Desde el pasado 28 de abril se ha realizado una serie de movilizaciones en todo el país, las cuales son desarrolladas en el marco del Paro Nacional, en donde los ciudadanos se han manifestado de diferentes maneras, desde movimientos musicales, artísticos, teatrales y hasta circenses se tomaron las calles de las principales ciudades de Colombia.
Las dos caras de la moneda en Colombia se evidencian con las marchas pacíficas, e incluso encuentros religiosos que se han estado realizado en ciudades como Cartagena, donde los ciudadanos se reunieron en torno al rechazo a la violencia y los más de 24 fallecidos, que reporta la Defensoría del Pueblo, en todo el territorio nacional.
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En imágenes y videos se ha visto como un importante número de ciudadanos se reúnen, sin importar el distanciamiento social, ni las medidas de bioseguridad, para orar y cantar en homenaje a todas aquellas personas que han perdido la vida en las movilizaciones sociales.
Las velatones también ha sido una constante entre los manifestantes, quienes de manera pacífica encienden una luz en honor de las personas que han fallecido recientemente, incluso en Cartagena, la india Catalina sostuvo, gracias a los manifestantes, una antorcha, al tiempo, los asistentes al lugar encendían velas, uno de los momentos más significativos desde el inicio de las manifestaciones.
Los usuarios de las redes sociales resaltaron que esos movimientos culturales no son difundidos por las redes sociales, en cambio, los actos vandálicos o delictivos si son transmitidos, “aquí se las traemos para que lo vean Colombia y entera”, manifiesta el usuario que compartió la velatón en Cartagena.
Cara completamente opuesta a los reiterados enfrentamientos de la fuerza pública con civiles, los cuales han dejado más de 900 personas heridas y un alto número de daños materiales, así como afectaciones a la infraestructura de edificaciones, daños al sistema integrado de transporte, TransMilenio, Mio en Cali, el metro de Medellín, entre otros.
Además, los indígenas han estado realizado una serie de movilizaciones y manifestaciones contra estatuas y monumentos en diferentes partes del país, todo esto como una reivindicación histórica. Recientemente fue afectada la estatua en Bogotá de Gonzalo Jiménez de Quesada, por parte de los indígenas Misak, quienes calificaron este acto como “justicia histórica”.
“Lo que acabamos de hacer, junto con las mujeres mestizas de Bacatá, el movimiento de autoridades indígenas del suroccidente, es una limpieza, una sanación espiritual, derribando a este masacrador y violador número uno de aquí de Bogotá”, les indicó a medios locales uno de los indígenas que se encontraba en el lugar.
No es la primera vez que los movimientos indígenas derriban estatuas en el país, el pasado 29 de abril la Alcaldía de Cali decidió retirar la estatua de Sebastián de Belalcázar que fue derribada por miembros del pueblo indígena Misak, durante la jornada de paro nacional.
La Alcaldía de Cali anunció que la estructura fue retirada del lugar en el que permanecía para evitar que algún ciudadano caleño tuviera algún tipo de accidente.
"La Administración Distrital retira la estatua de Sebastián de Belalcázar por daños físicos en su estructura, que representaba un riesgo para la comunidad del sector", anunció la Alcaldía a través de sus redes sociales.
Aunque la administración no dijo si retirará la estatua de manera permanente o solo hasta que se arreglen los daños, la noticia fue bien recibida por la ciudadanía. Algunos incluso solicitaron que en su reemplazo ubiquen algún tipo de monumento que haga alusión a la cultura caleña.