Una situación con la que muchos dueños de perros pueden sentirse identificados es cuando dicen: “¡Buen perro!” con un tono animado y alegre y la mascota responde feliz con un intenso meneo de cola.
Esto hizo que algunos científicos se hicieran varias preguntas al respecto, qué es lo que pasa en el cerebro de los perros cuando escuchan un elogio, y ¿es similar a la forma jerárquica en que el cerebro humano procesa dicha información sonora?
Cuando una persona recibe un cumplido, las regiones auditivas subcorticales reaccionan primero a la entonación, la fuerza emocional de las palabras habladas. Luego, el cerebro activa la corteza auditiva más evolucionada recientemente para descubrir el significado de las palabras, algo que se aprende.
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En 2016, un grupo de científicos descubrió que los cerebros de los perros, así como los de los humanos, calculan la entonación y significado de una palabra separadamente, aunque los perros usan el hemisferio derecho de su cerebro para hacerlo, mientras que los humanos usan el izquierdo, aún así, continúa habiendo un misterio, ¿los cerebros de ellos atraviesan los mismos pasos para procesar la aprobación?
“Es una pregunta importante porque los perros son una especie muda, aunque responden correctamente a nuestras palabras”, dice Attila Andics, un neurocientífico de la Universidad Eotvos Lorand en Budapest, Hungría. Por ejemplo, algunos perros pueden reconocer cientos de nombres para diferentes objetos y pueden conectar cada nombre a un objeto específico.
Cuando los científicos estudiaron los escaneos de las mascotas, encontraron que sus cerebros, igual a los de los humanos, procesan los sonidos de las palabras habladas de manera jerárquica, analizan primero el componente emocional con la región más primitiva de este órgano, las regiones subcorticales, y luego el significado de las palabras con las parte más evolucionada, el cerebro.
Este descubrimiento da luces sobre el entendimiento de cómo el lenguaje humano ha evolucionado, alegan los autores. Algo interesante es que los humanos y los perros compartieron un ancestro en común hace 100 millones de años, entonces es probable que: “los cerebros de muchos mamíferos respondan a los sonidos vocales en una forma similar”, afirma Andics.