Un enorme revuelo internacional se ha dado luego de que el papa Benedicto XVI pidiera perdón a través de una carta por los abusos sexuales cometidos por parte de sacerdotes católicos en Múnich, Alemania, durante el tiempo en el que este se encontraba al mando de la arquidiócesis de dicha ciudad (1977-1982). Esto, luego de que se conociera un informe en el que se le acusó de inacción en cuatro casos de abuso sexual.
“Hoy nuevamente puedo solo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. Ya que he tenido importantes responsabilidades en la iglesia Católica, mayor es mi dolor por los abusos y errores que se han producido durante el tiempo de mi misión en los respectivos lugares. Cada caso de abuso sexual es terrible e irreparable”, señalada el documento del expapa.
Como se mencionó anteriormente, toda esta situación se enmarca en el escándalo por el informe del bufete de abogados Westpfahl Spilker Wastl, que con el apoyo de la arquidiócesis de Múnich y Freising, llevó a cabo una investigación acerca de los presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Alemania entre los años 1945 y 2019. Documento que puso en evidencia la existencia de 497 víctimas, en su mayoría jóvenes varones entre los 8 y 14 años de edad, así como a 235 presuntos pederastas.
Quizá lo más escandaloso del informe, es la parte en la que se le acusa al entonces arzobispo Joseph Razintger (Benedicto XVI) por la inacción en al menos 4 casos de abuso sexual. Durante el periodo en el que fungió como arzobispo, se presume que encubrió estos actos cometidos por un sacerdote identificado como Peter H, quien al ser acusado por pedofilia fue trasladado desde el obispado de Essen al de Múnich, lugar dónde siguió cometiendo actos pederastas desde la impunidad. Mismo protocolo que la iglesia ha usado en números casos de violación en distintas partes del mundo.
El “descuido” de Razintger
Por su lado, Benedicto XVI rechazó en su carta las acusaciones que se hicieron en su contra y calificó dicho episodio como un “descuido”, asegurando que se siente supremamente “consternado” por cada una de las víctimas. Además, les mandó su “más sincera compasión”.
“Me afectó profundamente que el descuido se utilizara para dudar de mi veracidad y presentarme incluso como mentiroso (...) En todos mis encuentros con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos, he percibido en sus ojos las consecuencias de una grandísima culpa y he aprendido a entender que nosotros mismos caemos dentro de esta grandísima culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad”, manifestó.
Sumado a ello, aseguró sentir “repugnancia y miedo” frente a la situación, comparándolo con la sensación que “Cristo experimentó en el Monte de los Olivos cuando vio todas las cosas terribles que debía superar interiormente”.
“Me siento consternado por cada uno de ellos en particular, y a las víctimas de esos abusos quisiera hacerles llegar mi más profunda compasión. Muy pronto me presentaré ante el juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento sin embargo feliz porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano”, finalizó.
Tanto el informe sobre los abusos sexuales, como el rechazo que ha suscitado la supuesta inacción de Benedicto XVI ha generado una enorme controversia mundial, metiendo todavía más leña a un fuego alimentado por los miles de casos de abusos sistemáticos de la iglesia católica que se han revelado en los últimos años. Sin embargo, hay también quienes han salido en su defensa, como el cardenal Gerhard Müller, quien llegó a decir que le da vergüenza ser alemán por la reiteradas ocasiones en las que le han cuestionado por las razones que generan que Alemania “llame mentiroso a un Papa de su patria”.
“Es francamente grotesco querer presentar ante el mundo a un hombre como el Papa emérito Benedicto XVI/J. Ratzinger como un mentiroso por una reunión de hace 42 años, que sería una de las muchas cientos de reuniones de las que puede o no recordar que participó”, señaló el líder religioso.
Así las cosas, más allá de si existe o no responsabilidad de Benedicto XVI, lo que resulta llamativo de todo es la aparición de cada vez más casos de abuso sexual perpetrados y ocultados por la iglesia católica en años, y lo cierto es que, lejos de los principios cristianos del perdón y la compasión, difícilmente una declaración del que otrora fue la máxima autoridad católica podrá subsanarlo. En todo caso, la única forma posible de reparación es una que incluya a la justicia, una reforma estructural de la iglesia como institución y sobre todo la transparencia absoluta. Que el perdón, si es que lo hubo, no sea solo de palabra.
