Finalmente llegó la compra de Twitter por parte de Elon Musk y con ello se generó un verdadero revolcón en la plataforma, donde ya se presume van a haber cambios importantes como la desaparición de las cuentas falsas y la priorización de la libertad de expresión, especialmente para líderes políticos y de opinión que en el pasado han denunciado haber sido baneados por la plataforma.
Uno de esos ejemplos es el expresidente estadounidense Donald Trump, quien se presume recuperaría su cuenta de Twitter en los próximos días, ya que el mismo Elon Musk llegó a criticar en su momento que se le retirara la cuenta por lo sucedido en el marco de la la invasión al Capitolio, en Washington DC.
De hecho, tras el anuncio de compra de Twitter, que finalmente se dio por 44 mil millones de dólares y no por los más de 55 mil millones que deseaban los dueños anteriores de la plataforma, el expresidente Trump manifestó estar completamente feliz porque la red social “está en buenas manos”. Una pelea que no es nueva, ya que en el pasado el magnate ya ha criticado a Twitter por censurarlo, basados en que supuestamente representaba un “riesgo de más incitación a la violencia”.
“Después de una revisión minuciosa de los Tweets recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, hemos suspendido la cuenta de forma permanente debido al riesgo de más incitación a la violencia”, fue lo que dijo la red social en su momento.
Sin embargo, la pelea de Elon Musk con Twitter finalmente ha llegado a su fin, ¡y de qué manera! Tan solo ingresando, se decía que Elon Musk ya había gestionado con la seguridad de la sede principal de la compañía, en Silicon Valley (California), que una vez se concretara la venta escoltaran a los ejecutivos de la compañía hasta la puerta de salida. Y así sucedió.
El revolcón tras la llegada de Musk a Twitter empezó con el despido de sus principales directivos: por ahora Parag Agrawal, consejero delegado; Vijaya Gadde, responsable jurídica; Ned Segal, director financiero; y Sean Edgett, consejero general. Perfiles de los que se dice significarán para el magnate pagos estrafalarios en indemnizaciones, aunque, ¿qué valor podría ser significante en un negocio de semejante tamaño?
Por otro lado, no han sido pocos los símbolos para el final de una lucha de más de siete meses, que tuvo un traspié con la retractación del magnate por el valor inicial, y que tenía hasta este viernes para concretarse por los plazos de la oferta. Una noticia que de hecho fue curiosamente anunciada con un video que publicó Musk llegando sonriente a las oficinas de Twitter, con nada más y nada menos que un lavamanos a cuestas.
En un mensaje anterior, el magnate había señalado que una de las cosas más “hermosas” de Twitter es que permite que la ciudadanía se empodere difundiendo noticias “sin prejuicios”. También aseguró en un trino, al mejor estilo de su irónica pelea contra Twitter desde el propio Twitter, que “el pájaro ha sido liberado”.
Los cambios en el Twitter de Elon Musk
La molestia de Elon Musk con Twitter no es de hace poco. El magnate lleva meses denunciando una escalada importante de información basura (spam), cuentas falsas y censura. De hecho, esa fue una de las razones que lo llevó inicialmente a declinar la compra de la compañía tecnológica a un precio superior.
Su defensa principal por la libertad de expresión en esta plataforma no solo lo ha llevado a defender a Donald Trump, sino también a burlarse en reiteradas ocasiones por la sensibilidad de las normas comunitarias que la red social tiene para marcar determinados contenidos como sensibles.
Así lo hizo en alguna ocasión, cuando un periodista reveló que Twitter marcó como sensible un video humorístico que se burlaba precisamente de la sensibilidad de los empleados de la compañía, sobre todo al momento de determinar que un contenido debería ser o no categorizado como tal.
Más allá de eso, lo cierto es que Elon Musk ha puesto en numerosas ocasiones conversaciones de fondo sobre este tema en específico, criticando las implicaciones que puede llegar a tener el censurar masivamente ciertas expresiones. En alguna ocasión, el creador de Tesla señaló que Twitter “apestaba” por no operar con código abierto.
No obstante, ya con la oferta de comprar la compañía sobre la mesa, el magnate hizo una encuesta en su cuenta de Twitter en la que cuestionó: “La libertad de expresión es esencial para que una democracia funcione ¿Crees que Twitter se adhiere rigurosamente a este principio?”. Dicha medición superó los 2 millones de votantes, con una victoria del 70,4% a favor del “no”.
A eso le siguieron varias preguntas sobre si Twitter debería implementar el botón de edición o si debería dejar su código abierto, que terminaron a favor de la posición del empresario. Todas ellas, señales de lo que podría venir para la red social ahora propiedad de Musk.
Lo cierto es que esta es una conversación bien importante que ha girado en torno a las redes sociales en los últimos años, especialmente de Twitter, que seguía apretando sus normas comunitarias en función de lo que se puede o no decir (contrario a la idea inicial de la plataforma). Sin embargo, solo el tiempo dirá si las acciones de Elon Musk van a conducir efectivamente a que el “pájaro sea liberado” o si van a generar un retroceso en la lucha contra la desinformación.
De acuerdo con el magnate, la idea principal es devolverle su filosofía original a la red social convirtiéndola en una especie de plaza pública de la información. Aún así, desde ya, varios actores importantes como la Unión Europea advierten al nuevo Twitter que debe acogerse a las normativas locales de “regulación digital” para seguir operando en su territorio. Un nuevo tablero de ajedrez que empieza para el dueño de Tesla.