Ya sea conduciendo un auto o una motocicleta, ahorrar gasolina es un hábito que no solo ayuda a la economía personal y familiar, sino que además contribuye a reducir los impactos de los combustibles fósiles en el ambiente. Tener buenos hábitos de conducción, así como estar atento a los mantenimientos de los vehículos, son solo algunos de los consejos que hoy en kienyke.com te daremos para que mejores el rendimiento de la gasolina.
1. La presión de los neumáticos
Conocer el vehículo y cada una de sus partes es un requisito fundamentales para su buen funcionamiento y para alargar su vida útil. Por ello, conocer la debida presión de los neumáticos, un dato incluido en el manual de usuario, es importante para ahorrar combustible debido a que unos neumáticos mal calibrados generarán menos precisión, menos estabilidad y un mayor esfuerzo del motor que se traducirá en un mayor consumo de gasolina.
2. Sin acelerones, el combustible rinde más
En ciudades como Bogotá, es poco el espacio para realmente alcanzar velocidades altas y por lo tanto no tiene sentido forzar al motor en los arranques. La recomendación es dejar que el motor por si solo logre la velocidad promedio con una aceleración normal.
3. Cuidado con las revoluciones
Como se mencionó anteriormente, el exigirle al motor un mayor esfuerzo se traduce como un mayor consumo de combustible. Así las cosas, permitir que el vehículo alcance las velocidad a su ritmo, sin forzar o revolucionar en exceso el carro o la moto, es otro método efectivo para alargar la duración de la gasolina.
4. Viajar Ligero
Tanto en los carros como en las motos, el peso influye mucho tanto en la velocidad final como en la duración del combustible. Los vehículos no son una bodega para guardar cosas innecesarias por lo que tener hábitos de limpieza, y viajar con lo necesario, permitirá que estos puedan trabajar de una mejor manera, especialmente en las pendientes.
5. Controla el consumo
En medio del día a día, y de las ocupaciones normales de la cotidianidad, se suele dejar de lado el monitoreo del combustible y los trayectos que se realizan con él.
Algunas buenas costumbres son:
1. Verificar el precio del galón de gasolina en donde se tanquea y comparar con otros.
2. Verificar cuánta autonomía alcanza el vehículo por cada tanque lleno y poner a consideración si hay factores externos que puedan estar influyendo en el consumo (trayectos innecesarios o calidad de la gasolina)
3. Hacer una revisión periódica del sistema de carburación y considerar si hay alguna falla en el mismo.