Según estudios internacionales, algunos jóvenes ven afectado su día a día debido al consumo excesivo de pornografía. Esta situación se presenta concretamente entre el 5 % y el 14 % de los adolescentes de entre 14 a 19 años, por el consumo de forma excesiva, compulsiva o problemática.
El programa “Hands-off” es una web de ayuda online para reducir el uso de pornografía, que fue desarrollada en inglés en la Universidad Eötvös Loránd y el Instituto Suizo de Investigación para la Salud Pública y la Adicción.
Ahora, dos investigadoras de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) han desarrollado y realizado una adaptación en castellano que lleva por título “Cómo dejarlo” y que se ha modificado para centrarse especialmente en los jóvenes de entre 16 y 24 años.
Esta iniciativa parte del Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) de la Universidad Internacional de la Rioja, donde el Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales lidera el proyecto que se ha basado en la investigación científica y que está realizado por profesionales de distintos grupos de investigación y cuenta con la participación de los autores originales del programa.
Gemma Mestre-Bach, investigadora principal del Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y Giulia Testa, investigadora también del mismo grupo de investigación, nos explican en una entrevista con EFESalud el funcionamiento de esta herramienta que ya está a disposición de los jóvenes que quieran recibir una terapia de forma online, anónima y gratuita.
El consumo de pornografía, más extendido entre los jóvenes
Según los datos de un informe publicado por Save the Children, la edad media de inicio para el
uso de pornografía es de doce años.
Sin embargo, en dicho informe también se señala que la edad en la que los niños tienen su primer contacto con la pornografía es cada vez más temprana, concretamente entre los once y los doce años.
“La edad del primer contacto con la pornografía puede ser incluso anterior, pues cada vez más niños acceden a edades más tempranas a internet desde dispositivos electrónicos”, destaca Gemma Mestre una de las investigadoras del proyecto.
Esta práctica es más habitual en los chicos, ya que los estudios demuestran que el 97,3 % de los varones adolescentes han buscado pornografía alguna vez, frente al 78,3 % de las chicas.
Además, según Gemma Mestre en algunas personas el consumo de pornografía puede convertirse en un problema que requiere atención clínica.
Una herramienta contra el uso excesivo de pornografía
Aunque muchos jóvenes, sobre todo chicos, sospechan que están dedicando demasiado tiempo a ver pornografía, ignoran qué problemas puede acarrearles en su vida a nivel sexual, afectivo y en otras áreas del comportamiento.
Otros muchos en cambio, sienten vergüenza o pudor de reconocer ante sus padres o tutores que tienen un problema con el uso de la pornografía.
Por ello, las investigadoras del proyecto decidieron desarrollar una herramienta diseñada por psicólogos y psiquiatras especializados en usos problemáticos de pornografía especialmente para los jóvenes.
“Quisimos hacer el programa para jóvenes a partir de 16 años, porque es la edad media en la que ya no tienen que pedir permiso a los padres. Nos parecía la mejor opción porque es tan sencillo como que ellos mismo entren en la web”, explica Gemma Mestre.
¿Qué se trabaja en el programa?
El objetivo es aprender las máximas estrategias para dejar la pornografía durante el curso de aproximadamente 6 semanas.
“Trabajamos sobre todo con la reflexión sobre todo aquello que el porno les quita o les da y después también hacemos hincapié en identificar las situaciones de riesgo, es decir, que cada joven sepa que es lo que le lleva a consumir de esa manera”, afirma Giulia Testa, otra de las investigadoras principales del proyecto.
El programa “Como dejarlo” consta de 6 módulos de intervención y un módulo de refuerzo. La idea principal de los primeros módulos es que los jóvenes no pierdan la motivación para implicarse en la intervención.
- Concretamente en el primer módulo se trabaja la motivación, se reflexiona sobre los pros y contras del consumo… En definitiva, como explica la investigadora: “Se intenta incentivar y orientar a la persona hacia su cambio de conducta”.
- El segundo modulo trabaja las situaciones de riesgo identificando los momentos en los cuales los jóvenes se sienten mas vulnerables y recurren más a utilizar la pornografía.
- El tercero se centra en aprender a cambiar los hábitos y a sentirse mejor sin ese consumo.
- E cuarto se centra en trabajar el deseo de consumir y las formas de controlarlo.
- El quinto módulo esta pensado para reflexionar sobre las emociones.
- El sexto y último módulo se desarrolla como un módulo de prevención de recaídas.
“En el se va tratar de repasar un poco los contenidos y planificar el desarrollo para mantener un éxito a largo plazo”, añade la investigadora de la UNIR.
Consecuencias psicológicas y sociales de la pornografía entre los jóvenes
Para analizar sus vínculos con problemas como las agresiones sexuales, la baja autoestima o la disfuncionalidad sexual, entre otros, la comunidad científica valora que es necesario intensificar la investigación en este campo, especialmente en la población juvenil.
En este sentido, la investigadora Giulia Testa recuerda que “aunque el consumo problemático de la pornografía todavía no se ha catalogado como conducta adictiva, puede llegar a ser una conducta problemática y presentar manifestaciones para considerarse una adicción comportamental”.
“Los científicos vemos comportamientos sociales que podrían estar asociados al uso problemático de contenido sexualmente explícito, por lo que es importante que se siga investigando”, añade Testa.
El objetivo principal, concluye la experta, es poder abordar la problemática desde un prisma completo y profesional.