La inflación es hoy por hoy uno de los problemas que más preocupan a los colombianos. En pocos meses, los ciudadanos han tenido que ver cómo los costos de vida se van al alza sin ninguna clase de freno de emergencia, dejando en el fuego cruzado el aumento del 10,07% al salario mínimo. Hoy, más que lograr un cambio sustancial en el día a día de las personas, dicha medida que fue anunciada como “histórica” es en realidad entendida como una consecuencia lógica de la burbuja inflacionaria. Entretanto, la gente hoy compra mucho menos con el mismo dinero y la agitación social empieza a resonar.
Isidro Hernández, economista y profesor de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a Kienyke.com que si la situación está mal, en caso de no haber tenido un alza del salario mínimo por encima del 10% se podría estar mucho peor. Lo cierto es que no se equivoca, ya que a la par con los alimentos, los colombianos han visto cómo suben los precios de servicios públicos, SOAT, transporte, ropa, gasolina… En fin, hasta el ocio y el entretenimiento.
El DANE reportó una inflación anual del 6,94% en enero de este año y en ese dato resaltaron las subidas de los precios de alimentos y bebidas (19,94% más que en diciembre de 2021), restaurantes y hoteles (10,73%), bienes y servicios para el hogar (7,12%), transporte (6,90%), así como el de las bebidas alcohólicas y tabaco (5,15%).
No obstante, estos están lejos de ser los únicos rubros en alza, pues también subieron los costos de salud, bienes y servicios en general, agua, electricidad, alojamiento, educación recreación y textiles. Lo único con una variación en negativo es la información y la comunicación, con una reducción del 11,84%.
Oro amarillo
Lejos de todo ello, es posible que uno de los precios que más ha preocupado a los colombianos este 2022 es el de los alimentos. Desde los productos agrícolas hasta los procesados han presentando un alza considerable y los ciudadanos han tenido que ver cómo cada vez pueden llevar menos productos en sus carritos de compra con el mismo dinero que siempre destinaban para el mercado.
De hecho, el precio con mayor variación anual según el DANE fue la papa, que alcanzó un récord de crecimiento del 140,16% (es decir que vale casi 1,5 veces más que hace un año). El problema llega a ser tan grande, que incluso se ha empezado a decir que en Colombia se están produciendo las condiciones ideales para que estalle un nuevo paro nacional agrario, como aquel ocurrido en 2013.
Según cifras de la federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa) y el Fondo Nacional de Fomento de la Papa, la producción del tubérculo en el país tendrá una reducción de 4,23% durante el primer semestre del 2022, con lo que se pasará de 1,18 millones de toneladas a una proyección estimada de 1,13 millones entre enero y junio del presente año (encareciendo todavía más su precio).
En entrevista con DATAiFX, el presidente de Fedepapa, Germán Palacio, señaló como grandes culpables de la situación a la pandemia, que redujo la demanda, y en 2021 a los “paros y cierres en las carreteras” y el aumento de precios de los insumos para el sector agropecuario. Este último, obedeciendo al problema de logística en el transporte internacional de mercancías que en este momento se vive por la crisis de los contenedores.
“En el segundo semestre de 2020 los productores de papa tuvieron que salir a las carreteras a vender el producto porque el precio que se les estaba pagando ni siquiera cubría el 30% de los costos de producción, esto debido al cierre de uno de los canales de comercialización de papa más importante que es el de hoteles, restaurantes y cafeterías por la pandemia. Se contrajo la demanda interna”, asegura.
La cosa es, que el problema se está saliendo de las manos e incluso se habla de la renuncia masiva de productores y trabajadores de la papa, lo cual hace mucho más difícil cumplir con la producción y finalmente termina elevando todavía más el precio de este oro amarillo.
No obstante, no hay que olvidar que a pesar de ser el más notable, no es el único precio que se fue al alza. Junto a la papa, el ranking lo conforman la carne de res y sus derivados, la carne de aves, las frutas frescas, aceites comestibles y las comidas en establecimientos de servicio a la mesa.
Perspectivas de solución
El Gobierno fue el primero en tomar medidas para frenar la burbuja y para ello anunció la puesta en marcha de un plan técnico que se centrará en la “reducción de costos de producción para el agro, de aranceles a importación de insumos y aumento en la oferta de producción alimentaria”. A eso habría que sumarle también el aumento de la cobertura del Ingreso Solidario, que desde este viernes ya vio aumentada su base a cuatro millones de hogares colombianos.
Sin embargo, como le explicó Isidro Hernández a Kienyke, muchas de estas acciones entran a un terreno de juego donde la mayoría de productores ya compró, cosechó o produjo con los precios actuales de los insumos, razón por la cual no se tendría incidencia en los precios a corto plazo. Además, señala que el choque externo por la logística de transporte “no está bajo control de las autoridades macroeconómicas colombianas”.
Otro tema que señaló Palacio en Portafolio fue la preocupación por la importación de papa, que asegura está alrededor de 80 mil toneladas. Un tema que incluso ha sido polémica en los últimos días, como se evidenció con la arremetida de Nairo Quintana contra el Ministerio de Agricultura: “Ahora los campesinos no vamos a tener el dinero suficiente para comprar los insumos y producir papa, entonces el paso siguiente es que el ministro de Agricultura va a importar la papa como muchas veces lo han hecho y es en lo que hemos estado todo el tiempo en contra, que importen la papa de Bélgica, Holanda y Estado Unidos”.
Otra organización gremial como Fenalco, ha señalado problemáticas en los puertos para agilizar la entrada de los alimentos y mercancías del extranjero, “agravando la situación inflacionaria de alimentos”. Un tema que Hernández también señaló en su entrevista, ya que asegura que aunque en Colombia no existe un problema de transporte interno, si hay una represión en los puertos que tiene mucho más impacto ahora por las fallas de capacidad en la oferta interna.
Otro tema importante es meter mano para evitar una mayor devaluación del peso, que según el experto economista es una de las pocas vías para lograr efectos a corto plazo. Incluso, parece que el Gobierno ha empezado a tomar cartas en este asunto para evitar un mayor detrimento patrimonial, utilizando las cláusulas de parte de su portafolio de deuda externa para convertirlas a pesos colombianos y no dejarlas en dólares.
La cosa es, que logrando un impacto sobre la tasa cambiaria, el Gobierno lograría a su vez tener un impacto a favor sobre el precio de los insumos. “En este instante se debe hacer un esfuerzo para controlar la tasa de cambio, al menos lograr algo de apreciación. Es decir, tratar de llevar el dólar a unos $3.500. No vamos a solucionar el problema logístico del comercio internacional, pero sí podemos tratar de presionar hacia abajo el dólar”, señala Hernández.
Sin embargo, queda esperar que esto no sea una crónica de una muerte anunciada y que las autoridades económicas colombianas logren descifrar la situación para tomar las determinaciones adecuadas. Aún así, como es probable que no se logre tener impacto a corto plazo, es posible que la mesura y el ahorro deba seguir siendo una constante en los hogares colombianos.