En Colombia, se registraron más de 7 billones de intentos de ciberataques durante 2020, de un total de 41 mil millones en América Latina y el Caribe.
Según Fortinet, compañía experta en seguridad informática, considerando solo los meses de octubre, noviembre y diciembre, hubo 1,6 mil millones de intentos de ataques en el país. Durante este período, amenazas conocidas como correos electrónicos de phishing se extendieron por América Latina con archivos HTML adjuntos, tratando de redirigir el navegador web a sitios web maliciosos.
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Aunque el volumen de intentos de ciberataques sigue siendo extremadamente alto, lo más preocupante es el grado de sofisticación y eficiencia que están logrando los ciberdelincuentes mediante el uso de tecnologías avanzadas e inteligencia artificial (IA) para desarrollar ataques dirigidos con mayores posibilidades de éxito. Esto significa que, en menos intentos, los ciberdelincuentes pueden hacer más daño.
“El año 2020 demostró la capacidad de los delincuentes para invertir tiempo y recursos en ataques más lucrativos, como el ransomware. Además, se están adaptando a la nueva era del trabajo remoto con acciones más sofisticadas para engañar a las víctimas y acceder a las redes corporativas”, explica Juan Carlos Puentes, Country Manager de Fortinet Colombia.
Para 2021, Fortinet identifica otra tendencia significativa con el surgimiento de nuevos bordes inteligentes, es decir, redes que se adaptan y expanden según las necesidades del usuario, que no solo crearán diferentes vectores de ataque, sino que permitirán que grupos de dispositivos comprometidos puedan trabajar juntos para llegar a las víctimas a velocidades 5G.
"Debemos estar alertas ante cualquier correo o actividad sospechosa, e implementar y seguir todos los controles necesarios en los dispositivos personales para mitigar el riesgo de intrusión o violación de las políticas de seguridad de nuestras empresas, incluida la instalación periódica de actualizaciones disponibles de los fabricantes", recomienda Puentes.
Las campañas de phishing siguen siendo el principal vector de ataque: se detectaron numerosas campañas con troyanos durante este período, que llevan a cabo actividades sin el conocimiento del usuario y que generalmente incluyen el establecimiento de conexiones de acceso remoto, la captura de entrada de teclado, la recopilación de información del sistema, descarga/carga de archivos y la colocación de otros malware en el sistema.
Los activos infectados pueden realizar ataques de denegación de servicio (DoS) y ejecutar o detener procesos. El malware JS/ScrInject.B! fue el más activo de la región en ese período.