El presidente Gustavo Petro sorprendió al país y a su propio gabinete al transmitir en vivo el Consejo de Ministros del pasado 4 de febrero, una práctica inusual en la política colombiana. Según la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, ninguno de los ministros sabía que la reunión sería televisada hasta que llegaron al salón de la Casa de Nariño y encontraron cámaras y equipos de transmisión.
“Yo no sabía, no tenía ni idea y creo que los demás tampoco”, aseguró en Blu Radio.
La emisión en directo dejó en evidencia tensiones dentro del gobierno. La vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, expresaron su desacuerdo con los recientes nombramientos de Laura Sarabia como canciller y Armando Benedetti como jefe de despacho.
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Márquez, por su parte, señaló: “No comparto su decisión de traer a este gobierno a estas personas que tienen gran parte de responsabilidad con lo que está pasando”. Muhamad, por su parte, afirmó: “Como feminista y como mujer no me puedo sentar en esta mesa de gabinete con Armando Benedetti”.
El episodio llevó al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, a proponer que todos los ministros presenten su renuncia para que el presidente pueda hacer los cambios que considere necesarios. Además, algunos sectores han cuestionado la legalidad de la transmisión, citando la Ley 63 de 1923, que establece que los consejos de ministros deben ser privados.
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Pese a la polémica, Petro defendió su decisión argumentando que busca mayor transparencia y anunció que seguirá transmitiendo estos encuentros. La medida ha generado un amplio debate sobre los límites entre la rendición de cuentas y la confidencialidad en la gestión del Estado.