David Racero, representante a la Cámara por el Pacto Histórico, se encuentra en el centro de una tormenta mediática tras ser acusado de múltiples irregularidades.
Desde el fin de semana, su nombre ha sido tendencia en redes sociales, y las demandas de explicaciones por parte de la opinión pública no cesan. Las últimas denuncias apuntan a que Racero habría solicitado puestos en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y cobrado comisiones del salario a sus asesores.
¿Cuáles son las acusaciones en su contra?
El periodista Daniel Coronell reveló conversaciones de WhatsApp donde Racero, aparentemente, coordina con su tío, José Luis Mayorca, sobre la posibilidad de obtener contratos en el Sena.
En uno de los chats, Racero pregunta si es viable que le otorguen puestos en el departamento del Cesar, y su interlocutor responde con humor que “deje alguito a los verdes”, insinuando un acuerdo informal. Este tipo de diálogos ha llevado a muchos a cuestionar la ética en la gestión del congresista.
Denuncias de comisiones y trabajo personal
Además de las acusaciones sobre el Sena, Racero ha sido señalado de pedirle a los integrantes de su unidad de trabajo legislativo (UTL) parte de sus salarios. Según la columna de Coronell, Racero le habría solicitado a su asesora Estefanía Montoya que pagara a otro colaborador, Yidis Gahona, una suma significativa de su salario, así como cubrir deudas personales de crédito. Estas revelaciones han generado un fuerte debate sobre la legalidad de las prácticas que se estarían llevando a cabo en su equipo.
El caso de Leonardo García, quien supuestamente trabajó como conductor para Racero pero fue asignado a tareas personales durante la pandemia, también ha salido a la luz. Estas acciones han llevado a muchos a cuestionar si Racero ha utilizado su posición para beneficiar sus intereses privados a expensas de los recursos públicos.
Los argumentos con los que se defiende David Racero
Ante las serias acusaciones, David Racero ha manifestado en su cuenta de X (anteriormente Twitter) su intención de solicitar a la Procuraduría una investigación sobre los mensajes publicados por Coronell. “Todo debe esclarecerse para que no haya la más mínima duda sobre algún tipo de irregularidad o ilegalidad”, afirmó Racero, quien también ha expresado su voluntad de dirigirse a la Corte Suprema.
Sin embargo, sus defensas no han sido suficientes para calmar la controversia. La creciente presión de la opinión pública y la oposición política ha puesto a Racero en una situación complicada, donde cada día parece más difícil justificar su comportamiento.
Estas denuncias no solo afectan la imagen de Racero, sino que también ponen en entredicho la integridad del Pacto Histórico. En un momento en que el partido busca consolidar su apoyo, los escándalos internos pueden erosionar la confianza de los votantes. La necesidad de transparencia y ética en la política se hace más evidente que nunca.