Una enorme tormenta está enfrentando el columnista de El Espectador y periodista de Elunicornio.com, Jorge Gómez Pinilla, luego de publicar una columna sobre la hija secuestrada de Rodolfo Hernández, que para muchos resultó carente de argumentos, pruebas e incluso llegó a incluir varias acusaciones en contra de la joven desaparecida sin dar mayor detalle. Por estos hechos se tuvo que retractar.
Antes de publicar, el escritor había generado un alto grado de expectativa frente a su columna (que sería liberada un día después), tras contar que Rodolfo Hernández lo había llamado para preguntarle por las pruebas de su artículo y asegurar que lo había notado “preocupado”. Una versión que luego contrasta con su misma narración, ya que en el texto relata que el ingeniero le dijo que siguiera adelante con su artículo si es que tenía pruebas.
Así las cosas, el artículo “La hija de Rodolfo y el Hospital Psiquiátrico”, terminó siendo publicado por el Espectador y en cuestión de minutos cuestionado por sus lectores. Como se infiere de su título, el autor afirmó sin pruebas que la hija secuestrada del candidato en realidad había estado en un hospital psiquiátrico por años e incluso la acusó de haber consumido drogas.
O mejor dicho, si tuvo sustento: “Un amigo me dijo que un amigo suyo le contó”, el correo de las brujas y “muy variadas fuentes”. Una completa carencia de contraste con fuentes oficiales, concretas o cuando menos de peso para poner en duda la veracidad del secuestro y/o asesinato de Juliana Hernández Oliveros. De hecho, por esa razón, el texto ya fue bajado de El Espectador con nota del director.
Resulta pues, que a los pocos minutos de publicarla Jorge Gómez Pinilla fue acusado de haber salido con un tema bastante delicado sin prueba alguna, volviendo a traer a colación un “rumor” sobre la hija de Rodolfo Hernández, amplificándolo con más acusaciones y sustentando con más rumores. Incluso el mismo Ingeniero se pronunció, calificando lo dicho sobre su hija como chismes y pidiendo respeto por la memoria de su hija.
"La paranoia de un periodista obsesionado con destruirme abre una vez más esta herida que nunca ha logrado sanar. Les pido que respeten mi dolor", manifestó el candidato, siendo respaldado por cientos de personas.
Luego llegaron las disculpas: “Cuando en el desarrollo de nuestra profesión cometemos un error, solo queda reconocerlo. Me equivoqué ayer al contar que Rodolfo Hernández me había llamado y que "lo noté preocupado", pues con ese trino sobredimensioné las expectativas en torno a mi columna", mensaje que extendió al periodista Daniel Coronell, a quien relacionó con parte de su trabajo investigativo (aunque luego fue desmentido por el propio director de la Revista Cambio).
¿Un error frecuente para Jorge Gómez Pinilla?
El periodista de la columna en cuestión reconoció que todo fue parte la “calentura de una campaña presidencial”, como así sin más se lograra echar para atrás lo publicado en uno de los periódicos más leídos del país. Error nuevo, que en realidad es la continuación de una serie de artículos que viene publicando en El Espectador, donde calificó como “misterioso” el secuestro de la hija de Rodolfo Hernández.
Así lo hizo, por ejemplo, en la columna que precisamente tituló con ese calificativo y en la que aseveró que el duelo del candidato era un consejo de “los publicistas argentinos que desde años atrás impulsan con reconocido éxito la marca Rodolfo Hernández”.
Todavía más curioso, es que haya cuestionado sin más que el ingeniero, 17 años después del secuestro de su hija, siga haciendo duelo, pues para él se trataba de un tema psicológico “pasajero”, según le dijo una experta. “Después de superado permite seguir viviendo sin el dolor de esa pérdida”, aseguró, como si de una fórmula matemática se tratara.
No obstante, la mencionada teoría ignora a su vez que, aunque los duelos en general pueden durar hasta unos tres años (en un marco considerado como sano), no existe base médica alguna para determinar cuánto deben durar e incluso pueden haber casos de duelo complicado o patológico, según Mayo Clinic. En todo caso, de haber superado la etapa fuerte, los expertos señalan que la muerte de un ser querido deja un hueco muy difícil de llenar incluso con el paso del tiempo.
En este texto, además, se cae en lugares comunes de preguntar el porqué el candidato Rodolfo Hernández no pagó en su momento por el rescate de su hija, por qué no ha denunciado ante la Fiscalía, por qué su cédula sigue activa o tiene propiedades a su nombre. Eso, entrelazado con pullas a la forma de hacer política o campaña del candidato; como mezclando peras con manzanas… como mezclando el dolor familiar con la “calentura de una campaña política''.
En ese sentido, poco fue lo que entendieron los lectores de su columna, que buscando una revelación clave de cara a las presidenciales, se encontraron con una red de afirmaciones sin base que, no se explica cómo, pasó los filtros de El Espectador. En el fondo, quedan ciertas inquietudes sobre las formas y límites en estas elecciones, que han terminado por desdibujar la línea entre la política y un grado mínimo de empatía, así como este episodio permite una reflexión sobre la responsabilidad de la prensa en la emisión de informaciones.