La revocatoria de Daniel Quintero ha encendido el clima político a pocos días de haber empezado el 2022. Precisamente, uno de los que definió su posición en medio de este tablero de ajedrez fue el exalcalde de Medellín y escritor, Alonso Salazar, quien afiló su más reciente columna en El Colombiano en contra de Daniel Quintero, así como a favor de su proceso de revocatoria. Sin embargo, su texto ha servido para evidenciar cuán grande es el alcance del músculo financiero de los Gilinski y su intención de llegar lo más lejos posible con su OPA.
“Daniel Quintero, desde que se posesionó alcalde, empezó a quitarse el disfraz de hombre independiente, de origen humilde, con el que engañó a tantos que le creyeron genuinamente. Pero en el publirreportaje que le publicó la revista Semana, en el que calificó de mafioso al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) y repite como propio el libreto de los banqueros Gilinski, terminó de desnudarse”, asegura el escritor antioqueño al inicio de su columna.
No obstante, como un detalle que puede parecer imperceptible para muchos, en plena columna de opinión El Colombiano colocó una pauta de grandes dimensiones para incitar a los accionistas de Nutresa a vender su participación en la compañía del GEA.
“Último día para vender tus acciones de Grupo Nutresa S.A.”, dice el anuncio que dirige directo a la web de la OPA.
En dicho portal web, se resume lo que se ha contado en los últimos meses sobre este pulso de poder entre los Gilinski y el GEA: acciones por encima del 40% de su valor inicial (USD 7.71 pagados en pesos colombianos), así como lo “facil y sencillo” del proceso de venta. Sin embargo, lo que resulta especialmente curioso es que la publicidad aparezca en un espacio de opinión (que generalmente deben ser respetados en términos de pauta y más cuando el conflicto es tan evidente) y en una publicación que ha tenido riñas de conocimiento público con Daniel Quintero.
Eso así, cabe destacar que dicho anuncio aparece como pauta fija en todos los contenidos de El Colombiano. En todo caso, resulta llamativo en términos editoriales (incluso como un error desafortunado) que se le haga promoción a un tema que precisamente va en contravía de lo esgrimido por el autor de la columna.
Cabe recordar que en medio de todo este encontronazo de fuerzas, los Gilinski han usado todo su arsenal para generar presión con su OPA. Por ejemplo, queda en entredicho la independencia que se puede tener también en Revista Semana, donde apareció en reiteradas ocasiones publicidad muy similar para captar a los accionistas de Nutresa y recordarles las “condiciones favorables” de venta en notas que coincidentemente hablaban de la oferta.
Las cosas así, está claro que aunque la situación no ha resultado como los Gilinski esperaban, aún siguen apostando todos sus esfuerzos para ampliar al máximo su participación en Nutresa y jugar a largo plazo para romper el enroque del GEA. Por ahora, se sabe que al final de la OPA los banqueros lograron hacerse con el 25,42% de Sura, lo cual fue apenas superior de su objetivo conservador de lograr una participación accionaria del 25,3%. Sin embargo, aún les quedan algunas cartas por jugar para convertirse en los principales accionistas.
En cuanto a Nutresa, las aceptaciones que han recibido los Gilinski por su OPA superarían apenas el 16%, pero aún falta ver el avance de la última jornada. También cabe decir que aunque su idea inicial era el 50,1% de Nutresa, hoy ya han bajado su expectativa al 30%.
Sin duda una puja que está lejos de terminar, que ancla sus raíces en las riñas de vieja data entre los Gilinski y el GEA, que terminaron con la salida de los banqueros caleños (así como de la gran mayoría de capital foráneo) del círculo empresarial antioqueño. Una revancha a la que aún le quedan varios capítulos y en las que algunos medios deberían empezar a reevaluar su papel comunicativo, sobre todo en términos de independencia e imparcialidad.