Un edificio de cinco pisos en el corazón del barrio Ricardo Balcázar, uno de los más pobres de la ciudad colombiana de Cali, se convirtió en símbolo de esperanza para miles de jóvenes con discapacidad de Latinoamérica con la fundación de la primera universidad para discapacitados de la región.
Se trata de la Fundación Universitaria Jeison Aristizábal, donde 150 jóvenes estudian carreras y programas técnicos como panadería, modistería, marroquinería y estampado, además de algunos programas profesionales como bilingüismo, inteligencia artificial y diseño gráfico.
El lugar lleva el nombre de un caleño de 40 años que nació con parálisis cerebral y superó todas las barreras, para luego trabajar por personas que viven historias similares a la de él.
El éxito de la universidad ha permitido que 15 de sus estudiantes de los programas piloto ya hubieran sido contratados en empresas como la Harinera de Occidente.
"Los padres lloraban al ver que sus hijos" eran valorados, que podían ser "felices", contó a EFE Jeison.
"Hoy son ellos los que mercan en sus casas y ayudan a la familia", agrega el fundador de esta institución.
La universidad
"Tenemos un equipo de fisioterapeutas, psiquiatras y docentes que orientan a los muchachos. Aquí les enseñamos en los salones que no existen imposibles", cuenta a EFE Julio César Acosta, profesor de la fundación universitaria.
Los alumnos, además, son de escasos recursos, por lo que la universidad busca donaciones en todos los rincones del mundo para cambiarle la vida a estos jóvenes y sus familias.
"Esperamos poder atender hasta 1.000 jóvenes en un futuro, también ser la única universidad de Colombia especializada con un centro de inteligencia artificial porque en la tecnología está la esperanza de muchas de estas bonitas personas", afirma Jeison.
Los inicios
Todo comenzó cuando en 2001 Jeison comenzó a ayudar en la sala de su casa a un niño con discapacidad. Poco a poco le fueron llegando otros más y hoy su fundación atiende a más de 850 niños y jóvenes de diferentes regiones del país.
"Nunca pensé que esta pasión me llevaría a crear un colegio y ahora una universidad. Aquí no pensamos cuál es su limitación, si no en cuál es su habilidad", precisa Aristizábal a EFE.
Sin embargo, alcanzar esta meta no fue fácil. Con su caminar lento pero firme y una sonrisa amplia que lo caracteriza, Jeison logró graduarse como abogado de la Universidad Santiago de Cali para poder defender a los beneficiarios de su fundación.
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"Vimos que los niños que atendíamos iban creciendo y no sabían qué más hacer a futuro, por lo que les pedimos a las empresas que los contrataran. Sin embargo, no sabían qué ponerlos a hacer y ahí fue un nuevo reto: educarlos para el trabajo”, insiste Jeison.
"Hicimos bingos, rifas, también recibimos donaciones de puertas y baños. Así fue como la primera universidad para personas en condición de discapacidad de Latinoamérica se levantó y abrió sus puertas el pasado 17 de noviembre", reconoce emocionado Jeison.