Un nuevo episodio de violencia ocurrió en el municipio de Jambaló, en el departamento del Cauca. Disidencias del frente occidental de las FARC instalaron un artefacto explosivo en la puerta de la Iglesia Inmaculada Concepción, poniendo en peligro la vida de los habitantes de la zona. Afortunadamente, un equipo del Ejército Nacional llegó rápidamente al lugar y logró desactivar el artefacto, evitando una tragedia mayor.
El atentado ha generado gran preocupación en la comunidad, que recientemente había participado en las tradicionales novenas de Navidad en la misma iglesia. Aunque aún se desconoce si el ataque está relacionado con las celebraciones navideñas o si responde a otras motivaciones, las autoridades no descartan que la instalación del artefacto haya tenido un carácter retaliatorio o como parte de una estrategia más amplia de intimidación por parte de los grupos armados ilegales.
¿Un señuelo para atacar a las tropas?
En medio de este acto terrorista, las autoridades también están investigando la hipótesis de que el artefacto pudiera haber sido colocado como un "señuelo" para desviar la atención de las tropas militares presentes en la región. El Cauca, y especialmente la zona de Jambaló, ha sido escenario de enfrentamientos recientes entre el Ejército Nacional y las disidencias de las FARC, lo que aumenta la preocupación de que el ataque busque atraer a las fuerzas armadas hacia un área específica, con el fin de desencadenar nuevos enfrentamientos.
Violencia creciente en el Cauca
Este incidente se suma a la creciente violencia que azota el Cauca, una región históricamente afectada por el conflicto armado en Colombia. Durante el último fin de semana de diciembre, se registraron fuertes enfrentamientos entre las disidencias y las fuerzas del orden, que culminaron con la muerte de un soldado del Ejército Nacional, identificado como Jaime Estiben Penna Castillo.
En ese mismo contexto, las autoridades informaron sobre el asesinato de otra persona, cuyos restos fueron recuperados en circunstancias trágicas. Los cuerpos, envueltos en telas blancas y atados con cinta adhesiva, fueron entregados por las disidencias a las autoridades locales con la mediación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en su rol de intermediario neutral, jugó un papel clave en la entrega de los cuerpos a las autoridades competentes para su identificación. Natalia Llanas Escobedo, delegada del CICR en Colombia, destacó la importancia de la labor humanitaria de la organización en estos casos.
"Promover y coordinar la recuperación y adecuada gestión de los cuerpos de las personas fallecidas en conflictos armados responde a nuestro rol como intermediario neutral y tiene una finalidad estrictamente humanitaria", señaló Llanas Escobedo, subrayando el esfuerzo del Comité para garantizar el respeto a los derechos humanos en medio de la violencia.
El Cauca ha sido, durante años, uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado en Colombia. La presencia de grupos armados ilegales, como las disidencias de las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y las bandas criminales, ha generado un clima de constante violencia e inseguridad en la región. Los enfrentamientos con las fuerzas militares y las masacres de civiles continúan siendo una realidad que afecta tanto a las comunidades rurales como a las urbanas.