El presidente Gustavo Petro nombró el pasado viernes a Gregorio Eljach como nuevo Procurador General de la Nación, quien asumirá oficialmente el cargo el próximo 15 de enero.
Eljach, un abogado oriundo de San Juan del Cesar, La Guajira, es reconocido por su vasta trayectoria en la política nacional y por su cercanía con el aparato legislativo colombiano. Sin embargo, su nombramiento ha generado controversia, especialmente a raíz de la salida de Margarita Cabello, quien deja el cargo tras un periodo marcado por varias decisiones polémicas.
Eljach: Un hombre de la política
Gregorio Eljach nació en San Juan del Cesar, en el Caribe colombiano, y pasó su infancia en la región antes de mudarse a Popayán, Cauca, donde completó sus estudios de derecho. Su carrera comenzó en el ámbito local, donde se desempeñó como Personero de Popayán.
Sin embargo, fue en el Senado de la República donde Eljach consolidó su influencia. Durante 12 años, fue Secretario General del Senado y del Congreso Pleno, cargos desde los cuales estableció vínculos con diversos actores políticos de todos los sectores, lo que le permitió fortalecer su presencia en la política nacional.
A lo largo de su carrera, Eljach ha sido descrito como un hombre con una sólida red de contactos en el Congreso y un profundo conocimiento de las dinámicas legislativas.
Esta cercanía al poder político ha sido uno de los aspectos que ha generado mayor polémica, dado el rol que la Procuraduría debe jugar como un ente autónomo e imparcial, encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución y las leyes, así como de ejercer funciones de control sobre el Ejecutivo y el Legislativo.
La controversia del nombramiento
El nombramiento de Eljach ha sido recibido con escepticismo por algunos sectores políticos, especialmente debido a la cercanía que ha tenido con el presidente Gustavo Petro y su gobierno. Eljach ha sido un defensor del diálogo político y la construcción de consensos, un enfoque que el presidente Petro ha promovido en su agenda.
Sin embargo, su relación con Petro ha suscitado interrogantes sobre la independencia que el nuevo Procurador podrá tener en su función, en particular, cuando se trata de fiscalizar las decisiones del gobierno.
Además, el hecho de que Eljach asuma el cargo justo después de la salida de Margarita Cabello, quien también fue cuestionada por su alineación con el gobierno anterior de Iván Duque, ha alimentado las dudas sobre la imparcialidad de la Procuraduría.
Cabello estuvo en el ojo del huracán durante su mandato por varias decisiones polémicas que fueron percibidas como alineadas con los intereses del gobierno de Duque. La elección de Eljach, en este contexto, podría ser vista como una continuidad de ese patrón de nombramientos con un enfoque político, en lugar de un nombramiento basado en criterios estrictamente técnicos o éticos.
A pesar de las críticas, Eljach ha manifestado un firme compromiso con la promoción del “diálogo para el consenso” entre los colombianos. En sus primeras declaraciones tras ser elegido Procurador, Eljach destacó la importancia de acercar la Procuraduría a las regiones, apostando por una descentralización de la entidad que permita una mayor cercanía con las problemáticas locales.
Sin embargo, la pregunta que persiste es si, bajo su liderazgo, la Procuraduría mantendrá su rol como un contrapeso efectivo ante los poderes Ejecutivo y Legislativo o si, por el contrario, se convertirá en una extensión más del poder político centralizado en Bogotá.
Este será un reto clave para Eljach en su gestión, que requerirá no solo de un enfoque técnico, sino también de una capacidad para mantenerse independiente y cumplir con la misión de velar por los intereses de los colombianos, más allá de los intereses partidistas.