Los periodistas Daniel Coronell y Vicky Dávila protagonizan un fuerte encontronazo en redes sociales por cuenta de la reciente columna del director de la Revista Cambio. En dicho texto, entre otras cosas, se califica a la Revista Semana como un regalo que Gabriel Gilinski ha convertido en “un canal de televisión: el Fox News de Colombia. Una máquina de propaganda derechista que acomoda la realidad a sus intereses”.
Dicha afirmación la realizó Coronell en su columna “MinGilinski”, en la que aseguró que el ex superintendente financiero Jorge Castaño es una ficha de los Gilinski en la aspiración presidencial de Rodolfo Hernández, donde ha sido anunciado como posible Ministro de Vivienda en caso de ganar las elecciones. Esto, basado en pruebas ya antes mencionadas en otras columnas, que sugieren una serie de favores mutuos entre los Gilinski y Castaño para favorecer las OPA por las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
No obstante, la manzana de la discordia con Dávila es que en las afirmaciones de Daniel Coronell se menciona a la Revista Semana como el medio para esos favores de los Gilinski, por cuenta de una serie de artículos halagadores de fichas claves dentro de las Superintendencias para la aprobación de las OPA, siendo el primer señalado “un elogioso reportaje de doble página al superintendente financiero Jorge Castaño” (fuente: Dieta Gilinski).
No obstante, en esta ocasión Vicky Dávila no se quedó callada y respondió con fuertes palabras al periodista de Los Danieles y Revista Cambio, a quien acusó de “poco hombre” por compartir en Twitter una gran cantidad de insultos en contra suya. Trino que paradójicamente fue compartido por Coronell.
De hecho, en un artículo de la Revista Semana (que parece más una respuesta), se le acusa a Daniel Coronell de ser un “instrumento de administradores de un GEA arrinconado”. Llevando de esta manera la disputa al terreno del viejo enfrentamiento entre el empresariado antioqueño y la familia Gilinski, dueña de Revista Semana.
Rebatiendo a Coronell, la revista lo acusa de llevar “varios meses emprendiendo una campaña mediática de desprestigio a favor de los administradores del GEA y en contra de los nuevos accionistas”, así como de recibir dinero del otrora sindicato antioqueño a través de sus empresas. Además, negaron con seguridad pero sin pruebas que el Gobierno Nacional haya favorecido a los compradores de acciones de Nutresa, Sura y Argos.
“Las inversiones de Gilinski no son ni deberían volverse un tema político. Administradores que han sido responsables de mantener un enroque ineficiente para perpetuarse en el poder, en conjunto con malas decisiones de inversión y soberbia, son los responsables del declive en el valor de las compañías del GEA en la bolsa”, agrega el artículo.
Desde su lado, Coronell empezó a compartir una serie de artículos que sugieren que la Revista Semana se ha convertido en un fortín de defensa de los intereses Gilinski. Un primer artículo de enero de 2022 del diario El Mundo, que la califica como “la revista convertida por los multimillonarios Gilinski en el escudo de la derecha colombiana” y otro de Open Democracy que califica la llegada de los banqueros caleños como la caída de un “bastión para el periodismo en América Latina”.
Este último, es un artículo escrito tras hablar con varios exempleados de la Revista Semana, que antes de los Gilinski tenía a Coronell como ficha de mostrar, junto con otros periodistas como Daniel Samper, María Jimena Duzán, Ricardo Calderón, entre otros que luego se convirtieron en diáspora hacia distintos medios. Aunque, eso sí, Coronell suele ser uno de los que más critica públicamente a Semana.
Por su parte, María Andrea Nieto, periodista de Semana, no dejó pasar tampoco el momento para defender a Vicky Dávila y decirle a Coronell que, a pesar de lo que afirma, la revista es mucho mejor ahora que en los años en los que Coronell era columnista estrella.
No obstante, tampoco deja de ser cierto y eso se ha mostrado en varias ocasiones acá en Radar K, que la Revista Semana en varias ocasiones ha utilizado su plataforma para motivar a los accionistas minoritarios de las empresas del GEA para que vendan su participación. Eso, a través de artículos y publicidad estratégicamente ubicada donde sugieren la venta como la opción más inteligente para los accionistas (ver: La revancha de los Gilinski y su pulso con el Grupo Empresarial Antioqueño).
La historia detrás de la pelea
Esta pelea de periodistas está para alquilar balcón, no obstante la cosa es que, en el fondo, esta historia se remonta a un enfrentamiento mucho más antiguo y con mayor trascendencia que una pelea en Twitter. Se trata de la vieja disputa entre los multimillonarios Gilinski y el Grupo Empresarial Antioqueño, que desde hace un tiempo está bajo fuego por las OPA de los Gilinski que buscan romper su enroque y dar por terminada una puja territorial que tiene raíces en el pleito jurídico por el extinto Banco de Colombia.
En su momento, esta entidad financiera fue el centro de una pelea que no terminó sino hasta 2010, por cuenta de una acusación de los Gilinski sobre supuestas irregularidades cometidas en la compra del Banco de Colombia, entidad financiera que en 1998 se fusionó con el Banco Industrial Colombiano migrando al actual Bancolombia.
De acuerdo con una nota de la época (2010) del diario El País, los pleitos entre los Gilinski y el Sindicato fueron varios: el primero fue que, tras quedar como accionistas minoritarios, denunciaron la depreciación de sus acciones pues señalaron que en 1999 Bancolombia “debía haber reportado cien mil millones de pesos en utilidades” y también que el negocio se habría dado en su mayoría con préstamos respaldados por el dinero de los accionistas minoritarios y ahorradores de Bancolombia.
En 2010 se decretó el final de la disputa que no dejó “ganadores o perdedores”. Sin embargo, varios años después ha llegado la revancha de los Gilinski, quienes ya tienen lista la OPA por el Grupo Argos (que empezará el 21 de junio). Con estas operaciones, que iniciaron a finales de 2021, cabe mencionar que la familia de banqueros ya se hicieron con un 30,8% de Nutresa (la joya del GEA) y 34,5% de Sura.
Y así parece que seguirán, hasta lograr recuperar poder entre el empresariado cafetero. No obstante, esta discusión entre Vicky Dávila y Daniel Coronell tiene tantas claridades como elementos que merecen explicación: un futuro ministro de Hacienda presuntamente relacionado con intereses de los Gilinski, operaciones que aunque cuestionables por su agresividad son legítimas y la posibilidad de convertir al periodismo en una cancha para los ataques personales o el choque de intereses.