
El mismo día en que se conoció el aviso clasificado publicado por un médico de Cali buscando una cirujana "de piel blanca", en Bogotá una soprano de piel negra se convertía en la estrella de uno de los eventos culturales más importantes del año: la reinauguración del restaurado Teatro Colón.
En buena hora, la Ministra de Cultura Mariana Garcés, una vallecaucana de raca-mandaca, hizo justicia y rindió homenaje a su departamento, a los afros del Pacífico y a la maltratada y adolorida Buenaventura. Betty Garcés, una negra grande de mirada serena, dejó sin aliento primero y arrancó una ovación después, al público que acudió a la reapertura del principal ícono de la cultura colombiana. Un público formado en gran medida por artistas, maestros, conocedores y críticos, lo cual le da más valor al hecho de que todos se hubieran puesto de pie para aplaudirla.
Otra de las figuras de la noche fue James Díaz, compositor de "Eclosión", la obertura interpretada por la Sinfónica de Colombia. Estudiante todavía en la Universidad Nacional y con solo 24 años, el James músico ganó la convocatoria abierta por MinCultura para escoger la música con la cual se reabriría el Colón. El año pasado fue declarado mejor compositor colombiano menor de 28 años.
El espectáculo organizado por Mincultura para reestrenar el Colón parece ser un buen augurio. El que las estrellas de la noche hayan sido la hija de unos maestros de Buenaventura y un joven compositor de Fosca, en Cundinamarca, parecen demostrarnos que el talento artístico de Colombia no se está buscando entre el estrato 6 de blancos ni en los clubes sociales capitalinos donde los hijos de papi hablan en inglés porque el español les parece muy "paila"...