La candidata presidencial Ingrid Betancourt, de Verde Oxígeno, es de lejos una de las más sonadas de esta contienda electoral que tiene como última parada la casa de Nariño. Sus ataques a otros candidatos han tenido eco, pero no tanto como sus aparentes desubicadas que le han hecho el blanco todo tipo de burlas y comentarios, que señalan el poco conocimiento que tendría del Estado y las instituciones.
El más actual de estos episodios, y es posible que el más diciente, llegó con la caída de la tutela que había instaurado su partido ante la Corte Suprema de Justicia para aumentar los recursos que se les asignaría, pidiendo por lo menos la misma suma de la que dispone el partido Comunes. Además, la candidata exigía el desembolso de anticipos para la financiación de su campaña presidencial.
El documento de Betancourt, señala que su partido: “Solicita que, en aplicación del derecho a la igualdad, se asigne a dicho movimiento la misma cantidad de recursos otorgados al Partido Comunes en el Acuerdo de Paz y se ordene el anticipo para la financiación de la campaña presidencial”.
Cabe recordar que Verde Oxígeno, al igual que otros partidos como el Nuevo Liberalismo y Salvación Nacional, recién recuperaron su personería jurídica en 2021 luego de que la Corte Constitucional se las restaurara al reconocer la afectación que sobre su existencia había tenido el terrorismo en su época. No obstante, para Ingrid Betancourt el fallo dejaba un poco abierto el tema de la asignación presupuestal, por lo que además pedía que se tomaran cartas en el asunto para darle claridad.
Hasta ahí todo bien, el problema fue que Ingrid Betancourt y su partido elevaron la solicitud ante la Corte Suprema y no ante las autoridades electorales, la Comisión Nacional Electoral, que es la encargada directa de un asunto como estos. Así se lo hizo saber también la Corte, quien desestimó su tutela al no ser de su jurisdicción.
De hecho, antes de ello la CNE también se había comunicado con la Corte para pedirle hacer caso omiso de la tutela, señalando que “la resolución que fijará la financiación para el funcionamiento de todos los partidos y movimientos políticos se encuentra en proyección, por lo que la parte actora lo que pretende es adelantarse a los hechos”.
Similares consideraciones tuvieron la Registraduría y Procuraduría, quienes no consideran que se estén vulnerando los derechos del renaciente partido o de la candidata. Basada en ello, la Corte terminó dándole el revés judicial a la petición de Betancourt, que ahora también sabe que ante la CNE deberá esperar mientras se resuelve la situación.
“El Partido Verde Oxígeno no ha elevado ningún tipo de solicitud ante el Consejo Nacional Electoral, como sí lo han hecho otros, tendiente a formular sus inquietudes sobre la manera en que serán distribuidos los recursos, el porcentaje que les corresponde y la posibilidad de que, como lo formula en esta acción de tutela, al haber sido su dirigente víctima del secuestro efectuado por las Farc, dicho rubro sea igual al reconocido al movimiento Comunes”, manifestó una parte del fallo de la Corte Suprema.
Además, señaló que las cuentas matemáticas que el partido Verde Oxígeno realizó en su petición corresponden “a un supuesto o proyecciones propias” y por lo tanto en este momento no es posible realizar un análisis (al desconocer la asignación presupuestal de la que gozarán).
Los otros impases de Ingrid Betancourt
Así las cosas, las redes se inundaron de comentarios sobre la situación de Ingrid Betancourt. En todo caso, este no es el primer percance público de la candidata, sino otro más de los que le han puesto en el atril como una de las que menos conocimientos demuestra sobre la realidad política nacional.
Nada más empezando, habría que recordar el episodio en el que en plena entrevista con RCN, donde le preguntaron con cuáles precandidatos haría alianzas y con cuáles no, preguntó prácticamente en todos a la periodista si tenían maquinarias o no.
"Yo aquí necesito la ayuda de ustedes. Es decir, ¿Óscar Iván Zuluaga tiene maquinarias que lo apoyen?", dijo sobre el entonces candidato del Centro Democrático, luego de negar rotundamente la posibilidad de unirse con Gustavo Petro y darle el sí a Rodolfo Hernández.
De ahí para adelante la duda fue una constante. Ante la negativa de la entrevistadora a responder por ella, Betancourt dudó si precandidatos como Alejandro Char tenían este tipo de apoyos, así como dejó en signo de interrogación a David Barguil, Federico Gutiérrez, Gilberto Murillo, Jhon Milton Rodríguez y Sergio Fajardo. Sobre Juan Fernando Cristo, entonces precandidato de la Centro Esperanza, manifestó: “Yo le creo cuando me dice que no tiene maquinarias”.
También pueden ser recalcables aquellos debates en los que le tiró de frente a su propia Coalición, cuando estuvo en la Centro Esperanza, pero ese tipo de situaciones en esta campaña ya se han hecho paisaje. Destacable también el episodio en el que dijo que “las mujeres que se hacen violar” en medio de un debate presidencial, que luego atribuyó a un error de lenguaje por estar acostumbrada a hablar en francés.
“Muchas veces nos damos cuenta, sobre todo en los barrios más populares, que las mujeres que se hacen violar por gente muy cercana a la familia o se hacen seguir por delincuentes que siguen su ruta, saben por donde van a pasar y son depredadores, están completamente desprotegidas”, aseguró la candidata.
Detrás de todo esto sí quedan varias incógnitas: ¿Cómo se puede aspirar a ocupar el máximo cargo del ejecutivo cuando se desconoce el funcionamiento del Estado, de los conductos regulares y de las jurisdicciones? ¿Cómo conectar con un país del que se muestra ella misma desconectada?