¿Volverá Donald Trump al Twitter de Elon Musk?

Mar, 26/04/2022 - 11:44
Tras la compra de Twitter por parte de Elon Musk, varias voces piden el regreso de Donald Trump. Su historia juntos y sus posiciones frente al baneo en redes podrían hacerlo posible.

La compra de Twitter por parte de Elon Musk es quizá una de las operaciones financieras más ambiciosas en lo que va del año, generando a su paso una gran incertidumbre sobre el futuro de esta importante red social y cambiando un poco los contrapesos en materia de libertad de expresión en el ámbito digital. Eso, sobre todo, al tratarse quizá de unas plataformas con mayor movimiento de opinión en el mundo. 

Por un valor superior a los 43 mil millones de dólares, tras un proceso que comenzó con una oferta de compra hostil y terminó con Musk negociando con la junta directiva de Twitter, el magnate logró su objetivo de ser el dueño absoluto de la compañía. Una decisión que tomó luego de convertirse en el mayor accionista y darse cuenta de que necesitaría ir todavía más allá si quería implementar los cambios que deseaba. 

Resulta pues que la historia de Elon Musk con esta red social no es nueva ni carente de roces. De hecho, el creador de Tesla se ha manifestado en varias ocasiones contra las políticas de Twitter, al punto de que hasta hace unos meses se consideraba altamente probable que se creara su propia red social, ya que era pública su molestia con el hecho de que la plataforma no opere con código abierto o que no tenga la libertad de expresión como principio fundamental

Desde el mes de marzo, antes de desatar el caos con su OPA, Musk ya venía bastante activo en contra de Twitter (curiosamente desde esta misma plataforma). En 23 de aquel mes, por ejemplo, respondió a una cuenta que llamó “novia tóxica” al algoritmo de Twitter, bajo el argumento de que beneficiaba y castigaba sin una razón clara. Un punto en el que el magnate le encontró razón, cuestionando el efecto que esto tiene sobre el debate público. 

Me preocupa que el sesgo de facto en “el algoritmo de Twitter” tenga un efecto importante en el discurso público ¿Cómo sabemos lo que realmente está pasando?”, trinó Musk como respuesta a la inquietud del usuario. 

Los días siguientes, ya siendo accionista mayoritario de la compañía, abrió en su cuenta varias encuestas para saber la opinión de sus más de 85 millones seguidores sobre algunas características o políticas de Twitter: “La libertad de expresión es esencial para que una democracia funcione ¿Crees que Twitter se adhiere rigurosamente a este principio?”, fue la primera de estas mediciones.

Los resultados superaron los 2 millones de votantes, con una victoria del 70,4% a favor del “no”. Desde ya se preveían cambios de importancia, sobre todo porque fue el propio Musk quien pidió a sus usuarios votar “con cuidado” porque las consecuencias serían importantes. 

A eso le siguieron varias preguntas más sobre si Twitter debería implementar el botón de edición o si debería dejar su código abierto. Todas estas mediciones terminaron con resultados a favor de la posición del empresario, que de hecho intencionalmente dejó errores de digitación en la pregunta para evidenciar el problema que representa la incapacidad de editar los trinos.

Ahora, con su adquisición total, se esperan grandes cambios bajo la dirección de Musk que considera a Twitter “la plaza pública digital donde los temas vitales para el futuro de la humanidad se debaten”. Entre otras cosas, también se pretende lidiar con el spam y los bots, problemáticas que actualmente tienen una incidencia muy fuerte en las métricas de tendencias y el acceso a contenido de interés. 

¿Volverá Trump en el Twitter de Elon Musk?

 

Lejos de todos estos cambios, en el fondo hay mucho que analizar en el discurso de libertad de expresión de Elon Musk, que en principio fue uno de los pilares fundacionales de esta plataforma. No obstante, también es importante traer a colación todos los casos recientes en los que la red social ha baneado a usuarios de gran alcance con criterios como la desinformación, noticias falsas sobre temas sanitarios, entre otras cosas. 

El caso más emblemático fue quizá el del expresidente Donald Trump, al que le suspendieron su cuenta permanentemente tras el asalto al Capitolio de los Estados Unidos por parte de sus seguidores en enero de 2021, que buscaban frenar la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.

“Después de una revisión de cerca de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, hemos suspendido permanentemente la cuenta debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia”, aseguró la compañía tras dar de baja la cuenta de Trump, quien ya había sido suspendido 12 horas por supuestamente incitar los ataques. 

No obstante, esto abrió todo un marco de debate sobre la libertad de expresión, ya que fue la propia compañía la que mostró algo de contradicción al reafirmar su interés de “permitir que el público escuche directamente a los funcionarios electos y líderes mundiales”, aunque aclarando que ninguna cuenta estaba por encima de sus reglas y acusando al expresidente de incitar a la violencia. Esto bajo su propio marco normativo y no el de ningún tribunal que determinara si existían o no discursos de odio y de incitación a la violencia. 

Luego de ello, el mismo Donald Trump anunció que crearía su propia versión de esta red social, pero favoreciendo al máximo las libertades de sus usuarios. Un proyecto que se estrenó en febrero de este 2022 con el nombre de Truth social y hasta hace algunas semanas se esperaba que Elon Musk hiciera exactamente lo mismo. 

Así no fue y el magnate se hizo con una de las compañías de información más grandes del mundo, asegurando en su discurso: Espero que incluso mis peores críticos permanezcan en Twitter, porque eso es lo que significa la libertad de expresión. Sin embargo, Trump está lejos de ser su peor enemigo, ya que no hay que olvidar que este hizo parte de su séquito de asesores durante la presidencia (antes de anunciar su salida tras la retirada de EEUU del Acuerdo de París sobre el cambio climático). 

Aún así, no han sido pocas las voces republicanas que han pedido el regreso de Trump a Twitter tras el aterrizaje de Elon Musk y aunque el expresidente ha negado esa posibilidad afirmando que prefiere mantenerse en Truth, lo cierto es que su retorno sigue teniendo una alta probabilidad en cuanto se vaya viendo la evolución de todas esas libertades que pretende establecer Musk en su nueva compañía. 

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