El terror al desnudo se le conoce como “Gimnofobia”, miedo relacionado en el ámbito sexual que imposibilita varios factores en la persona, como estar en intimidad con otro individuo.
Sin embargo, aunque la actividad sexual es para muchos algo fundamental, no suele ser lo único irrumpido por la gimnofoboia, allí también se puede encontrar como las personas evitan las citas médicas, donde se les pide desnudarse dependiendo el enfoque de la cita como en ginecología o en su defecto, perderse de paseos a la playa y/o a la piscina, para no hacer uso del vestido de baño o ver otras personas en estas prendas.
- Lea también: ¿Es malo comer antes de tener relaciones sexuales?
- Además: En un 52,1% aumentó el número de nómadas que llegaron al país tras la reactivación
Este miedo nace desde la niñez o la adolescencia, y mucho se debe a lo poco que los padres hablan con sus hijos de su desarrollo y crecimiento corporal, por lo que en algunos casos se crean incógnitas que al no ser respondidas, generan indiferencia y desinformación ante el tema creyendo que tienen alguna deformidad o anormalidad.
Carolina Muñoz, psicóloga y sexóloga, explica que: “Puede aparecer en otro momento de la vida de la persona tras un suceso traumático, por baja autoestima por no ajustarse a los cánones de belleza idealizada y hasta por la inseguridad extrema hacia una pareja por el temor a no cumplir sus expectativas".
Por su parte, muchos se cuestionan si estos temas son más recurrentes en mujeres u hombres, pero aún no existen estudios 100% comprobados que acierten en el análisis de género de esta fobia y den un veredicto final o una aproximación. Lo que sí es seguro, es que aunque esta fobia crezca a temprana edad, también puede aparecer incluso en la vejez.
Muñoz, agrega que: “Podemos vislumbrar que una educación familiar con valores en los que existan mayores prejuicios hacia la normal autoexploración y conocimiento del cuerpo puede influir en el desarrollo del temor a la desnudez. En la experiencia clínica, se suelen observar más casos de mujeres que lo manifiestan, probablemente porque la educación ha podido ser más restrictiva a nivel sexual con ellas que con sus hermanos varones”.
Expertos recomiendan para tratar esta fobia es, primero asimilarlo y reconocerlo para hablar abiertamente del tema y así luego poder llevar el tipo de terapia diagnosticado que el profesional le dé, todo bajo parámetros de una historia clínica.