La novela política ocasionada por lo sucedido con Laura Sarabia y el presunto robo de un maletín con dólares de su casa, escándalo que ya alcanzó el grado de revivir la sombra de las chuzadas ilegales en el país y que parecía haber cerrado con la decisión del presidente de apartar de su cargo a la jefa de despacho y Armando Benedetti, ahora se deriva en un nuevo capítulo por cuenta de unos audios amenazantes del ex embajador de Colombia en Venezuela a Sarabia y al propio presidente.
Se trata, en ambos casos, de personajes tremendamente importantes para el proceso que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de la república; e incluso hasta el momento se consideraban partes clave de su gobernabilidad. Sarabia, como una jefe de despacho que había adquirido especial relevancia política y Benedetti, viejo zorro de la política nacional que llevaba las banderas del restablecimiento de las relaciones entre Colombia y el gobierno de Nicolás Maduro.
Eso sin anotar que, junto a Roy Barreras, el ahora exdiplomático fue en su momento clave para guiar la campaña política del entonces candidato Petro, sobre todo en la costa. Un hombre con mucho poder, especialmente político, que además era considerado por muchos como “intocable” por su influencia y cercanía con Petro. Misma relación que ahora parece adornar lo que parece ser un chantaje a cambio de poder político.
Esta novela de poder, que ahora bien se podría llamarse el “Watergate” colombiano (guardando las proporciones), habría empezado el 29 de enero de 2023, cuando Laura Sarabia y su esposo reportaron la pérdida de un maletín con dólares en su casa. Aunque algunas versiones señalan que fueron reportados siete mil dólares, la entonces jefe de despacho defendió hasta el último momento que fueron cerca de cuatro mil, más cinco millones de pesos que había sacado para pagar una tarjeta.
Según le contó Sarabia a Revista Semana, en la denuncia penal interpuesta ese mismo día de enero se reportaron unos 30 millones de pesos. La divisa internacional, señaló, eran los viáticos de Palacio que se pagan en efectivo a los funcionarios.
Sin embargo, el problema habría surgido del procedimiento usado para investigar el robo a la alta funcionaria. Marelbys Meza, entonces niñera de su hijo, se habría convertido en la principal sospechosa del robo y el 30 de enero habría sido conducida a las intermediaciones del Palacio de Nariño, específicamente al Edificio Galán, para una prueba de poligrafía que involucró serias irregularidades.
El escándalo estalló precisamente por cuenta de las confesiones de la niñera en entrevista con Revista Semana, donde denunció abuso de poder por parte de la jefe de despacho, asegurando que sufrió todo tipo de ataques psicológicos en la poligrafía e incluso que el momento le resultó tan aterrador que llegó a pensar que no volvería a salir de allí.
“Me hicieron el polígrafo y me dijeron: ‘Usted se puede burlar de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, de aquí va presa, y le vamos a hacer un allanamiento a todos sus hermanos y a usted’”, contó Meza a Revista Semana.
De acuerdo con la mujer, sobre las dos de la tarde de ese 30 de enero, un conductor de la UNP que trabajaba para Sarabia la pasó a recoger para conducirla hasta la prueba, a pesar de que ella no lo deseaba. “Tenía que ir o ir”, señaló la mujer, revelando que al llegar a Palacio no hubo registro de su ingreso y que la prueba habría durado cerca de cuatro horas.
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Al salir de allí, luego de ser fuertemente presionada, lo más diciente de la situación terminaron siendo los chats de Marelbys con su hermano, a quién le contó lo que había pasado. “Me tenían el teléfono, por eso no te había llamado, tú sabes que yo evito al máximo los problemas y vea”, fue uno de los mensajes que envió la mujer aquella noche, quien añadió un video mostrando su ubicación exacta.
De ahí en adelante, la exniñera aseguró que tanto ella como algunos de sus familiares habrían sido víctimas de seguimientos e incluso requisas arbitrarias.
Capítulo Benedetti y el chantaje
En medio del escándalo tras la entrevista de Marelbys Meza, empezaron a suscitar extrañas acusaciones entre Laura Sarabia y Armando Benedetti, entonces embajador en Venezuela, quien habría estado detrás de un supuesto complot en contra de la jefe de gabinete. Una versión que apunta a que, aparentemente, el poder de la jefe de despacho habría empezado a incomodar en ciertos círculos del propio gobierno.
