Desde que comenzó el juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, sus abogados han hecho cada vez más énfasis en un sorprendente argumento: incluso si abusó de sus poderes con el propósito de presionar a Ucrania para que interfiriera en su favor en las elecciones de 2020, no importa, porque la Cámara de Representantes nunca lo acusó de cometer un delito ordinario.
Este argumento ha generado un debate muy generalizado, pues refuta la opinión consensuada de los académicos de que el proceso de destitución existe para remover a funcionarios que abusan de su poder. La frase “altos crímenes y delitos menores” define una violación grave de alguna responsabilidad pública que no tiene por qué ser también un delito ordinario, explicó Frank O. Bowman III, profesor de Derecho de la Universidad de Misuri y autor de un libro reciente sobre el tema.
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“Este argumento es una interpretación constitucional absurda”, señaló Bowman. “El consenso casi universal (en el Reino Unido, en las colonias, en los estados de Estados Unidos entre 1776 y 1787, en la Convención Constitucional y desde entonces en adelante) ha sido que no se requiere ninguna conducta criminal para celebrar un juicio político”.
Claro que el argumento es conveniente en lo político para Trump. Para los senadores republicanos moderados que quizá no estén muy contentos con lo que demuestran los hechos acerca de su campaña de presión sobre Ucrania, es una teoría que les da a otro razonamiento para exonerar al presidente.
De hecho, si fuera cierto, entonces tampoco habría motivos para escuchar a testigos como John Bolton, exasesor de seguridad nacional de Trump, porque lo que saben tanto él como otros sobre las motivaciones e intenciones de Trump en su trato con Ucrania no afectaría el resultado del juicio.
El equipo legal de Donald Trump insistió en ese argumento en las 110 páginas del documento presentado al Senado el 20 de enero. “La recién inventada teoría de los demócratas de la Cámara de Representantes sobre el ‘abuso de poder’ se desmiente desde un principio porque no se fundamenta en ninguna contravención a las leyes”, escribieron los abogados del presidente.
Muchos expertos en Derecho afirman que los senadores no deberían tomar en serio tal argumento. Entre otras cosas, hacen notar que existen pruebas de que desde hace siglos, antes de la Revolución de Estados Unidos, el Parlamento británico impugnaba a sus funcionarios por “altos crímenes y delitos menores” que constituían abusos de poder sin ser delitos procesables. Los constituyentes se basaron en este patrón para formular el texto de la Constitución, que hace eco de ese concepto.
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