Recientemente, el presidente Gustavo Petro se reunió con su homólogo chileno Gabriel Boric, también de izquierdas y muy cercano al mandatario colombiano.
El presidente Petro recordó y evocó a Salvador Allende, presidente izquierdista asesinado para que Pinochet ocupara su lugar.
No pudo evitar recordar los años en los que estuvo alzado en armas. “Ahí se fue una adolescencia y una juventud, no la mía, la de millones de latinoamericanos, mi generación joven”, señaló.
Hizo además un llamado a “los sobrevivientes de la lucha por la democracia, de todos los colores y de todos países”, para hacer un “nuevo juramento como (Simón) Bolívar”.
Pese a que Chile es el principal inversor suramericano en Colombia y el cuarto receptor del capital colombiano en la región, después de Brasil, Argentina y Perú, y que ambos tienen un Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente desde 2009, en la agenda de la visita no figuran actividades empresariales.
Petro llega, igualmente, en plena crisis política chilena, la segunda a la que hace frente el gobierno Boric desde que asumiera la dirección del Estado el pasado marzo.
El mandatario chileno anunció este sábado la dimisión de la ministra de Justicia, Marcela Ríos, y de su jefe de Gabinete, miembros ambos de Convergencia Social, uno de los partidos de la coalición de izquierdas Frente Amplio, renuncia exigida por la oposición tras la polémica por los controvertidos indultos presidenciales de fin de año.
En septiembre, tras el triunfo del rechazo en el referéndum para cambiar la constitución escrita en dictadura, Boric se vio obligado a dar un golpe de timón y apostar por un gabinete y una estrategia más moderada.
La sintonía y la admiración mutua de ambos mandatarios ya fue evidente durante la ceremonia de asunción de mando de Petro, a la que asistió Boric, y durante el regreso de Lula da Silva a la presidencia de Brasil, otro de los líderes de la región con el que ambos se sienten cercanos, al igual que el argentino Alberto Fernández.
Y es que Sudamérica experimenta lo que los expertos han denominado "la marea fucsia", un renacer progresista similar al que se vivió a inicios del presente siglo, al que se le ha añadido la defensa del planeta y la igualdad, tanto de género, como económica y social.
En este contexto, se espera que ambos se refieran al intento de asalto a las instituciones de poder en Brasilia perpetrada el domingo por seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado por Boric y la mayoría de mandatarios latinoamericanos.
Todos ellos se verán las caras el 24 de enero en Buenos Aires durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a la que Petro y Boric llegan con un deseo común ya expresado por separado: el de una mayor integración y cooperación en foros regionales para hacer frente a desafíos presentes.
Con información de agencia EFE*