Vivimos en una sociedad donde la mayoría de nuestro tiempo estamos conectados a la tecnología, principalmente por medio de los celulares. Hay casos, donde es tal la adicción que nos quedamos dormidos a lado de él sin darnos cuenta o no conocemos las consecuencias de dejarlo en nuestra misma almohada y acostarse así, lo que resulta no ser tan bueno.
Los celulares deben permanecer en una temperatura templada y es recomendable que sean apagados en las noches para que no lleguen a recalentarse, lo que podría afectar a la batería del celular, ocasionando una explosión e irrumpiría la funcionalidad del dispositivo.
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Estudios realizados sugieren que las personas desconecten su celular de la red WiFi y que al menos, lo deje a una distancia considerada de más o menos 1 metro de distancia a usted.
La Organización Mundial de la Salud asegura que la radiación electromagnética que producen los smartphones, puede alterar nuestro sueño disminuyendo la melatonina, lo que lleva a no dejar descansar bien al cuerpo, imposibilitando la productividad de las labores del diario al siguiente día, ya que sentirá cierta fatiga.
Asimismo, puede afectar el humor de la persona por el poco descanso que le dio a su cuerpo. También, las migrañas fuertes y el estrés pueden aparecer de una manera constante.
Además, esa es solo una de las consecuencias. Pues, aunque aún la ciencia no ha confirmado 100% esta teoría, se puede estar más propenso a contraer cáncer o problemas de fertilidad por el daño que este uso tecnológico presenta para el organismo. Sin embargo, La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), denominó a los Smartphone como “posible carcinógeno humano”.
La población más afectada son los niños que están en pleno desarrollo, ya que su cuerpo está en crecimiento, su cerebro es más diminuto que el de un adulto, naturalmente, lo que hace que esté más expuesto a que se vea perjudicado por su uso excesivo del celular.