El ministro de Defensa, Diego Molano, causó una controversia luego de se fue lanza en ristre contra el senador y candidato presidencial Gustavo Petro, por una respuesta suya a una declaración del presidente Iván Duque en el que aseguró que “con la Fuerza Pública y con la Policía Nacional no se hace politiquería”. Esto, luego del doble atentado en Cúcuta que cobró la vida de dos uniformados y del rechazo del Gobierno al informe de la Alcaldía de Bogotá que acusó a la Policía de “masacrar” jóvenes en las protestas de 2020.
“Con la policía nacional no se debe matar jóvenes pobres, señor Duque; y no se debe dejar matar a los policías por mafias a las que llamaron "cerco diplomático" para que se tomaran la frontera”, fue el trino del candidato del Pacto Histórico, quien además ha dejado de lado sus diferencias con Claudia López para apoyar su investigación sobre la conducta policial durante las manifestaciones .
No obstante, sus palabras no cayeron nada bien en odios de Molano, quien no se demoró en responder que los que asesinan policías son terroristas protegidos por Venezuela: “Delinquen protegidos por su ídolo y amigo, el dictador”, refiriéndose a Nicolás Maduro y sugiriendo una supuesta relación estrecha con Gustavo Petro.
Toda esta polémica surgió luego de que la alcaldesa de Bogotá, en cabeza de Claudia López, presentara un informe de relatoría independiente relacionado con lo sucedido durante las manifestaciones del 9 al 11 de septiembre de 2020 y que, según la mandataria, “confirma que lo ocurrido el 9 y 11 de septiembre fue una masacre como consecuencia del uso ilícito de la fuerza“. Documento que dividió opiniones, entre otras cosas, porque en su realización estuvo involucrado el exdefensor y ahora candidato al Senado por el Nuevo Liberalismo, Carlos Negret.
Llorando, la alcaldesa presentó las conclusiones de esta investigación que determinó que al menos 75 personas fueron heridas con arma de fuego y 14 murieron en el marco del estallido por el asesinato del estudiante de derecho Javier Ordóñez, 11 de las cuales habrían sido víctimas de uniformados de la Policía. Por esa razón, López considera que “la policía actuó desproporcionadamente y debió recibir de su comandante supremo la orden de no disparar”.
La respuesta del Gobierno
Precisamente en medio de todo esto es que se enmarca el encontronazo entre Molano y Petro, ya que el candidato del Pacto Histórico ha sido uno de los que más se ha pronunciado respecto al informe de presunto abuso policial, con el añadido de que el Ministro y otros funcionarios de Gobierno están bastante a la defensiva con el tema de la Policía por cuenta del doble atentado en Cúcuta que dejó dos víctimas mortales de la institución.
“Con la Fuerza Pública y con la Policía Nacional no se juega, porque ellos protegen a los colombianos. Y pretender hacer politiquería con quienes defienden a Colombia es la forma más vil de aspirar a cualquier cargo de elección popular”, dijo el presidente Iván Duque, quien luego volvió a pullar contra Petro al asegurar que “quienes militaron en el terrorismo no pueden hablar de honor”.
Otro rifirrafe similar llegó por cuenta de la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, quien cuestionó públicamente la credibilidad del informe por la participación de “un consultor privado que está en campaña política” y rechazó el apoyo de la ONU a una investigación que no fue conocida por el Gobierno hasta el día de su publicación.
Por su parte, Gustavo Petro criticó esta posición de la vicepresidenta asegurando que “no le importan los jóvenes asesinados, sino el maquillaje de la situación”.
Entretanto, aún es muy incierto el desenlace que tendrá toda esta situación, que pone sobre la mesa una de las heridas abiertas más profundas de los estallidos sociales recientes y que se remonta al que es quizá el antecedente más claro del Paro Nacional. Por otro lado, resulta curioso el choque entre administraciones locales y el Gobierno en un tema tan delicado como calificar públicamente de masacre lo sucedido, así como el papel de la ONU que literalmente ignoró la participación del Gobierno o por lo menos la necesidad de que este tuviera conocimiento previo de lo estudiado (como suele suceder en este tipo de investigaciones).