Grupo SinMente celebra nueve años de éxito en la escena gastronómica de Medellín. Fundado por Javier Gutiérrez “El Loro”, Luis Echandía y un equipo de amigos, este colectivo ha logrado consolidarse en el corazón del barrio Provenza, donde ha creado más de 14 marcas que se distinguen por su originalidad y por ofrecer experiencias únicas en la ciudad.
Desde su fundación, el grupo ha sido un referente de creatividad y autenticidad, destacándose por fusionar influencias internacionales en la gastronomía, el turismo, el servicio al cliente y la diversidad cultural. Su visión ha permitido introducir en Medellín una variada oferta de conceptos que van desde café-bares y gastro-bares hasta restaurantes de alta cocina y espacios dedicados al ocio nocturno, consolidándose como un epicentro de la innovación gastronómica en el país.
Entre las marcas más relevantes de Grupo SinMente se encuentran tres que se han ganado el reconocimiento tanto de locales como de visitantes: Criminal, una taquería que nació como una propuesta secundaria en otro restaurante, pero que ha crecido hasta tener siete puntos en Medellín, destacándose por su cercanía con diversos públicos; Botánico, que, con siete años de historia, se ha destacado por su diseño vanguardista y su popularidad entre los paisas; y Oni, un concepto de alta cocina que se ha convertido en el referente gastronómico más importante dentro del grupo.
KienyKe.com conversó con Sebastián Gómez, director de mercadeo Grupo SinMente, para conocer a más profundidad el fenómeno gastronómico que se toma a Medellín.
KienyKe: ¿Cuál es el reto más grande de apostarle a la industria restaurantera?
Sebastián Gómez: El mayor reto es la capacidad de mantenerse relevante en un entorno que está en constante evolución y donde los gustos del cliente cambian rápidamente. No es suficiente ofrecer un buen producto; el servicio debe ser memorable. La industria restaurantera es un juego de resistencia y adaptación, en donde debemos equilibrar calidad, innovación y una experiencia que siempre supere las expectativas del cliente. Hay que saber leer las tendencias y, al mismo tiempo, permanecer fiel a la esencia que hace único a cada lugar.
KyK: ¿Cómo definirían el gusto o las exigencias de los antioqueños a nivel restaurantes?
SG: El antioqueño aprecia el sabor auténtico, la frescura de los ingredientes y el respeto por las tradiciones, pero también está abierto a la innovación cuando se le presenta con cuidado. Busca calidad, generosidad en las porciones y un trato amable y cálido. La comida es una experiencia emocional en esta región, y superar las expectativas significa ofrecer algo que haga sentir al comensal especial y bien atendido. El desafío es lograr el equilibrio entre lo conocido y lo sorprendente.
KyK: ¿Por qué al sector medellinense le ha costado tanto apostarle a las opciones vegetarianas?
SG: Históricamente, la cultura antioqueña ha estado arraigada en tradiciones culinarias donde la carne ocupa un lugar central, tanto por la dieta cotidiana como por las celebraciones. Introducir opciones vegetarianas requiere cambiar no solo el menú, sino también la mentalidad y percepción de los comensales. Sin embargo, esto está cambiando, porque cada vez hay más personas buscando opciones conscientes y saludables. La clave está en ofrecer platos vegetarianos que no solo sean saludables, sino que también conquisten paladares por su sabor, presentación y creatividad.
KyK: ¿Cuál es la enseñanza más importante que han aprendido en todos estos años?
SG: Sin duda, que el cliente siempre debe ser el centro de todo lo que hacemos. Cada plato, cada interacción, cada detalle debe girar en torno a ofrecer una experiencia inolvidable. No importa qué tan buena sea la comida; si el servicio o la conexión emocional no están, no habrá impacto duradero. Escuchar al cliente, adaptarse a sus necesidades y hacerlo sentir valorado son las claves para mantener un negocio relevante y vibrante.
KyK: ¿Cómo brindar una experiencia que sea relevante en redes sociales sin perder el foco de la calidad en los platos?
SG: Las redes sociales deben ser una extensión de la experiencia que ofrecemos en el restaurante, no una distracción. Lo más importante es que la esencia del producto, el servicio y la experiencia no se pierdan en la búsqueda de “likes”. Se puede lograr ser relevante al mostrar momentos auténticos, detrás de cámaras, historias de los ingredientes y la gente que hace posible el lugar. Pero, en el corazón de todo, la calidad del plato, su sabor y presentación, debe ser impecable. Es así como creamos contenido memorable, sin sacrificar la excelencia.
KyK: ¿Cuál es el reto de generar eco en la escena bogotana al ser tan competida y exigente?
SG: Bogotá es un mercado dinámico y altamente competitivo, donde los comensales tienen acceso a una oferta amplia y diversa. Aquí, la clave no solo es destacar, sino ofrecer algo que deje una marca. El reto es ser auténtico, crear una propuesta que conecte de manera real con el cliente, a través de la calidad del producto, del ambiente, y de un servicio que supere cualquier expectativa. Solo así es posible ser recordado en una ciudad tan exigente como Bogotá.