Este domingo en la noche en México, donde también habrá elecciones presidenciales en julio de este 2018, se emitió el primer gran debate con los cinco candidatos que aspiran ser el remplazo de Enrique Peña Nieto.
Las encuestas en el país norteamericano muestran que el nacionalista de izquierda Andrés Manuel López Obrador va liderando la intensión de voto con un 48 %, le sigue en la lista el conservador Ricardo Anaya con un 28 %, el oficialista José Antonio Meade cuenta con un apoyo de 18 %, mientras que los independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez tienen un 5 % y 3 % respectivamente.
Los debates en México tienen una dinámica diferente a cómo se hacen en Colombia, que son organizados y llevados a cabo por los medios de comunicación. En México los organizan los mismos partidos a través de las autoridades electorales: la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), que es el ente encargado de imponer las reglas.
Según la INE, el debate fue positivo en materia de números, ya que las cifras de Ibope en México, este primer debate presidencial fue visto por 11.4 millones de personas mayores de 18 años. "El 40% de las personas que tuvieron prendida la televisión anoche en ese horario lo sintonizaron", dijo Lorenzo Córdoba, el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral.
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Otra diferencia sustancial con Colombia es el número de debates que se realizan. Mientras que quienes buscan suceder a Juan Manuel Santos pueden participar en decenas de encuentros, en México solo se hacen tres debates y las fechas fueron confirmadas meses atrás por la TEPJF: en la capital, Ciudad de México, tuvo lugar el primero este 22 de abril a las 8:00 de la noche; el segundo debate se realizará el próximo domingo 20 de mayo también a las 8:00 de la noche, en Tijuana; y el último se hará el martes 12 de junio a las 9:00 de la noche, en Mérida.
En el debate de este domingo, según analistas, la intensión de los candidatos iba a ser atacar Andrés Manuel López Obrador, quien lidera las encuestas por una alta ventaja; y así fue, al candidato líder de Juntos Haremos Historia le llovieron críticas por lado y lado. Pero según los expertos en política, esa misma circunstancia fue la que logró que López Obrador fuese el ganador de la jornada. El columnista Esteban Illades dijo que “ganó porque los demás candidatos no consiguieron bajarlo al terreno del debate”.
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La situación no es diferente de lo que sucede en nuestro país cuando se enfrentan a Iván Duque, quien encabeza las mediciones y los demás le apuntan a destronarlo, aun cuando no está en el debate, como sucedió en Buenaventura, la semana pasada.
Pero para eso son los debates. Para que los candidatos expongan sus planes de gobierno, sus ideas y su autocontrol. Para que midan su temple, su capacidad de respuesta y de reacción en la confrontación. Los analistas dicen que le sirven al electorado para conocer a los candidatos, a pesar de que son muy pocas las veces que la intención de voto cambia después de alguno de estos encuentros.
Sobre el debate de México, Carlos Bravo Regidor, profesor de Política y de Periodismo en el Centro de Investigación y Docencias Económicas, que habló para el diario New York Times, dijo que López llegó al debate a “administrar su victoria y así lo hizo. Se quedó en su primer piso observando, cascareando, sin debatir, ganar ni perder, pero él iba a no perder”.
Otros medios que han seguido de cerca el proceso electoral del país azteca, como La agencia Associated Press coincidieron en la buena noche del líder en las encuestas, y lo define como un candidato centrado y bien preparado.
Para el diario El País de España López fue “previsible” y poco adaptado a la dinámica del debate. El análisis del medio español aduce que aunque el desarrollo de este fue un éxito, los candidatos se dedicaron a atacar o defender y da como vencedor de la noche a Ricardo Anaya, quien lideró los ataques contra el candidato líder en las encuestas.
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En fin, mientras que en Colombia los candidatos se preparan al menos dos veces por semana para nuevos debates que tienen diferentes temáticas, lugares, y públicos; los de México, lo harán solo dos veces más. Pero hoy en día, en el país azteca y en el nuestro, los políticos batallan en otro escenario, mucho menos controlado, donde todos los electores opinan, y algunos carecen de autocontrol: las redes sociales.
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