de la cantidad de desechos sanitarios que se han producido durante la pandemia de covid 19 en el mundo, las cifras advierten que el nivel de consumo de material médico para tratar el virus podría traer consecuencias desastrosas para el medio ambiente sino se inicia un plan pertinente de disposición final de residuos.
El análisis de la organización se hizo efectivo a partir de 87 mil toneladas de equipos de protección contra el virus que se han adquirido entre los años 2020 y 2021 y que fueron enviados por la ONU a los países como una medida de acción para hacerle frente a la crisis sanitaria que vive el mundo desde hace 2 años.
El documento señala que la gran mayoría de los elementos de los equipos donados ha acabado en la basura, además advierte que otras ayudas entregadas por Naciones Unidas como 140 millones de kits de pruebas generarían un impacto de 2600 toneladas de plástico y 731 mil litros de residuos químicos.
Por otro lado, el suministro de más de 8000 millones de vacunas podría generar un impacto de 144 mil toneladas de residuos en forma de cajas de seguridad, agujas y jeringuillas.
Cabe destacar que el informe realizado por la OMS solo mide el impacto ambiental de los residuos que las iniciativas de la ONU han generado durante la pandemia, en este documento no está incluido las enormes cantidades de basuras generadas por el uso de mascarillas y otras medidas de protección tomadas desde los gobiernos y sus habitantes.
La organización explicó que es necesario que los gobiernos inicien planes de mejora para el tratamiento de los residuos de los sistemas hospitalarios y proyectos de orientación al personal de salud para que sepan qué hacer con los elementos clínicos que hayan utilizado, a pesar de las recomendaciones hechas por el informe, el panorama para el tratamiento de las basuras producidas por el covid-19 no es alentador.
Según cifras oficiales, se estima que el 60% de los centros médicos ubicados en países con desarrollo bajo no cuentan con la capacidad suficiente para tratar residuos clínicos, asimismo, las medidas de seguridad usadas por el personal médico de estos centros durante el tratamiento de las basuras es insuficiente y pone en riesgo la salud de los trabajadores.
"El COVID-19 está forzando al mundo a reconocer las lagunas y los aspectos desatendidos del flujo de residuos y la forma en que producimos, utilizamos y desechamos nuestros recursos sanitarios, desde la cuna hasta la tumba", aseguró María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Cambio Climático de la Organización Mundial de la Salud.