Para entender un poco esta situación hay que partir del hecho de que justamente Sarabia, de 28 años de edad, empezó su carrera profesional como asesora política en el Congreso de la mano con el Partido de la U. En ese entorno, compartió escenarios laborales con su esposo Andrés Parra, quien fungía como asesor de Benedetti. Al final, fue esta relación la que la termina vinculando a Gustavo Petro en campaña y luego lo que ya se sabe: se convirtió en la mujer detrás del poder (como muchos la describían).
Por su parte, antes de ser niñera del hijo de Sarabia, Marelbys Meza trabajó haciendo estas labores con Benedetti. Ahí es donde empieza el misterio del asunto, ya que en medio de todo esto Sarabia habría llamado al político para que la ayudara una vez se enteró de que Meza ventilaría el tema en la prensa y este se la habría llevado para Venezuela en un avión privado cuya operación está a cargo de una empresa que en el pasado prestó millonarios servicios de transporte al Pacto Histórico en campaña.
En el vecino país se habría orquestado el supuesto complot, que el mismo Armando Benedetti negó en su momento, asegurando que fue Sarabia quien le contó a él que Meza había hablado con la Revista Semana. De hecho, puso sobre la mesa la pregunta: “Me dice que va a salir en Semana. ¿Por qué sabía? ¿Ella chuza?”.
Luego de eso pasa lo que ya se sabe: la Fiscalía sale públicamente a asegurar que existen pruebas de que Marbelys Meza efectivamente fue chuzada y no solo eso, sino que además fue incluida como criminal del Clan del Golfo para justificar dicha interceptación ilegal. Hasta el momento dicho proceso va en investigaciones contra tres patrulleros y un intendente de la Policía Nacional.
Sin embargo, probablemente lo más grave de todo esto y que ahora apunta en varias direcciones dentro del gobierno, fue la revelación de unos audios de Armando Benedetti amenazando a Laura Sarabia y al propio presidente por no darle un trato digno dentro del gobierno. Algo que probaría el complot o por lo menos una fuerte inconformidad del político con Sarabia y Petro.
"Prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político y no lo hagan para que vean, y si creen que es una amenaza, es una amenaza y si quieres grabarlo, grábalo, exploto porque ayer ustedes me maltrataron”, señala Benedetti en los audios en los que además le recuerda a Sarabia que él habría recaudado "15.000 millones de pesos" para la campaña de Petro y le dice que si él habla acabarán todos presos.
Posterior a ello, en entrevista con Semana, Benedetti asegura que parte de ese dinero que habría entrado en campaña no habría venido de “emprendedores”, sembrando fuertes suspicacias frente al escándalo de Nicolás Petro. Además , se reafirmó en el mal trato que Laura Sarabia le dio.
Frente a ello, el presidente de la República aseguró sentirse tranquilo, señalando que pueden buscar en los llamados “Petrovideos” para darse cuenta que nunca mencionó algo irregular en campaña
“Nadie del gabinete del gobierno ni directores ni comandantes de la fuerza pública, ni directores de aparatos de inteligencia han ordenado ni interceptaciones de teléfonos, ni allanamientos ilegales, ni se han aceptado chantajes sobre cargos públicos o contratos, ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco, ni mucho menos se ha manejado cifras como 15.000 millones por fuera de nuestra contabilidad”, dijo el presidente.
De igual manera, el mandatario aceptó las disculpas de Benedetti, quien acusó a la Revista Semana de haber manipulado los audios, aunque le dejó claro que deberá explicar sus acusaciones ante la justicia. Misma frente a la que ahora enfrenta una acción judicial interpuesta por el exministro Alfonso Prada, acusado por Benedetti de "robarse" el MinInterior.
Ese es el estado, por ahora, de lo que viene siendo el peor escándalo presidencial para el Gobierno Petro, a la espera aún de si las cosas quedarán ahí o si se seguirán prendiendo ventiladores como el de Benedetti, que incluso muchos han comparado con el proceso 8.000 (guardando las proporciones).